Lo encabeza David Jiménez en el Senado, con miras en las elecciones de 2006, sostiene

El bloqueo a la reforma del DF, sabotaje contra López Obrador: Ortiz Pinchetti

Por primera vez un partido progresista tiene posibilidad de acceder al poder federal: Bartra

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

El bloqueo de la reforma política del Distrito Federal en el Senado, encabezado por el priísta David Jiménez González, no se debe a posiciones ideológicas sino a un sabotaje para no conceder al jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, el mérito de haberla encabezado, con miras a las elecciones de 2006, aseguró el diputado federal José Agustín Ortiz Pinchetti, ex secretario de Gobierno capitalino, al participar ayer en el ciclo de conferencias 6 de julio, día de la democracia en la ciudad de México.

Recordó que Daniel Cossío Villegas aseguraba que el sistema político mexicano se sostenía en dos pilares: la Presidencia, como una monarquía de Estado, y el partido, pero advirtió que el historiador no reparó en una tercera estructura: "el control sobre el Distrito Federal", al que se le privó de toda autonomía desde que el presidente Alvaro Obregón suprimió el municipio para crear un departamento administrativo cuyo titular era designado por el titular del Ejecutivo.

La alternancia en el poder, señaló, no comenzó con la elección del 2 de julio de 2000, sino el 6 de julio de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la jefatura de Gobierno, porque "en ese momento, en el imaginario colectivo se hizo posible la derrota del invencible".

Al culminar dicha alternancia en 2000, cuando ganó el PAN la Presidencia y el PRD repitió su triunfo en la ciudad, era el momento de completar la reforma política del DF. López Obrador lo planteó en su campaña política, y el PRD, desde su fundación la ha mantenido como bandera. Inclusive el PAN, desde los años 80, ha luchado por la independencia del DF.

Expuso que la reforma, que consiste en modificaciones a los artículos 73, 76, 89, 108, 109, 110, 111 y 122 de la Constitución, fue aprobada por mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) para convertirla en iniciativa de ley ante el Congreso, y en la Cámara de Diputados la aprobaron 96 por ciento de los legisladores, pero al llegar al Senado, primero se difirió su discusión y luego, en abril de 2002, fue rechazada en la Comisión del Distrito Federal, presidida por Jiménez González, con "dos argumentos insignificantes": que la ALDF no tenía facultades para presentar iniciativas de ley, y que de ser aprobada, el DF se iba a sobreponer a los poderes federales.

Para Ortiz Pinchetti, no queda más que esperar la próxima legislatura en el Senado, después de la elección de 2006, para que la reforma política del DF tenga su segunda oportunidad.

En tanto, Armando Bartra, en su conferencia magistral: Hacia una democracia más democrática, dijo que "después de tres años de gobernar a casi 10 millones de chilangos, el actual jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, es el político nacional con más aceptación ciudadana y un fuerte candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 2006, si los demócratas de este país, todos, no sólo los del PRD, impedimos su amañado desafuero".

Se trata, apuntó, de la primera vez en la historia de México que "un partido progresista de oposición tiene oportunidad de acceder al poder federal, no por lo mal que gobierna la derecha, sino por lo bien que gobierna la izquierda, aunque los de izquierda no estén de acuerdo con eso".

Advirtió sin embargo de los riesgos, pues si bien el gobernante del DF ha utilizado adecuadamente la inversión en obra pública para atenuar el desempleo, entre otros aciertos, como el de destinar recursos fiscales a la tercera edad, el gasto social no compensa el déficit en mecanismos de participación ciudadana, reflejada en la "crisis y perversión clientelar que sufre el movimiento urbano popular", y que pone en entredicho el proyecto gubernamental de centro-izquierda.