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México D.F. Sábado 31 de julio de 2004
"Es hora de iniciar la revolución" para
defender pensiones, clama líder seccional
Sindicalizados exigen a Vega Galina "hacer sentir la
fuerza del gremio"
"Renuncia al PRI", piden trabajadores; "no trabajo en
ningún partido", responde el líder
FABIOLA MARTINEZ
"¡Llegaremos hasta la huelga si así lo determinan
nuestros órganos de gobierno!", exclamó el dirigente del
Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), Roberto Vega
Galina, ante unos 10 mil integrantes de este gremio que bloquearon por
más de ocho horas las inmediaciones de la Cámara de Diputados.
Esa advertencia, emitida por la cúpula sindical
desde el momento en que el PRI presentó su iniciativa de reforma
a la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tuvo que ser
reforzada ayer, tras la exigencia de miles de empleados del organismo para
que sus representantes ejecuten "medidas contundentes" y hagan sentir la
fuerza de esta organización de más de 360 mil afiliados:
"¡paros, huelga, movilización!", fue el reclamo.
Los integrantes del SNTSS o por lo menos decenas de miles
que participaron en la megamarcha del pasado viernes 23 de julio y aquellos
que desde las ocho de la mañana bloquearon ayer los accesos y avenidas
aledañas al recinto de San Lázaro, dejaron en claro que ya
no quieren negociación y mucho menos esperar el análisis
o la buena voluntad de los senadores para revertir el sentido de la reforma
impuesta al IMSS. "Es hora de iniciar, si es necesario, la revolución",
dijo -por mencionar una de tantas voces- la dirigente de la sección
19, Silvia Islas.
Trabajadores
y líderes seccionales pidieron a su dirigente nacional, diputado
federal priísta, que tome decisiones contundentes. Ese fue el reclamo
emitido de todos los modos que les fue posible: "¡Renuncia al PRI!...¡Huelga!...¡Paro
nacional!... Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN!", se escuchó
en el grito colectivo de la multitud reunida a un costado de la Cámara
de Diputados, donde unas horas antes fue aprobada la reforma que faculta
al Consejo Técnico del IMSS -integrado por empresarios y líderes
obreros priístas- para determinar aspectos relativos al contrato
colectivo de trabajo y las condiciones laborales de los futuros empleados
de la institución.
Vega Galina, desde el templete, no tuvo otra alternativa
que emitir un discurso que dejara medianamente satisfecha a su gente: "iremos
hasta donde ustedes nos lleven", dijo, pero lo que no concedió fue
el reclamo masivo para que renuncie a las filas priístas. Argumentó
que él no es empleado de ningún partido y que su compromiso
no es con la política sino con el gremio: "¡yo tengo mi propia
forma de pensar, no estoy castrado!", espetó.
El encuentro con la base no fue fácil; el dirigente
encabezó el mitin sin buenas noticias que dar a sus representados.
Y es que para entonces, cerca de las seis de la tarde, ya había
concluido el veloz periodo extraordinario de sesiones de la Cámara
de Diputados; ya había asistido a otra infructuosa reunión
con los senadores, la dirección del IMSS y representantes del gobierno
federal, en la cual "una vez más, todos se fueron en contra del
sindicato" y, por supuesto, no aceptaron "que para salvar al instituto
es indispensable la contribución de todos los involucrados, no sólo
de los trabajadores", dijo.
Los manifestantes que permanecieron en guardia casi todo
el día en las puertas del recinto de San Lázaro no quedaron
satisfechos con la idea de seguir en una mesa de negociación que
desde marzo pasado ha sido, en los hechos, "un diálogo de sordos,
atole con el dedo", definió una enfermera del hospital de La Raza.
Sin embargo, Vega Galina dejó en claro que una
eventual huelga en el IMSS no es cualquier cosa, por lo que "todo lo tenemos
que hacer con el cuidado requerido; si (legisladores y autoridades) nos
llevan a ese escenario, ahí estaremos pero no podemos quedar como
un sindicato irresponsable que deja sin servicio de salud a miles de mexicanos.
"Seremos cuidadosos, pero estamos convencidos de que defenderemos
con todo el contrato colectivo de trabajo. No les fallaré, voy a
trabajar con dignidad", expresó.
La mala suerte de Camacho Quiroz
Antes, por la mañana, los trabajadores del IMSS
ya habían dejado sentir su enojo por la reforma de factura priísta.
Lo mismo al impedir el acceso al recinto legislativo a todo vehículo,
que al bloquear incluso el paso peatonal. Cerca del mediodía, una
turba acorraló al senador priísta César Camacho Quiroz,
quien tuvo la mala fortuna de toparse, en plena acera de la avenida Congreso
de la Unión, con empleados del estado de México. Alguien
reconoció al ex gobernador de esa entidad y, a punta de insultos
y empujones, lo llevaron desde el Palacio de San Lázaro hasta el
Eje 1 Norte. Camacho Quiroz, mudo y pálido, sólo atinó
a avanzar lo más rápido que pudo para librarse de una posible
golpiza.
Al final de la "jornada de resistencia", los afiliados
al SNTSS y de otras organizaciones solidarias se retiraron, con la misma
impotencia que manifestaron cuando escucharon, a través de una bocina
colocada encima de una camioneta, la información de un noticiero
de radio respecto a los detalles de la reforma en cuestión.
Y ya casi al anochecer, con la misma ira con la que en
la mañana bloquearon avenidas, empezaron a arrancar las mantas colocadas
en la reja principal de San Lázaro. En una de ellas, amarrada exactamente
en la puerta principal del recinto, quedó la advertencia: "PRI y
PAN...Nos vemos en 2006 ¡Pagarán!"
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