.. |
|
México D.F. Jueves 12 de agosto de 2004 |
El "logro" de las balas de goma
El
dato de que efectivos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos utilizan
balas de goma rellenas de gas irritante en la persecución contra
migrantes mexicanos ha dado lugar a una completa exhibición de las
miserias del foxismo: de la completa descoordinación entre sus funcionarios
a la simulación, del irritante entreguismo ante el gobierno del
país vecino a la conversión discursiva en la que una traición
a los connacionales indocumentados es presentada como "logro" en su defensa.
La información original, difundida el pasado día
4, dio pie a uno de los ya habituales ejercicios de encubrimiento informativo
por parte del actual gobierno: la Secretaría de Relaciones Exteriores
dijo que había instruido al embajador de México en Washington,
Carlos A. de Icaza, para que "pidiera explicaciones" sobre el uso de las
armas "no letales" referidas y manifestara a las autoridades del país
vecino la "preocupación" de las mexicanas por el empleo de las balas
de goma contra nuestros migrantes. En otro ejercicio de simulación,
el secretario de Gobernación, Santiago Creel, retomó el estilo
declarativo pendenciero y desafiante que ha venido utilizando para temas
domésticos y anunció que se formularía al país
vecino una reclamación por los canales diplomáticos. Unos
días más tarde, sin embargo, la propia cancillería
hubo de admitir que el actual gobierno estuvo de acuerdo con que la Patrulla
Fronteriza utilizara "armas no letales" contra los mexicanos, que las bases
de tal acuerdo se remontan a 1999, es decir, a los tiempos de Ernesto Zedillo
en la Presidencia y Rosario Green en Relaciones Exteriores -un momento
en que el poder político se encontraba aún en manos del Partido
Revolucionario Institucional, cuyos legisladores ahora reclaman airadamente
la vergonzosa anuencia de las autoridades foxistas a los métodos
estadunidenses de agresión contra trabajadores indocumentados- y
que el convenio fue formalizado en 2001, durante el desastroso paso de
Jorge G. Castañeda por la cancillería.
Ahora se ha pasado de los intentos por eludir las responsabilidades
al razonamiento cínico de que las balas con gas irritante no son
tan malas como los proyectiles de arma de fuego, y se busca presentar el
cambio de instrumentos represivos de la Patrulla Fronteriza como una conquista
del foxismo en materia de seguridad y dignidad de los mexicanos en Estados
Unidos.
El foxismo no parece dispuesto a entender que los connacionales
que acuden al país vecino en busca de trabajo no son delincuentes
sino individuos productivos que con su esfuerzo realizan una contribución
esencial a la economía estadunidense y con sus remesas de dinero
mantienen a flote a la mexicana, devastada por la ineptitud y la corrupción
de varios gobiernos seguidos, incluido el actual. No hay, en consecuencia,
ninguna razón para que se agreda a esos connacionales con ninguna
clase de arma, letal o no. El exponerlos a convertirse en blanco de balas
de goma rellenas de irritantes químicos es, en consecuencia, una
inadmisible abdicación al deber esencial del Estado de proteger
a sus ciudadanos de tratos degradantes, abusivos y violatorios de sus derechos.
Pero, en vez de cumplir con esa obligación, el Ejecutivo federal
participa, con su anuencia al empleo de armas "no letales", en la conversión
del drama migratorio en una suerte de deporte cinegético realizado
a expensas de la integridad física y la dignidad de los migrantes.
|