México D.F. Lunes 2 de agosto de 2004
ENTREVISTA/JOSE LUIS SOBERANES FERNANDEZ, PRESIDENTE
DE LA CNDH
El genocidio, mala vía para consignar por la
guerra sucia
SOBRE LA MATANZA DEL 71 "AUN NO ESTA DICHA LA ULTIMA PALABRA"
"Nosotros íbamos por que se investigara y se
castigara a los responsables. La prueba de ello es que pedimos la creación
de la fiscalía especial, y no es sencillamente dejar algo testimonial;
la intención es que hubiera un castigo y que se abriera un proceso
legal."
VICTOR BALLINAS
Con la decisión del juez segundo de distrito, César
Flores Rodríguez, de negar las órdenes de aprehensión
contra el ex presidente Luis Echeverría Alvarez y otros ex funcionarios
por los hechos del 10 de junio de 1971, "aún no está dicha
la última palabra: esto es como una novela de suspenso, donde apenas
hemos visto un capítulo y quedan muchos por recorrer", señala
el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH),
José Luis Soberanes Fernández.
En
entrevista con La Jornada, el ombudsman nacional dice: "si
se quiere aplicar la justicia en los casos de violaciones a derechos humanos
del pasado, yo como jurista no hubiera escogido la vía del genocidio
para la consignación".
Soberanes Fernández destaca que "con la consignación
del expediente sobre crímenes de pasado -la masacre estudiantil
de 1971- se demuestra que ya no hay intocables en el país".
Abunda: "la CNDH hizo la investigación sobre la
guerra sucia no como una ocurrencia, sino como una deuda pendiente
que se tenía con la sociedad desde la creación de este órgano.
Ahí hay pruebas suficientes para hacer justicia, para empezar a
frenar la impunidad, por eso emitimos una recomendación al presidente
Vicente Fox no sólo para que se investigara, sino para castigar
a los responsables de esos hechos".
-¿Considera necesario que para transitar a la democracia,
en los regímenes donde se han registrado represiones y masacres,
deba revisarse el pasado?
-No, no es necesario. Un ejemplo más notable y
reciente para nosotros es España, donde después de la dictadura
franquista de treinta y tantos años y donde hubo una represión
muy fuerte y corrió mucha sangre, no hubo esta rendición
de cuentas. Hubo como un pacto en ese sentido y ya no se siguió
adelante. Sin embargo, en la actualidad, en los países de América
Latina donde hubo dictaduras sí se ha visto esta necesidad de dar
una revisión al pasado.
-El esclarecimiento de los crímenes ¿podría
considerarse una exigencia del derecho internacional a las democracias?
-No. Aquí hay una cosa, cuando ha habido estas
situaciones particularmente graves de violaciones a los derechos humanos,
como es la Segunda Guerra Mundial o el caso de Ruanda o el caso de Yugoslavia,
se han creado tribunales ad hoc para juzgar con posterioridad esos
hechos, lo cual violenta un principio jurídico. Los tribunales tienen
que ser establecidos antes, no posteriormente a los hechos que se van a
juzgar. Entonces, para evitar esto, surge la idea de crear la Corte Penal
Internacional, y se entiende que ya es una amenaza muy fuerte para el que
quiera tener este tipo de actitudes.
-Con la recomendación 26/2001 sobre las desapariciones
forzadas en el país, ¿se buscaba la investigación
y el perdón, o la aplicación de la ley?
-No, nosotros íbamos muy claramente por que se
investigara y se castigara a los responsables. La prueba de ello es que
pedimos la creación de la fiscalía especial, y no es sencillamente
dejar algo testimonial; la intención nuestra es que hubiera un castigo
y que se abriera un proceso legal. En ese momento se hablaba mucho de una
comisión de la verdad, pero esas comisiones no tienen facultades
legales para investigar y menos para castigar. Por eso nosotros, que sí
tenemos facultades para ello, indagamos y entregamos la investigación
al presidente Fox.
-¿Es la fiscalía un ajuste de cuentas con
el pasado?
-No, no es un ajuste de cuentas, ese es un término
utilizado entre mafiosos. Simple y sencillamente es un acto de justicia
respecto de unos hechos ilícitos que quedaron impunes. Creo que
sí podemos remontar la impunidad, y esto es un mensaje para el futuro,
para que nadie tenga tentaciones de querer cometer estos mismos hechos.
-El PRI asegura que aclarar el pasado es un acto de venganza,
¿qué opina de esto?
