Iván Restrepo

Influyentismo en la Condesa

La semana anterior, el jefe de Gobierno de la ciudad de México enfrentó la presión de los taxistas piratas del grupo Pantera. Luego de mucho tiempo en que ejercieron su oficio sin cumplir con los señalamientos de la legislación vigente, después que se denunció la protección que algunos funcionarios y políticos brindaban a los piratas del asfalto, se ordenó detener y llevar al corralón las unidades irregulares, lo que desató en algunos casos la violencia de los afectados. Ante los hechos, Andrés Manuel López Obrador dijo que no cedería a ningún tipo de chantaje, que éstos eran tiempos y usos muy distintos a cuando gobernaba "ese partido", en referencia al Revolucionario Institucional, acostumbrado a tolerar a quienes estaban fuera de la ley, a dar permisos para trabajar como taxistas a cambio de su apoyo político y del voto en las elecciones. En esta administración, añadió, no se transgrede la ley y no hay influyentismo. Todo se hace con claridad y apegado a derecho, remató.

Precisamente eso, que no haya influyentismo y se cumpla con la ley, es lo que piden desde hace tiempo vecinos de la colonia Condesa afectados por el funcionamiento del bar-cantina St. Patricks, ubicado en Campeche 424, esquina Amatlán, donde durante muchos años funcionó una farmacia y más tarde un restaurante, que pronto quebró por falta de clientela.

Ante la protesta vecinal por el cambio de giro mercantil, la anterior delegada en Cuauhtémoc, Dolores Padierna, aseguró a los vecinos que el uso del suelo autorizado para el local aludido no incluía ningún tipo de actividad gastronómica y menos un bar o cantina. Sin embargo, desde octubre pasado, luego de una lujosa remodelación interna y externa del local, abrió sus puertas St. Patricks, que además se apoderó con sillas y mesas de la acera de Campeche y de la muy angosta de Amatlán, obstaculizando el paso de peatones, discapacitados y de las madres que llevan a sus bebés en carreolas.

Los vecinos protestaron ante la delegación por permitir el funcionamiento de ese negocio en una calle eminentemente residencial y exigieron su clausura porque el uso del suelo no permite un bar-cantina como el descrito, por ser foco de contaminación auditiva (música a decibeles muy por arriba de lo que marca la norma), por el escándalo que arman algunos de sus clientes, ebrios en la noche, y por las molestias que ocasiona el servicio de valet parking, el cual se apoderó de los espacios que antes utilizaban vecinos, cuyos departamentos no cuentan con estacionamiento y por ello dejaban su auto en la calle. En ocasiones los valet parking bloquean la entrada de las cocheras de las casas con los vehículos de los clientes del bar-cantina.

La delegación colocó dos sellos de clausura (que los propietarios taparon con cartulina negra) sobre el muro de la cantina que da a la calle de Amatlán, pero el negocio sigue funcionando como si nada y extendió recientemente su influencia a una casa cercana, donde almacena cervezas, licores, entre otros productos. Allí viven dos personas que, švaya coincidencia!, trabajan en la Cuauhtémoc.

Dadas las denuncias escritas y verbales de los vecinos sobre las anomalías descritas, las autoridades (como Francis-co J. Gabilondo, responsable delegacional de Roma-Condesa) piden paciencia, pues, aseguran, el bar-cantina será clausurado. La paciencia se acabó y por eso decenas de vecinos entregaron el viernes pasado una carta a la actual delegada, Virginia Jaramillo, en la cual exigen se cumpla la normatividad vigente en la materia y se clausure definitivamente el foco de problemas para quienes residen en esa parte de la Condesa.

Esa clausura probaría que los colaboradores del jefe de Gobierno tampoco ceden al influyentismo, ya que todo apunta a que el St. Patricks pertenece a los hijos de Carlos Alazraki, publicista de cabecera de Roberto Madrazo, Jorge Hank, Víctor Cervera Pacheco y también del gobernador Arturo Montiel, a quien le vendió la frase: "los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas".

Ahora que la señora delegada y su antecesora andan formando grupos para defender a López Obrador, creemos que otra forma de hacerlo es cumpliendo con su deber: poniendo orden en una colonia, la Condesa, donde los negocios irregulares han sentado sus reales.