México D.F. Lunes 2 de agosto de 2004
REPORTAJE /INDUSTRIA DEL RESCATE
Rechazan expertos la regulación de firmas que
median con plagiarios
Sería un mensaje de que el Estado es incapaz
de afrontar la inseguridad
"Si las personas estuvieran
conscientes de que las empresas negociadoras no se comprometen realmente
en nada, buscarían el apoyo de las procuradurías federal
y estatales", asegura Rubén Quintino, investigador del Instituto
Nacional de Ciencias Penales
JESUS ARANDA
Con
un tajante no respondieron especialistas del Instituto Nacional
de Ciencias Penales (Inacipe) de la Procuraduría General de la República
(PGR) a la posibilidad de legislar y, por tanto, regularizar la actividad
de las empresas, nacionales y extranjeras, que se dedican a "negociar"
con secuestradores, porque, de hacerlo, quedaría en evidencia que
el Estado es incapaz de afrontar el problema de la seguridad y lo deja
en manos de particulares.
"Si se legisla en la materia la autoridad daría
la impresión de que no tiene capa-cidad de combatir el secuestro;
además demostraría debilidad institucional y enviaría
un mensaje negativo a la sociedad, que está a la espera de que se
emprendan acciones decisivas para luchar contra el crimen", coincidieron
Miguel Ontiveros Alonso, director de Investigación del Inacipe,
y Rubén Quintino Zepeda, penalista investigador del instituto.
Ontiveros añadió que es mejor prohibir la
actividad de empresas negociadoras en lugar de exigirles que después
de una negociación entreguen los datos que poseen a las autoridades.
En entrevista con La Jornada, el especialista enfatizó:
"no puede la autoridad mandar mensajes equivocados ni ceder espacios a
los particulares en materia de seguridad; el Estado no puede dejar de actuar,
sería contraproducente".
Por su parte, Quintino Zepeda expresó que, en caso
de regular la actividad de los "negociadores", se entraría en el
problema de delimitar qué delitos podrían cometer las empresas.
"En caso de un ilícito en el momento de la negociación, ¿quién
respondería penalmente: el dueño o director, o el empleado
directamente involucrado?"
Por su parte, Raúl Rojas Camacho, investigador
en victimología del Inacipe, sostuvo que las empresas "negociadoras"
se aprovechan de la coyuntura mundial que ofrece la llamada justicia alternativa
o restitutiva.
Sin embargo, subrayó que, de acuerdo con diversas
recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas, el secuestro
es un delito en el que no debe haber mediación, igual que en el
caso de crimen organizado, la pornografía infantil y la violencia
doméstica.
Lo anterior, porque en los delitos en que hay mediación
se deja de castigar al victimario, lo cual genera impunidad por llevar
un problema de seguridad pública al ámbito estrictamente
privado.
Y el Estado tiene la obligación de castigar las
conductas violentas, lo cual resulta prácticamente imposible si
en el caso del secuestro se deja la negociación en manos de particulares,
quienes, además, no tienen la obligación legal de dar parte
a la autoridad cuando ocurre un plagio ni de entregar las grabaciones y
pruebas que pudieran llevar a la detención de los delincuentes.
Quintino abundó: "Si la gente estuviera consciente
de que las empresas negociadoras no se comprometen realmente en nada, buscarían
mejor el apoyo de las procuradurías federal y estatales; sin embargo,
en muchos casos prevalecen la desesperación y la desinformación.
Además, está la ventaja de que ni la PGR ni otras procuradurías
cobran por sus servicios, y cuando intervienen recaban información
importante sobre el modus operandi de las bandas, aumentan su base
de datos y están en mejores posibilidades de avanzar hacia el abatimiento
de la impunidad".
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