México D.F. Jueves 12 de agosto de 2004
"Entrega recursos estratégicos a las
trasnacionales"
Fox incurre en traición a la patria,
declara el SME
Denuncian analistas privilegios a empresas extranjeras
PATRICIA MUÑOZ RIOS
El gobierno de Vicente Fox no sólo comete "traición
a la patria" al entregar los recursos estratégicos a las trasnacionales
sino al protegerlas, ya que cuando cae la demanda interna de energía
prefiere parar las plantas públicas que dejar sin el negocio a las
privadas, además de que les facilita los clientes con mayor consumo.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha cedido
contratos de abasto en favor de los productores privados e incluso llevará
a cabo una licitación internacional para asegurarles abasto de gas.
Por
si esto fuera poco, a varias de estas trasnacionales las tiene exentas
del pago de impuestos como el IVA, no les pide ningún requisito
de desempeño y tiene en estudio más autorizaciones a empresas
extranjeras para que puedan ampliar su participación en el renglón
de generación de energía eléctrica.
Así lo denunciaron ayer legisladores, dirigentes
del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), de la Coordinación
Nacional de Electricistas CFE-SUTERM, de la Alianza de Trabajadores de
Confianza del Sector Petrolero y analistas que participaron en un foro
sobre los trabajadores de la energía, que se inauguró en
la Cámara de Diputados.
El secretario del interior del SME, Martín Esparza
Flores, preguntó: "¿Qué es más delito, el caso
de El Encino, que por abrir una calle se quiere desaforar a un gobernante,
o la traición a la patria que comete el presidente Fox al entregar
los recursos estratégicos de la nación a las trasnacionales?"
Explicó que son "evidentes y claros" el carácter
antinacional y anticonstitucional del mandatario, así como la entrega
sumisa y vendepatrias de toda su administración, por lo que la oposición
a su política debe ser precisa y tajante.
Ifigenia Martínez, analista y experta en el tema
energético, planteó a su vez que las trasnacionales extranjeras
se están aprovechando de la "penuria financiera del gobierno mexicano"
para sentar sus reales en el país y pasar por encima de la Constitución,
mientras el gobierno no ata una política económica sólida,
por lo que es necesario dar un nuevo rumbo a la industria eléctrica
que detenga la privatización silenciosa del sector.
En este sentido, el diputado perredista Francisco Carrillo
Soberón hizo ver que ya hay una propuesta de reforma estructural
del sector energético que no menoscaba la soberanía, y dijo
que inclusive hay diputados comprometidos con esa defensa, de diversos
partidos, que la apoyarían.
El legislador denunció que mientras el régimen
fiscal está hecho a la medida para quebrantar a Petróleos
Mexicanos y la CFE, las ganancias del sector energético se están
privatizando; el personal crítico de la primera paraestatal está
siendo objeto de represión y despidos, y se está dando un
retroceso de 70 años en las relaciones laborales, en las que además
de las amenazas permanentes a los trabajadores, el personal técnico
de cierto mando, como los ingenieros mexicanos, gana 10 veces menos que
el extranjero y el que viene de corporaciones privadas.
Carrillo Soberón, Martín Esparza y Angelberto
Martínez, en representación de la Coordinación Nacional
de Electricistas CFE-SUTERM, denunciaron las condiciones sumamente favorables
que el gobierno foxista ofrece a las trasnacionales para que no tengan
trabas en la realización de negocios en México, entre ellas:
la exención de impuestos en forma discriminada; la cesión
de contratos de suministro a su favor; el ceder sus principales clientes
en regiones industriales, y el preferir parar la producción de sus
plantas públicas antes que las privadas, aun cuando esto le represente
gastos al Estado, entre muchas otras.
El asambleísta perredista Alfredo Hernández
Raigosa expuso que si antes de la "era Fox" la línea de explotación
de los hidrocarburos mexicanos había sido intensa e irracional,
ahora "con el gabinetazo toca los linderos de la demencia". Advirtió
que mediante el gobierno panista, los estadunidenses desean convertir a
este país en un importador neto de gas, ya que las reservas de la
cuenca de Burgos no son tales.
"A México no le queda gas más que para unos
12 años y la Secretaría de Energía copió, sin
quitarle una coma, un diseño de políticas energéticas
basado en el consumo y previsible agotamiento de nuestras reservas de gas,
lo cual es una política infame", concluyó.
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