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México D.F. Jueves 12 de agosto de 2004
Margo Glantz
Hablar desde el silencio
En el más reciente Babelia, suplemento cultural de El País, se reseñan dos libros de Charlotte Delbo, integrante de la Resistencia francesa contra los nazis y una de las 49 sobrevivientes de un convoy de 230 prisioneras políticas no judías enviadas a Auschwitz. El filósofo español Reyes Mate, especialista en el tema, explica:
''No todo superviviente es testigo. Hace falta además talento literario. Cuando el talento se pone a disposición de experiencias extremas nace una conmoción que conforma un género literario con infinidad de matices: la ingenuidad de Ana Frank, el temple de Primo Levi, la sobriedad descarnada de Robert Antelme, el descaro hiriente de Tadeuz Borowski, la brillantez de Jorge Semprún. Pues bien, dentro de esta constelación Charlotte Delbo es un caso singular de creación literaria."
Delbo escribió varios textos y los publicó desde 1965 en las ediciones de Minuit; al primero lo llamó El convoy del 24 de enero, después escribió Auschwitz y después I y II (traducido y publicado en España en una pequeña editorial madrileña, Turpial). Como el libro de Robert Antelme, La especie humana de 1957 (reditado y corregido en 1999 y publicado en Era, 2003) y el de Primo Levi, Si esto es un hombre, aparecido en 1958 (sin editor desde 1947), los testimonios sobre el campo de concentración han encontrado una respuesta lenta y tardía y, en muchas ocasiones, la gente no sólo se ha negado a escuchar a los testigos sino que ha llegado a negar la veracidad de los testimonios, como también lo demuestra la necesaria pero muy tardía traducción de algunos de los libros de Delbo.
Al explicar por qué había escrito su célebre libro, Primo Levy decía en 1947:
''Muchos de nosotros, individuos o pueblos, estamos a merced de una idea, consciente o inconsciente, la de que 'el extranjero es nuestro enemigo'. A menudo, esta convicción se mantiene adormecida en los espíritus, como una infección latente; se manifiesta en actos aislados sin conexión, sin constituir un sistema. Pero cuando se produce, cuando el dogma informulado es promovido al rango de premisa mayor de un silogismo, entonces la consecuencia de la cadena lógica es el Lager, es decir, el producto de una concepción del mundo llevada a sus más extremas consecuencias con rigurosa coherencia; mientras ese concepto se mantenga, sus consecuencias constituyen una amenaza."
Y esa amenaza no sólo es latente, es una realidad, se ha probado en numerosos ejemplos recientes, por ejemplo en Ruanda, donde el genocidio de más de 800 mil tutsis por los hutus acaba de cumplir 10 años y dónde se han organizado procesos para juzgar a los asesinos. Tengo en mis manos un pequeño libro editado en 2004, que, como Delbo, plantea el futuro de los genocidios, se llama Ruanda, después. Contiene fotografías de Michal Ronnen Safdie, comentadas por Samantha Power, Luis Moreno Ocampo y Homi K. Bhabha.
En las fotos, ya no hay cuerpos, sólo huesos: cráneos horadados, algunos sin dientes, otros, aún con su tocado, y montones de osamentas exhibidas pulcramente como mercancías en un mercado o guardadas en bolsas para almacenar cereales. En otras, las manos de los acusados en el acto de subir a un transporte o alegremente ataviados con camisas color de rosa:
''Ronnen Safdie es una fotógrafa de extraordinaria quietud y profundo movimiento. Sus imágenes de Ruanda cumplen con gran oficio y sensibilidad la labor de transición útil tanto para el historiador como para el testigo de ese testimonio. Desde la perspectiva histórica nos proporciona un archivo de los juicios gacaca, proceso judicial basado en tradiciones rurales y locales -mismo que descuidó el Tribunal Criminal de Ruanda, patrocinado por la ONU. La estrategia visual de Ronnen ha sido la de tratar esos juicios menos como asuntos legales simplemente que como procesos, es decir, tomando literalmente el sentido de la palabra francesa procès, los datos de la vida ordinaria y cotidiana que rodean el juicio juegan un papel muy importante en la representación."
Por su parte Luis Moreno Ocampo, sobreviviente de la guerra sucia en Argentina y juez en los procesos contra los militares de su país, explica:
''El Holocausto fue excepcional en su grotesca ambición y su inimaginable escala. Pero el genocidio, los crímenes contra la humanidad, y los crímenes de guerra permanecen entre nosotros a pesar de la promesa: 'Nunca más' La tétrica pero exacta verdad es que esos horrores han continuado y continuarán en el siglo XXI."
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