México D.F. Sábado 31 de julio de 2004
La cancillería mexicana es "insensible
e indolente", expresan los detenidos
Aprueba la SRE extradición a España de
los 6 vascos presos en el Reclusorio Norte
La dependencia no revisó las pruebas ni analizó
los casos de manera individual
GEORGINA SALDIERNA
El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez,
acordó ayer conceder la extradición de los seis vascos detenidos
en el Reclusorio Norte por los delitos de asociación ilícita
e integración en organización terrorista, allegamiento de
fondos con fines terroristas y blanqueo de capitales procedentes
de actividades terroristas.
En un comunicado de prensa, la cancillería informó
que dicho acuerdo fue notificado a los aprehendidos, a quienes inclusive
identificó con los sobrenombres que el juez español Baltasar
Garzón utiliza en su requerimiento de extradición: Félix
Salustiano García Rivera, El Yiyo; Asier Arronategui Duralde;
María Asunción Gorrochategui Vázquez, La Rubia;
Juan Carlos Artola Díaz, Mambrú; José María
Urquijo Borde, Kinito o Luis Castañeda Vallejo, y
Ernesto Alberdi Elejalde, Raka o Ricardo Ernesto Saez García.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) fue
notificada el pasado 9 de julio de la opinión que emitió
el juez segundo de distrito en materia penal de la ciudad de México,
en torno a la procedencia jurídica de la extradición de estas
personas a España.
Después
de analizar tanto la solicitud de extradición como el expediente
conformado ante la autoridad judicial citada y teniendo a la vista su opinión,
la cancillería consideró que se "satisfacen los requisitos
previstos en el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua firmado
entre México y España".
Así, se concedió la extradición por
los delitos ya señalados pero no por el de falsedad documental,
al no haber sido posible determinar si dicho ilícito había
prescrito, explicó la dependencia.
La decisión de la SRE se conoció la tarde
de este viernes, mientras en la mañana todavía un grupo de
activistas realizó un concierto frente a la dependencia para exigir
la liberación de los vascos y que no fueran extraditados. Entre
los asistentes estaba el cantautor Guillermo Briseño.
La abogada de los detenidos, Bárbara Zamora, criticó
el silencio que había guardado la cancillería sobre el tema
y que ni siquiera hubiera sido capaz de decir algo sobre el hecho de que
la embajadora de España en México, Cristina Barrios, había
mentido en la integración del expediente.
Si se aplica el derecho, los vascos no serán extraditados,
pues "hay muchos elementos para negar" su envío, destacó
antes la abogada, al tiempo que insistió en el mal estado de salud
de los detenidos, a causa de la huelga de hambre que mantienen desde hace
22 días.
Cuatro semanas antes, la directora de Asuntos Jurídicos
de la cancillería, Sandra Elisa Hernández Ortiz, había
asegurado al presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa
Mendiola, que en todas las solicitudes de extradición que se presentan
al gobierno de México, las autoridades "siempre han actuado con
apego al marco jurídico nacional e internacional, con pleno respeto
a los derechos humanos y a las garantías individuales consagradas
en la Carta Magna, cumpliendo con las formalidades esenciales del procedimiento
que se encuentra establecido en la ley de extradición internacional,
fundando y motivando debidamente las actuaciones necesarias para el cumplimiento
de la ley y de los tratados internacionales de los que México sea
parte, por lo que el caso de los citados reclamados por el gobierno español
no será la excepción".
El presidente del Parlamento había enviado al presidente
Vicente Fox una carta de la Comisión de Derechos Humanos y Solicitudes
Ciudadanas, en la que se le solicitaba velar por el cumplimiento de las
garantías judiciales durante el proceso de extradición seguido
a los seis vascos.
De acuerdo con la dependencia, tanto en éste como
en todos los casos se revisa que el requerimiento de extradición
cumpla con los requisitos formales y legales, tal como lo indica la legislación
en la materia.
BLANCHE PETRICH
Los seis vascos presos en el Reclusorio Norte, quienes
recibieron anoche la notificación del acuerdo tomado por la SRE
de que son "extraditables", se dijeron "sorprendidos por la insensibilidad
e indolencia" de la cancillería mexicana.
"Fue como conocer una muerte anunciada", comentó
Félix Salustiano García. "Hace algunos días vimos
que en un comunicado de la secretaría se nos llamaba etarras, sin
que la dependencia tomara la obligada prevención de agregar el término
supuesto. Hemos puesto una demanda por esa expresión, pero eso nos
alertó de que el gobierno federal seguía sin querer mirar
al fondo de nuestro caso, lo que bastaría para darse cuenta de que
somos acusados sin fundamento alguno."
