México D.F. Lunes 19 de julio de 2004
La Reina de la salsa enseñó
a llevar esperanza, dijo el violinista Alfredo de la Fe
Homenaje a Celia Cruz y Alejo Carpentier en el Afrocaribeño
Sergio Pitol señaló que el sendero que
abrió el escritor sigue siendo caminado y leído Para Eliseo
Alberto y Carlos Olivares fue el cronista de la historia, que alimenta
y describe la vida de los pueblos
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Veracruz, Ver., 18 de julio. Al grito de "azúcarrr...
vive por siempre", en Veracruz se recordó a Celia Cruz a un año
de su ausencia física y los conciertos musicales de la 11 edición
del Festival Internacional Afrocaribeño exhibieron videos de los
principales éxitos de la cubana, madrina de los rumberos del mundo,
como la califició el violinista, Alfredo de la Fe.
En el contexto de la fiesta caribeña, también
se brindó el primer homenaje al escritor y musicólogo cubano
Alejo Carpentier en la víspera del centenario de su nacimiento.
El literato fue calificado como uno de los precursores de la novela y la
narrativa isleñas, que rompieron la gran muralla del mar y trascendieron
al mundo para convertirse en patrimonio de Hispanoamérica.
Con
la participación de los escritores Eliseo Alberto y Carlos Olivares
Baró, ambos de origen cubano, y del periodista veracruzano Agustín
del Moral se recordó la obra del creador Alejo Carpentier, quien
nació en La Habana el 26 de diciembre de 1904.
En el primer homenaje a Carpentier por su centenario en
el mundo, los cubanos Eliseo Alberto y Olivares Baró calificaron
al escritor como "el cronista de la historia con 'h' minúscula,
la cual descansa en los hombres comunes y la vida cotidiana, pero que alimenta
y describe la vida de los pueblos."
La historia novelada, que caracterizó la obra de
Carpentier, no sólo sirvió de influencia a otros escritores
que hoy son pilares de la literatura mundial, como Mario Vargas Llosa,
Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, sino que fue el
precursor de la producción literaria de Cuba hacia el mundo.
"Los novelistas cubanos están contados con los
dedos de las manos, a nosotros se nos da más la poesía y
el cuento. Cuba no es tierra de novelistas y Alejo es el más distinguido
que tuvo que buscar refugio fuera de la isla, como muchos lo hicieron y
lo siguen haciendo", afirmó Eliseo Alberto.
Inclusive, el mito Carpentier sigue vigente en Cuba, pues
"no hay poema ni novela cubana que no mire al mar, que no busque rebasar
la frontera de agua, que no busque abrirse al mundo, como lo hizo Alejo,
como abrió camino Carpentier."
Sin embargo, quien conoció personalmente al homenajeado,
lo definió como "todo un cubano, gran mentiroso y gran soñador,
pues lo que describió en su obra narrativa sobre Cuba, era el país
ideal que quería, con sus virtudes y deseos, un país del
que vivió lejos mucho tiempo y al que siempre añoró,
como nos pasa a muchos", finalizó Alberto.
Agustín del Moral describió a Carpentier
como el cronista de "la historia con 'h' minúscula", la que no siempre
se basa en grandes acontecimientos que marcan la ruptura o conclusión
de una época e inicio de otra, en la cual no sólo intervienen
los personajes principales de los pueblos, sino la historia que tiene que
ver con el hombre común y su vida cotidiana.
"Sentó su narrativa sobre una base humana, hecha
de vida diaria, de personajes comunes, de recuerdos y recreó el
mundo de los hombres que muchas veces no son tomados en cuenta por la historia
oficial."
Al ritmo de los sones isleños
Para el también cubano Carlos Olivares Baró,
Carpentier escribió al ritmo de la música y en especial de
los sones isleños. Calificó como "crónicas musicales"
en las que el hilado de las palabras y las frases evidentemente seguían
el compás de la música; puso de ejemplo la obra Concierto
barroco.
De última hora, se unió al homenaje realizado
en la capilla principal del Ivec, el escritor veracruzano Sergio Pitol,
quien dijo que la obra de Alejo Carpentier abrió camino a una cepa
de creadores latinoamericanos en la década de los años 50
y "el sendero que inició sigue siendo caminado, leído, comentado
y disfrutado".
Durante al homenaje a Celia Cruz en un concierto realizado
en el Paseo del Malecón y al tiempo que se exhibían videos
de sus temas más representativos se escuchaba fuerte el aplauso
del público.
El violinista Alfredo de la Fe afirmó: "Celia enseñó
a cantar, a bailar y a llevar esperanza a muchos en un mundo lleno de violencia
y malas noticias. Su canto nos enseñó a muchos que al público
hay que llevarle esperanza como terapia, en las dos horas que dura un concierto,
a moverles los corazones con la música".
Las autoridades veracruzanas y diversos grupos artísticos
de la localidad depositaron una ofrenda floral en la placa que lleva el
nombre de Celia Cruz, ubicada en la Plazuela la Campana del puerto.
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