México D.F. Lunes 2 de agosto de 2004
COSAS DE FUTBOL
Josetxo Zaldúa
La Volpe, Hugo y el Tri
PENA AJENA PROVOCA escuchar al seleccionador argentino,
Ricardo A. La Volpe, amenazando a diestra y siniestra con renunciar al
cargo, tildando de burros -que en su mayoría somos- a los
periodistas que dizque escribimos sobre el futbol. Da pena porque es un
hombre que ostenta una función importante en el deporte nacional.
ENFRENTE DE ESA PENA se ubica un señor llamado
Hugo Sánchez, excelente ex jugador de futbol, aguerrido en su tiempo.
Hizo valer su valor en un medio complicado de suyo. Honores para él
en aquella etapa.
PERO UNO Y OTRO cojean de la misma pata:
su vanidad no cabe en nuestro mediocre charco futbolero. Uno debe morir.
En ese asunto están enfrascados.
LA VOLPE REPRESENTA al futbol nacional; Sánchez,
a un club que, sin menospreciar a los demás, es algo más
que eso. Es la Universidad Nacional Autónoma de México. Es
la casa de estudios, la máxima, que ha logrado mantener, contra
marea, una filosofía de enseñanza gratuita que es pilar básico
del hoy precario equilibrio nacional. Así era el IMSS en lo suyo.
Ya no. La UNAM está hoy, en ese sentido, más sóla
que nunca.
UNO Y OTRO desprecian por igual al nacional mundo
de las patadas. La Volpe es el hermano mayor, Sánchez sigue en la
dinastía, pero quiere ser el único. Ambos están abocados
al fracaso. Y entre sus patas van a llevarse, por si faltaran ayudas,
lo que queda del futbol nacional.
SON ALMAS GEMELAS. Por eso no caben en el mismo
espejo. Uno es alto, bigotón, mal encarado, chillón. El otro
es chaparrito, luce sonrisa Colgate, es mal encarado y chillón.
Uno de ellos debe desaparecer del espejo. Se parecen demasiado.
QUE LA VOLPE sea argentino es lo de menos. Que
Sánchez sea mexicano es irrelevante a efectos. La nacionalidad no
da nada, tampoco quita. Es puro accidente. Por eso sonroja que el míster
de la UNAM se exprese como acostumbra. Su discurso nada tiene que ver
con el espíritu universal de la máxima casa de estudios.
Nadie pide que se callen. En todo caso hay que lamentar el pésimo
uso que hacen del lenguaje. En especial Sánchez: alguien en la UNAM
debe enseñarle a hablar. Da pena.
EN MEDIO DE tan estúpida polémica
el futbol nacional vive ajeno a las corrientes mundiales. Somos tan buenos
que nadie puede enseñarnos nada en este vergel de las patadas nacionales.
La autocomplacencia con la mediocridad es moneda de uso corriente. Por
eso La Volpe y Sánchez se disputan el espacio frente al espejo.
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