México D.F. Sábado 31 de julio de 2004
Abre el Senado margen para la negociación;
anuncia que sesionará el 4 de agosto
En tres horas, sin debate, aprueban diputados reformas
al Seguro Social
Intentaron PRD y PT aplazar la discusión
Mayoriteo de PRI, PAN, Verde y Convergencia
ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO
La reforma a dos artículos de la Ley del Seguro
Social fue aprobada por la mayoría de diputados de PRI, PAN, Partido
Verde y Convergencia. Ni los bloqueos a los accesos del Palacio Legislativo
de San Lázaro, ni los encendidos discursos de los legisladores de
PRD y PT impidieron la modificación. En poco más de tres
horas, sin debate, porque Acción Nacional y el Revolucionario Institucional
decidieron no responder al rechazo perredista, culminó un capítulo
de la larga batalla que habrá de librarse por los cambios al sistema
de pensiones en México.
La trascendencia del tema generó en las últimas
semanas una tensión que no reflejaban ayer los diputados de PRI
y PAN, porque la decisión de aprobar las modificaciones a los artículos
277 D y 286 K de la Ley del Seguro Social ya era cosa juzgada por
Roberto Madrazo Pintado -quien se dedicó a llamar a cada uno de
sus correligionarios la noche anterior para recomendarles que aprobaran
la reforma-, la dirigencia del PAN y el presidente Vicente Fox. Los legisladores
de ambos partidos ocuparon sus curules a sabiendas de que las reformas
al IMSS serían un hecho en cuestión de poco tiempo.
Así fue. Juan de Dios Castro Lozano, presidente
de la Cámara de Diputados, anunció que el también
panista Gustavo Enrique Madero presentaría el dictamen de reforma.
De inmediato Pablo Gómez solicitó el uso de la tribuna con
objeto de presentar una moción suspensiva para que la discusión
se postergara hasta el próximo periodo ordinario de sesiones en
San Lázaro. De mala gana, Castro Lozano aceptó la propuesta
del perredista quien le reclamó: "la discusión no es cuando
usted quiera, ciudadano presidente, es cuando el reglamento lo dice".
Para
dar cauce a la sesión Gustavo Enrique Madero ocupó la tribuna
para justificar las reformas. Recordó que el IMSS es la institución
de seguridad social más grande de América Latina, que a lo
largo del tiempo se ha deteriorado financieramente y, por tanto, "de continuar
esta situación llegaría el momento en que las aportaciones
que recaude se deriven única y exclusivamente al pago de la nómina
de los trabajadores en activo así como al pago de los beneficios
del régimen de jubilaciones y pensiones (RJP)".
La lógica de Madero se enfocó en que el
pago de los salarios y beneficios de los trabajadores del instituto ha
llegado a desequilibrar financieramente a ese organismo.
En seguida Pablo Gómez reviró al panista
porque "el Congreso no debería ocuparse de un proyecto eminente
y claramente inconstitucional. La crisis del Seguro Social ha sido provocada
por la política del gobierno, no sólo de éste, también
del anterior".
Señalando con el índice a los diputados
de PRI y PAN, recordó que los trabajadores del IMSS son esforzados
y que su contrato colectivo ha sido producto de muchos años: "siempre
fue aprobado por la representación de los sindicatos charros
del IMSS y de las organizaciones patronales que hoy claman al unísono
quitar a esos trabajadores parte de lo que en algún momento les
concedieron".
Adujo que el sindicato está dispuesto a entrar
a un debate con el Congreso, con el poder Ejecutivo y con las organizaciones
patronales para elaborar una reforma integral del IMSS.
"Pero este es un golpe bajo que no tiene asidero constitucional.
La seguridad social, según la Constitución, se tiene que
integrar con cuotas de los trabajadores y de los patrones."
Argumentó que el problema no son las conquistas
de los trabajadores, sino una ley que generará complicaciones político-jurídicas,
porque se acudirá a los tribunales para echarla abajo. "Si hace
falta una reforma laboral, que se diga con claridad, pero no se recurra
a la cobardía de culpar a los trabajadores, a los médicos,
a los paramédicos, a los técnicos del IMSS que durante décadas
han hecho un inmenso esfuerzo por el desarrollo de esta institución."
Al concluir Gómez, Juan de Dios Castro preguntó
a la asamblea si se aprobaba la moción suspensiva, y la mayoría
dijo que no, que el proceso de aprobación continuara. Juan Perdomo
(Convergencia) coincidió en primera instancia con el perredista,
porque "no nos parece justo que se pretenda culpar a una sola de las partes
por el deterioro del IMSS. Creemos que hay muchas responsabilidades; del
mismo Poder Legislativo por no actuar con oportunidad y por supuesto al
Ejecutivo". Comprometió a su partido a presentar una propuesta integral
de reforma al instituto.
