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México D.F. Lunes 2 de agosto de 2004
Un fideicomiso para salvaguardar y administrar
su trabajo, entre los pendientes
A 5 años de su deceso, faltan acciones para
preservar y difundir la obra de Gironella
El artista estipuló que su casa en Valle de Bravo
se adaptara como museo, biblioteca, archivo y promotora cultural de la
zona; por carencias económicas se ha diferido el plan
MERRY MAC MASTERS
Hoy, hace un lustro, dejó de cantar el gallo
Alberto Gironella (1929-1999). No obstante, tras su muerte su obra
artística ha circulado más que nunca, gracias a los esfuerzos
de su familia y, en especial, de su hijo Emiliano. Al momento de fallecer,
su muestra Potlacht, un homenaje plástico al escritor y amigo
Octavio Paz, itineraba por diferentes partes del país. Sin embargo,
se desencadenó una serie de proyectos de exposición y editoriales
que colocaron su producción al alcance del público. Pero
también han quedado pendientes otros proyectos.
Al morir su padre, Emiliano Gironella dijo que dejó
estipulado en su testimonio la creación de un fideicomiso con carácter
de fundación para salvaguardar y administrar su obra, así
como dejar su casa en Valle de Bravo como museo, biblioteca, archivo y
lugar de promoción cultural en el estado de México (La
Jornada, 02/VII/99). La falta de recursos económicos no ha permitido
el cumplimiento de su última voluntad.
El
fideicomiso sigue todavía en proyecto. Mientras tanto, su casa de
Valle de Bravo, la única que fue propiedad de Gironella y donde
vivió los últimos 27 años, sigue cerrada, aunque el
año pasado abrió brevemente sus puertas con una exposición
del artista, inscrita en el Festival de las Almas. Emiliano afirma: ''Hubo
muy buena fe del gobierno mexiquense y me apoyaron para hacer una actividad
allí. Pero no tienen recursos y es el último año de
la actual administración. Entonces tendremos que esperar''.
Con motivo del segundo aniversario luctuoso de Gironella,
se denunció que la casa, una construcción antigua de adobe
de dos niveles, con vigas de madera, y patios interiores, estaba en franco
estado de deterioro (La Jornada, 02/VII/2001). Se apreciaban cuarteaduras
en las paredes y los pisos. En ese entonces se dijo que su restauración
podría ascender a 5 millones de pesos.
Su colección de unos 10 mil libros, básicamente
de literatura y de artes plásticas, escritos en español,
francés, inglés, portugués y catalán, se encontraba
en un estado de abandono, al igual que la obra de arte que allí
se había quedado como la serie de 24 cajas que Gironella hizo en
homenaje a Federico Nietzsche en aras del centenario de su muerte, hace
cuatro años, así como la obra dedicada a la cantante Madonna.
En 2000 Sylvia Navarrete, entonces investigadora del Centro
Nacional de Investigación, Documentación e Información
del Instituto Nacional de Bellas Artes -que aportó 100 mil pesos
al proyecto-, comenzó la organización del archivo dejado
por Gironella, que se remonta a los años cincuenta y comprende material
hemerográfico, invitaciones, catálogos, correspondencia y
fotografías.
Tanto el archivo como la colección de libros fueron
traslados a El Aire Centro de Arte, espacio cultural que tienen en la ciudad
de México Emiliano y su madre, la pintora Carmen Parra. Allí
se construyó un espacio para albergarlos; sin embargo, por falta
de recursos no se pueden instalar la biblioteca y el archivo. ''Una biblioteca
-apunta Emiliano-, si no está organizada, no se puede abrir al público
por falta de control. Para que funcione el archivo se necesita una base
de datos''.
Las cenizas del artista estuvieron en depósito
en la gran exposición retrospectiva Alberto Gironella. Barón
de Beltenebros, montada en el Museo del Palacio de Bellas Artes. En
la actualidad están en la bodega de El Aire. Don Alberto pidió
que sus restos descansaran en el jardín de la casa de Valle de Bravo.
Sin lugar a duda, la retrospectiva del Museo del Palacio
fue el cúmulo de cinco años de esfuerzo por difundir la obra
de Gironella. A iniciativa de Francisco Toledo, en 2000 se organizó
una muestra de obra gráfica que estuvo en el Museo Nacional de la
Estampa, la Pinacoteca Diego Rivera, en Jalapa, y el Instituto de Artes
Gráficas de Oaxaca.
También se conmemoró su primer aniversario
luctuoso con un homenaje poético en la Casa Refugio Citlaltéptl,
donde los invitados escribieron versos a la manera de cadáver
exquisito (adaptación surrealista de un juego que involucra
yuxtaposiciones al azar y asociaciones inconscientes). Luego, en el edificio
del Antiguo Ayuntamiento se organizó la exposición Los
diálogos de Gironella, ya que fue un pintor de gran carga literaria.
En el plano editorial, a finales de 2002 salió
a la luz el libro Alberto Gironella, publicado por Landucci. La
exposición Alberto Gironella. Barón de Beltenebros
igualmente contó con un catálogo sui generis, producido
por el Editorial RM, que siempre busca que haya coherencia con la obra
de la persona en cuestión.
Es de imaginarse que todavía está por descubrirse
al gran artista que fue Alberto Gironella.
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