-Yo era estudiante de derecho cuando pasaron los acontecimientos,
tanto del 68 como los del 71, y en la Facultad de Derecho nos enseñaron
que esos hechos eran delitos y que los delitos había que investigarlos
y castigarlos. Había un orden constitucional, y al hecho de que
se quiera aplicar las normas que existían desde aquel entonces yo
no le veo ningún problema. Pero si en este momento se crearan nuevos
tipos penales que se quisieran aplicar a aquel entonces, ahí sí
se podría hablar de un ajuste de cuentas, como el tribunal de Nüremberg,
en Alemania.
-¿Hay resistencia gubernamental para sancionar
el pasado?
-Aclarar el pasado fue algo que llevó a la creación
misma de la CNDH. Cuando asume Carlos Salinas de Gortari la Presidencia
de la República y se le plantea el problema de los desaparecidos
durante la guerra sucia, él crea en la Secretaría
de Gobernación la Dirección de Derechos Humanos y luego la
CNDH, y uno de sus objetivos fue darle un cauce institucional a las quejas
que se tenían; eso es algo que viene desde 1988-89, no es una ocurrencia
nuestra. La CNDH tenía una deuda desde su creación para resolver
este asunto, lo único que hemos hecho es tratar de pagar esa deuda
histórica.
-¿Con su recomendación sobre la guerra
sucia busca frenar la impunidad?
-Claro. No es que nosotros hayamos inventado el país
en 2000. Veníamos de una realidad, de una estructura institucional,
era simple y sencillamente aplicar esa realidad institucional, y así
lo quise ver yo, por eso le pedí al Presidente en esa recomendación
que se hiciera la investigación correspondiente y se sancionara
a los responsables.
-Para acabar con la impunidad, ¿el Estado debe
llevar a los responsables de la masacres del pasado ante la justicia?
-Sí, porque esa es una facultad exclusiva del Estado,
sólo a ellos les toca sancionar los delitos, si no sería
uno o dos pasos para atrás. El Estado para eso tiene instituciones.
-¿Se debió empezar la consignación
de responsables del pasado por los casos de la guerra sucia?
-Yo así lo hubiera hecho. Si yo fuera el fiscal,
habría empezado por esa recomendación, es de muchos tomos,
donde se ve caso por caso. La fiscalía tiene que perfeccionarla
y darle la forma de averiguación previa, pero eso es lo que yo hubiera
hecho. Es lo mismo que propongo que se haga en el caso de los asesinatos
de mujeres en Ciudad Juárez.
-¿Comparte la opinión del juez, de que no
fue genocidio en 71 y que ya prescribieron los delitos?
-No puedo opinar sobre el asunto, pero esto es como una
novela de suspenso, y apenas hemos visto un capítulo, quedan muchos
por recorrer. No esta dicha la última palabra. No puedo opinar sobre
la decisión del juez porque la Constitución me lo impide.
-¿Hay elementos para que el fiscal pueda basar
la acusación de genocidio?
-No puedo yo juzgar el trabajo del fiscal. Lo que yo hubiera
hecho es difícil de opinar, sólo diría que yo no me
hubiera ido por esa vía.
-¿Ya prescribieron los delitos?
-No, parece que hubo una averiguación y también
hubo una exoneración. En ese momento se interrumpió la prescripción,
se pueden revivir.
-¿El juez acepta que hubo crímenes y abusos
en el 71, aún se pueden castigar?
-Sí, por eso le digo que es como una novela de
suspenso. Hay que ver los demás capítulos. Me imagino que
la Suprema Corte de Justicia de la Nación va a atraer el asunto.
Hay que esperar lo que diga la Corte.
-Cómo jurista, ¿cómo define el genocidio?
-Cuando se va a acabar con un grupo social. Es un homicidio
multiplicado al infinito; tiene muchas cuestiones muy graves, como lo que
hizo Hitler en Alemania, o cuando se pretende acabar con alguna etnia o
grupo religioso. Eso una cosa muy grave, y es importante que no lo frivolicemos
y que no llamemos genocidio a lo que no lo es, porque pierde su gravedad,
pierde esa nota de suma gravedad.
-¿Ve posibilidades de que se haga justicia en el
caso de los desaparecidos?
-Ahí sí hay tema para la justicia. Absolutamente
puede llevarse a la justicia a los responsables; ahí está
nuestro trabajo, nada más es cuestión de perfeccionarlo y
darle las características de averiguación previa.
-¿Ya no son intocables los ex presidentes?
-Ya se demostró que no hay intocables, ya superamos
esa etapa.
-¿La Corte puede decidir si se aplican las leyes
internacionales en el caso del 71?
-Va a ser muy importante que la Corte atraiga el caso
y defina un criterio, porque eso es precisamente lo que necesitamos, que
defina un criterio para la aplicación de la legislación internacional.
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