México D.F. Lunes 2 de agosto de 2004
El líder uruguayo luchó siempre
por la unidad de la izquierda
Honores de ministro de Estado en el funeral de Liber
Seregni
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 1º de agosto. La muerte el viernes
pasado del ex general Liber Seregni, fundador del Frente Amplio (FA) significa
la desaparición de uno de los grandes líderes de las últimas
décadas en América Latina.
A su velatorio y entierro concurrieron las fuerzas políticas
de su país, la solidaridad llegó desde todo el mundo y se
dispusieron honores de ministro de Estado para quien fuera dos veces candidato
a presidente por uno de los movimientos de izquierda y progresistas más
importante de América Latina.
Seregni continuaba luchando hasta el momento de su muerte,
a los 87 años, por la unidad de las fuerzas de izquierda y progresistas
"nunca tan necesaria como en estos tiempos". Así lo había
dicho a este periódico en un diálogo meses atrás.
Fue
un general del ejército uruguayo que luchó contra la dictadura,
que sufrió la cárcel y el exilio. El FA, que fundó
con otros dirigentes socialistas, comunistas, democristianos y de sectores
progresistas, en 1971 lo llevó como candidato a presidente en esa
fecha.
La aparición del FA terminó con el bipartidismo
en Uruguay y Seregni condujo a este partido en los tiempos duros después
de la transición democrática. Se retiró luego de 25
años de dirigir a la formación, pero decía con orgullo
que su partido "con todo en contra" había crecido "imparablemente"
desde su fundación.
Seregni abandonó el ejército criticando
al gobierno de Jorge Pacheco Areco para fundar el FA, del Partido Colorado.
En l973, el nuevo presidente, Juan María Bordaberry, dio un autogolpe
con las Fuerzas Armadas y ordenó la detención del líder
partidario, quien fue arrestado tras haber participado en la asunción
del gobierno de Héctor Cámpora en Argentina.
Un tribunal de honor del ejército lo condenó
a 14 años de prisión al hallarlo culpable de los delitos
de "subversión y traición a la patria" y lo inhabilitó
para actuar políticamente. Tras ser liberado en 1984. Seregni mostró
un espíritu de altruismo y no buscó revancha aunque demandaba
justicia.
El llamado "general del pueblo" nunca descansó
en su ideal de unidad de las fuerzas en América Latina y en esto
mencionaba que el continente no podía permitirse perder otro siglo,
recordando tanto a Simón Bolívar como a José Gervasio
de Artigas la figura señera en su país y en el sur de América.
Su movimiento está ahora a un paso de lograr el
triunfo en las próximas elecciones y la figura de Seregni se proyecta
en esa construcción política de día a día.
Como dijeron hoy algunos de sus compañeros de ruta: "se va en vísperas
de la victoria, que el ayudó a construir"
A 30 años del golpe, en declaraciones a este periódico,
Seregni recordaba no sólo los sucesos de los últimos años
en Uruguay, sino también en toda América Latina. Seregni
confesaba a La Jornada, su "vergüenza ajena" por lo que habían
hecho sus antiguos camaradas de armas durante la dictadura y por la falta
de voluntad política para castigar a los principales responsables.
Pensaba que esto hacía imposible comenzar una democracia
firme con un ejército renovado y no "rehén" de quienes, desde
su punto de vista, habían "deshonrado el uniforme".
Recordaba -así lo dijo- cada día a sus compañeros
de lucha como Zelmar Michelini, (ex senador) que junto con Héctor
Gutiérrez Ruiz (ex presidente de la Cámara de Diputados)
quienes fueron víctimas del Plan Cóndor en Argentina.
Su "gran dolor" eran la falta de justicia, la traición a la democracia
que, decía, habían resultado en lo que él llamaba
las "nuevas dictaduras de mercado".
A principios de este año recibió un gran
homenaje de todos los partidos al retirarse definitivamente de la política.
Entonces, dijo estar seguro de que el FA seguía siendo "la nueva
y firme conciencia que hará posible un nuevo Uruguay".
En su acto de homenaje se declaró convencido de
que: "Nosotros podemos ser un ejemplo para América Latina, un ejemplo
para que nadie destruya la unidad, sin la cual, todo lo malo puede regresar,
lo que nunca más debe ser. Hasta el colonialismo de otros tiempos
puede volver. La unidad es la única fuerza y los que no entienden
esto están perdiendo el único camino posible para que alguna
vez seamos verdaderamente libres".
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