El petista Francisco Amadeo Espinoza calificó,
la mayoría legislativa de PRI y PAN de tener actitud decadente,
y convocó a emprender una reforma a fondo en el instituto.
"No se puede transgredir la autonomía del IMSS
al pretender con este dictamen convertirlo en un organismo dependiente
de la Cámara de Diputados, ya no habría plena seguridad de
aprobarse recursos para el pago de pensiones y jubilaciones en el presupuesto
de egresos de la Federación... desde que se armó este complot
entre PRI y PAN nuestro partido ha rechazado tajantemente esas reformas."
En el salón de plenos los perredistas Víctor
Suárez, Francisco Carrillo Soberón, Clara Brugada y Malú
Micher recorrían los pasillos que dividen las curules mostrando
cartulinas con leyendas como: "diputados, no saboteen el diálogo;
diputadas y diputados, no revienten la negociación consensuada;
diputados, no violenten la Constitución".
Esa actitud propició que en la bancada del PAN
un numeroso grupo de sus legisladores comenzara a gritar a los perredistas:
"¡Burros! Ya dejen de oponerse al cambio". Víctor Suárez
llegó hasta ese sitio mostrando una enorme cartulina que colocaba
ante los rostros de sus detractores: "Disculpen las molestias que ocasionan
estas leyes. Estamos pavimentando el camino para la restauración
priísta y la ingobernabilidad". La respuesta de las huestes de Francisco
Barrio fue ponerle cuernos con los dedos meñique y pulgar a Víctor
Suárez, de quien se burlaban sin cesar.
Durante la intervención de Manuel Pérez
Cárdenas, el panista que también participó hace poco
en la ominosa conversión de los pagarés Fobaproa a IPAB,
los ánimos se encendieron. Tanto Malú Micher como Víctor
Suárez colocaron en la tribuna de la Cámara otra gran cartulina:
"PRI-PAN-Verde: Dicen Sí al costo del IPAB con 1,251,967,000,000;
pero dicen No a la seguridad social del pueblo mexicano".
Juan de Dios Castro intentó aplacar la protesta
perredista, pero Ana Lilia Guillén le replicó desde su curul:
"señor presidente, el hecho de que haya diputados del PRD buscando
llamar la atención, no es para los diputados, es para llamar la
atención a la nación y evitar que este despojo se dé
de manera arbitraria e impune".
El presidente de la Cámara advirtió que
actuaba conforme a las facultades que le da la ley y exigió respeto
al orador, pero Guillén volvió a responderle: "señor
presidente, a nadie se le ha faltado al respeto en esta Cámara,
ni siquiera a los diputados que van a cometer el atraco, así de
sencillo".
Sobrevino la aprobación sin complicaciones. 293
priístas, panistas, del Partido Verde y Convergencia aprobaron la
reforma, contra 110 votos de PRD, PT, PRI y Convergencia
Al final nada valieron las reservas que los diputados
de PRD y PT hicieron de los 2 artículos citados y los tres transitorios
de que consta el dictamen. La mayoría se impuso. Sólo resta
esperar la votación que habrá de darse en la Cámara
de Senadores el miércoles próximo.
Cerrazón de Santiago Levy ante propuesta
del SNTSS Bartlett: no se ha visto oferta patronal
ANDREA BECERRIL Y ANGELES CRUZ
Frente a la decisión de la Cámara de Diputados
de aprobar de manera acelerada las reformas a la Ley del Seguro Social,
en el Senado de la República se abrió un espacio para la
negociación política entre las partes involucradas en el
conflicto, al citar a sesión hasta el próximo miércoles,
y lograr el compromiso del secretario del Trabajo, Carlos Abascal, de intensificar
"con mayor urgencia" sus esfuerzos para lograr un acuerdo conciliado entre
el IMSS y sus empleados.
"El Senado no tomó la pistola amartillada", dijo
la senadora Dulce María Sauri; Manuel Bartlett y Carlos Rojas recalcaron
que "no hay plazos fatales" e insistirán en que no se tenga que
aprobar la minuta votada ayer en San Lázaro, "que no resuelve nada
y sí genera confrontaciones".
El panorama, sin embargo, no es claro, porque pese al
ofrecimiento de Abascal, la posición del director del IMSS, Santiago
Levy, se mantuvo inflexible durante la reunión que por más
de dos horas sostuvieron ayer senadores de todos los partidos con el funcionario,
integrantes del Consejo Técnico y el secretario general del SNTSS,
Roberto Vega Galina.
