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México D.F. Sábado 31 de julio de 2004
MUSICA
José Agustín Ramírez
The Cure
ROBERT SMITH, EL mentor de todos los darketos (guitarrista, vocal y compositor de La Cura), vuelve con su disco número 13, el homónimo The Cure. El grupo de rock post-punk inglés, arrancó en 1976, con el disco Three imaginary boys (1979). Pero de los fundadores del grupo ya sólo queda Simon Gallup, tocando con-dón Robert, pues docenas de músicos han desfilado por The Cure, pero destaca el actual tecladista, Roger O'Donnell, por ser miembro de la banda desde aquella obra maestra del nihilismo y la depresión: Disintegration (1990).
Y AHORA, EL nuevo The Cure les da un renacimiento, aunque vuelven mas encabronados, con las canciones Lost y Laberinth, o Us and them, que recuerdan sus tiempos más agresivos (The kiss, Fascination street) e invocan al Tree de Seventeen seconds, hilada magistralmente con A forest, en la cual Robert se perdía, al igual que en la nueva Lost, en un laberinto natural, y es justamente con esta sorprendente pieza, que The Cure alcanza su nivel más alto.
PERO, DESGRACIADAMENTE, COMO siempre es costumbre, también revisitan sus facetas optimistas (con I don't know what's going on, Taking of y The end of the world) de donde sale el sencillo, a pesar de que estas melodías poperas ya nunca alcanzan la frescura de sus rolillas juveniles (Just like heaven, Love song) con las que Mr. Smith pretende lavarse las manos de la tristeza abismal que producen las rolas más decadentes como Aniversary, del nuevo álbum.
PERO HAY OTRAS rolas rabiosas, como Us or them y Never, en las que se desata un buen pandemonio. Y la medalla de plata sería para La promesa, épica espiral, que se alarga por diez minutos, entre atmósferas extrañas y guitarrazos elípticos. El disco termina, necio, con una firma de pesimismo y melancolía, en la acústica Going nowhere, que está chida también. Pero eso sí, la estafa apocalíptica El fin del mundo, insiste en la postergada eutanasia de esta banda, al igual que alt.end, entre ritmos más bien de misterio juguetón y fastidio extrovertido. Pero da gusto ver a un Robert Smith al fin aceptando su proyecto en las 12 canciones que grabó en directo durante la primavera de 2004 y la versión de lujo, por sólo 30 varos extras, ofrece un dvd con el Making of The Cure, con 30 minutos del ritual que fueron estas sesiones, similares a lo que ofrecerán los Curanderos, finalmente, en la Nueva Tenochtitlán, el 4 y 5 de septiembre.
LLÉGUENLE SIN DUDAS, aquellos que gusten de esta música misteriosa, azotada, nocturna y a la vez infantil; sicótica, narcótica, onírica y existencialista, legado mayor del rock gótico-post-apunkalíptico.
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