México D.F. Sábado 31 de julio de 2004
Los afectados presumen que habría complicidad
de empleados con los maleantes
Asaltan a viajeros que iban a Huatulco, acabando de
salir de la Central del Sur
El conductor pretendía continuar la ruta pero
le exigieron llevarlos a presentar denuncia
JOSEFINA QUINTERO M.
Central de Autobuses del Sur, el jueves 29 de julio a
las 20:45 horas: la unidad de primera clase 11162 de Estrella Blanca, con
35 pasajeros, salió de la terminal rumbo a Huatulco. Apenas avanzó
unos cientos de metros cuando retumbó una voz. "Ya se los llevó
la chingada. Cierren los ojos, apaguen la luz, corran las cortinas, agáchense.
Nadie se mueva o intente mirarnos. La cabeza al piso y saquen todo el dinero
que traigan", fueron las órdenes que tres sujetos armados dieron
a los viajeros.
Estos abordaron el autobús en la estación,
junto con los pasajeros. Ocuparon los asientos 7, 11 y 12. Nadie los revisó,
tampoco los identificó y ni siquiera los equipos electrónicos
instalados en la terminal para detectar metales descubrieron sus armas.
Subieron al vehículo con el saludo y la bienvenida del conductor
y su acompañante. Más tarde perpetrarían el asalto.
Al
parecer todo habría sido en contubernio con empleados de la línea
camionera, dijo Eva Bodenstedt, la única de los pasajeros que accedió
a dar su nombre, pues los demás aún se sentían atemorizados.
"Desde que se retrasó la salida del autobús las cosas se
veían mal. No quisieron revisar el camión, argumentaron que
era de paquetería y no tenía por qué ser inspeccionado.
Dejaron pasar a los sujetos armados.
"Apenas nos estábamos acomodando cuando empezaron
los amagos y las palabras soeces". Durante más de media hora los
pasajeros soportaron insultos y vejaciones, porque la agresión empezó
justo después de cruzar el puente de la avenida Miguel Angel de
Quevedo para tomar calzada de Tlalpan.
Los sujetos se levantaron de sus asientos y de inmediato
sacaron las armas; quienes las alcanzaron a ver aseguraron que eran metralletas
Uzi. Uno de ellos amagaba al conductor. "Exigieron que nadie los viera
y empezaron a catear todo. A las mujeres nos manosearon, metieron sus manos
por todas partes, a fuerza querían que sacáramos dinero".
Una pequeña de ocho años, que viajaba en
compañía de madre, abuela y tía, relataron, lloraba
asustada. Los sujetos intentaban callarla y la niña sólo
se protegía con su familia. Dos holandesas suplicaban en inglés
que no les quitaran el dinero, y en repuesta le dijeron "cállate,
perra maldita". Un joven fue duramente golpeado por no traer efectivo.
Cada persona que decía no portar dinero recibía puñetazos
y patadas. Varios pasajeros fueron encañonados.
Los sujetos, aseguran las víctimas, no estaban
solos. Detrás del autobús los seguía un vehículo
con el que se comunicaban mediante teléfonos celulares y reportaban
sus movimientos. Poco antes de llegar a la caseta para salir de la ciudad
de México, los delincuentes abandonaron el autobús con todo
el efectivo que pudieron conseguir, cámaras fotográficas
y una computadora portátil.
Después del incidente, el conductor intentó
retomar el camino rumbo a Huatulco, pero los pasajeros le exigieron regresar
para presentar denuncia del atraco. Pidieron el auxilio de policías
federales y de los representantes de Estrella Blanca, que durante la madrugada
de ayer nunca aparecieron, porque no había nadie para responder
en casos de emergencia.
La denuncia quedó asentada en la 22 agencia del
Ministerio Público en Coyoacán con el expediente COY-2T3/1098/04-04-07,
y las víctimas se trasladaron a las oficinas de la empresa camionera,
donde fueron recibidas por Juvencio García, director operativo,
quien les dijo: "Así está la inseguridad en la ciudad de
México y al mes dos autobuses son asaltados", por lo cual, sólo
se les ayudaría con el pasaje de regreso.
En la terminal, los pasajeros afectados lograron investigar
que los delincuentes se registraron con los nombres de Pedro Gutiérrez,
Mario González y Armando Manríquez. Fueron atendidos por
el representante legal 19 horas después del incidente y así
terminó el viaje de 35 personas que intentaban llegar a las playas
de Huatulco.
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