En entrevista al final del encuentro, Levy desechó
la propuesta del SNTSS de elevar las aportaciones de los trabajadores al
fondo de pensiones -de 3 a 8 por ciento de salario, para los activos y
hasta 9 para los de nuevo ingreso-, además de incrementar a 35 años
de servicios el tiempo para poder jubilarse.
"No es financieramente sustentable", dijo, e insistió
en que la única vía es el proyecto que desde octubre pasado
trata de imponer la directiva del IMSS (que la jubilación de los
trabajadores de nuevo ingreso sea a los 65 años de edad y que las
aportaciones al fondo de pensiones asciendan a 15 por ciento del salario).
Tanto Vega Galina como los senadores Carlos Rojas y Dulce
María Sauri (PRI) y los perredistas Jesús Ortega y Demetrio
Sodi advirtieron que Levy no llevó ninguna contrapropuesta y que
al parecer apuesta a la aprobación de la reforma a la Ley del Seguro
Social para después acudir a un conflicto de naturaleza económica.
Levy rechazó, en entrevista, esa posibilidad. "No,
el instituto no se va a declarar insolvente", sostuvo, mientras Vega Galina
y su asesor jurídico, Néstor de Buen, afirmaron que ese riesgo
está latente, sobre todo ahora que tienen la presión encima
por la aprobación ya en la Cámara de Diputados de la reforma
por la que se pretende modificar el RJP.
El primer paso de lo que Sauri definió como apertura
de un espacio de negociación política se dio cuando la mesa
directiva del Senado se instaló, pero llamó a sesión
para el próximo miércoles a las 17 horas, pese a que la expectativa
en San Lázaro era que la reforma se aprobara ayer mismo en Xicoténcatl.
Los senadores se reunieron con las partes en conflicto.
El encuentro se retrasó dos horas, ya que debieron esperar a Vega
Galina, quien, en su doble función de diputado y líder del
SNTSS, participó en la discusión en San Lázaro.
Llegó desencajado tras el resultado adverso en
la Cámara de Diputados. Fue el primero en hablar.
Explicó el ofrecimiento del SNTSS para resolver
el conflicto. Pero, en nombre del Consejo Técnico, los representantes
León Halkin -de Concamin- y Javier Freyre -CROC-, insistieron en
el discurso que la patronal ha venido manejando sobre las debilidades y
apuros del IMSS, y la necesidad de que se modifique el RJP como única
opción para, según ellos, salvar al instituto de la crisis.
El senador del PRI Abel López paró a los
representantes empresarial y obrero. Les pidió que dejaran los discursos
y respondieran a la propuesta del sindicato. El también priísta
Carlos Rojas Gutiérrez hizo notar que hay un planteamiento concreto
del SNTSS que enriquece la reforma y que las autoridades del IMSS deben
responder y hacer un esfuerzo, porque sólo se exige que los trabajadores
aporten más.
Rojas y Bartlett, quien intervino después, recalcaron
que la solución debe surgir de la conciliación, como históricamente
se ha hecho en el país y no mediante una legislación.
Abascal respondió: "mi compromiso es con la negociación";
aseguró que intensificaría esfuerzos para acercar a las partes.
Levy se vio obligado a intervenir, pero sólo para
argumentar que la propuesta del SNTSS es insuficiente y que además
requeriría reformar la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro
(SAR).
Bartlett insistió en que se requieren resultados,
que no sea un diálogo de sordos, y que todos aporten, porque no
se ha visto una oferta de las autoridades del IMSS ni de los demás
sectores.
Sin embargo, Halkin rechazó toda posibilidad de
que los patrones incrementen sus aportaciones al IMSS. "¡Por supuesto
que no! Eso sería quebrar a las empresas; habría más
pérdida de empleos; es algo a no podrían encarar los empresarios."
Levy también rechazó la posibilidad de que
se disminuya su sueldo de 230 mil pesos mensuales. Es lo mismo, dijo, que
perciben los directores del ISSSTE, de Pemex y de la Comisión Federal
de Electricidad.
Los senadores de PRI y PRD dijeron confirar en conseguir
que haya una solución negociada que evite tener que votar la reforma
legal. Bartlett y Rojas rechazaron que el miércoles sea el plazo
fatal. "Nosotros no tenemos prisa, podemos esperar los días que
sean necesarios si verificamos que la negociación está avanzando",
precisó este último.
La minuta proveniente de la Cámara de Diputados
se recibió ayer mismo por la tarde y se turnó a comisiones,
mientras que Abascal se comprometió a informar este lunes a los
legisladores de cómo va la negociación.
Parece, sin embargo, que Abascal no tiene mucha prisa,
porque se despidió de Vega Galina con un "nos llamamos el lunes".
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