Pasadas las siete de la noche, los detenidos recibieron
el aviso sobre la presencia, en el penal, de tres actuarios de la SRE.
Estos les entregaron expedientes idénticos a cada uno. Un rápido
vistazo les permitió percatarse de que, lejos de revisar las acusaciones
y los elementos que se presentan como pruebas y sin siquiera analizarlos
de manera individual, el área jurídica de la SRE se limitó
a fotocopiar el expediente girado por el juez César Flores y resolver
en favor de la petición de la justicia española.
Las acusaciones de asociación ilícita en
organización terrorista, allegamiento de fondos con fines terroristas
y blanqueo de capitales con fines terroristas son aplicadas a los
seis vascos en general, sin que hasta ahora -a un año de su arresto-
se haya especificado qué cargos y en qué grados le corresponden
a cada uno. De este modo, por ejemplo, María Asunción Gorrotxategui,
esposa de Juan Carlos Artola, es sometida a los cargos que pesan sobre
su marido y sus otros compatriotas, a quienes no conocía antes de
ser apresada en su casa en Puerto Escondido, a pesar de que ella nunca
tuvo siquiera una cuenta bancaria a su nombre. El alias que se le atribuye
en el expediente, La Rubia, es en realidad el apodo afectuoso con
el que la denominó su esposo.
"La cancillería ha dejado sin consideración
la opinión de juristas y especialistas que, al estudiar el caso,
han concluido que es inconstitucional e ilegal. Ha ignorado la movilización
creciente de la sociedad mexicana en contra de nuestra extradición.
Ha dado la espalda a las evidencias que año tras año ratifican
la ONU y organizaciones como Amnistía Internacional de que el Estado
español tortura a los vascos, a quienes juzga por terrorismo", señaló
Artola. "Y se ha mostrado insensible a nuestro reclamo de un juicio justo,
después de 23 días de huelga de hambre".
El ayuno que se han impuesto como forma de protesta es
severo. Sólo toman agua. Cada uno ha perdido entre 13 y 16 kilos.
Ya empiezan a sufrir mareos y debilidad. En el caso de uno, Félix
Salustiano, su úlcera estomacal ha empezado a sangrar.
Asier Arronategui, a su vez, indicó que si las
autoridades mexicanas desmenuzaran los elementos de las acusaciones sólo
encontrarían rastros de solidaridad entre una comunidad de vascos
en el exilio. "Igual como ocurría con otros colectivos, como los
chilenos o los argentinos exiliados en México durante las dictaduras.
Hacían redes solidarias, se ayudaban unos a otros. Eso fue lo único
que hicimos nosotros en México". Los elementos para fundar la acusación
de pertenecer y colaborar con el grupo armado ETA contra Artola y su esposa
María Asunción, Ernesto Alberdi, José María
Urquijo, Arronategui y Salustiano son movimientos de dinero en sus respectivas
cuentas bancarias que no suman más de 900 mil pesos. "Nada -subrayan
los acusados- prueba o apunta a que formábamos parte de un aparato
de logística de ETA. Eso debería saltarle a la vista a la
cancillería y a los jueces mexicanos."
Los seis vascos insisten en que la acusación presentada
por el juez instructor Baltasar Garzón, como en casi todos los casos
de persecución de independentistas vascos, sólo está
basada en suposiciones. "Ha sido un modus operandi de este juez",
explican.
Juicios de extradición contra vascos, basados en
la inventiva del juez Garzón, han fracasado en otros países
donde los detenidos han tenido la oportunidad de una defensa y un juicio
justo. Por ejemplo, recientemente fue declarado no extraditable Josu Lariz,
vasco residente en Argentina. Primero fue acusado en Uruguay y después
en Argentina por el gobierno español y al final, después
de años de batallas legales, salió libre, sin cargos. En
la misma situación estuvieron Raquel García y Luis Moreno,
presos en Bélgica. Los reclamos del juez español han topado
con varias negativas de las autoridades de Bruselas. También está
el caso de tres vascofranceses pertenecientes a la organización
juvenil Segui, que en Francia es legal pero está proscrita en España.
En virtud de ello, Garzón pretendía su entrega a la policía
española, a lo que Francia -generalmente colaboradora con las redadas
antivascas de su vecino peninsular- se negó.
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