México D.F. Lunes 19 de julio de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
La suerte del DF ya estaría echada
Pacto vergonzoso PRI-PAN
Lo sucio de la guerra sucia
PARECE QUE la suerte política del jefe de
Gobierno del Distrito Federal ha quedado sellada con un pacto vergonzoso
entre panistas y priístas.
HASTA HACE un par de semanas existía un
buen número de personas que por lo menos durante las tres décadas
recientes han marchado por las principales calles de la ciudad con la esperanza
de hallar justicia para los muertos y desaparecidos en el periodo llamado
de la "guerra sucia".
HOY EN día, durante 100 horas continuas,
mexicanos con y sin partido político dieron vueltas alrededor del
Zócalo para tratar de impedir que en este país se fragüe
una nueva injusticia: la inhabilitación política del jefe
de Gobierno de la ciudad.
PERO VAYAMOS por partes, que a fin de cuentas las
dos causas -la ley en contra de los asesinos de la guerra sucia
y la justicia en el caso de López Obrador- son importantes.
EL GOBIERNO federal actual, cosido al capitalismo
voraz que empobrece y humilla a los mexicanos, podría haber librado
la total condena de la historia si con la autoridad que le confirió
el voto de muchos mexicanos hubiera ido sin mayores vueltas hacia el ejercicio
pleno de la ley, para brindar justicia a quienes claman por ella. Con ese
solo hecho tal vez la historia hubiese sido magnánima con Fox.
PERO HASTA el momento, y como se ven las cosas,
ese no será el camino. Los humanistas de último minuto, esos
que a diario gritan que debe establecerse la pena de muerte, de pronto
opinan que lo mejor en el caso de la represión en los años
de la guerra sucia es la sanción moral y el olvido.
DICEN QUE los guerrilleros de aquella época
también asesinaron, violaron la ley al igual, en todo caso, que
los funcionarios de los más altos rangos, militares y policías
que reprimieron a los estudiantes, profesores e intelectuales, por mencionar
algunos, que se mostraban en contra de los regímenes opresores de
finales de los años 60 y 70.
LO QUE se les olvida decir es que esos funcionarios
de los más altos rangos, a la vez que los militares y policías,
especiales o no, nunca han estado en la cárcel ni han sufrido las
torturas a que se vieron sujetos sus enemigos, pero eso sí, pretenden
el olvido. La comisión de la verdad injusta.
HASTA HACE poco más de una semana la justicia,
presta a hacerse presente por fin, no contaba con el factor de odio, de
rencor político que tendría que dejarla, además de
ciega, inerme ante esos hechos. Ese factor se llama Andrés Manuel
López Obrador.
VICENTE FOX tenía muy claro que hacer justicia
en contra de quienes cometieron actos criminales sería atentar también
en contra de las más viejas y duras estructuras del poder priísta,
y no obstante parecía que su gobierno salvaría los intereses
que han cubierto de impunidad aquellas atrocidades.
LOS PRIISTAS, por su parte, tenían confianza
en que Fox, con todo y la fiscalía creada para investigar los crímenes
de la guerra sucia en el país, habría de hacer lo
suficiente para que la impunidad siguiera sin mayor alharaca y el caso
quedara cerrado definitivamente.
PERO UNOS días antes de terminar junio,
por ahí se filtró el compromiso de la fiscalía para
poner tras las rejas, entre otros, a Luis Echeverría y el asunto
se complicó. Por todos lados el PAN-gobierno recibió mensajes
de alarma. El PRI rompería cualquier acuerdo con los azules si tal
cosa -el encarcelamiento del ex presidente y los generales- se convertía
en realidad.
Y ALGO más, el PRI mostraba con la mayor
desfachatez los vacíos de mando que existen en este gobierno y de
una vez se proclamó no sólo el defensor de su ex presidente,
sino de los militares, de las fuerzas armadas de México sin que
desde allá, desde Los Pinos, se acusara la menor molestia.
SEGURAMENTE YA se habrá encontrado entre
alguno de los recovecos legales que tan a sus anchas manejan los panistas,
el pretexto ideal para librar de la cárcel a los generales y al
ex presidente, y para hacer nula la manifestación de los mexicanos
que desde el Zócalo pidieron un alto a la injusticia. Por tanto,
hay muchos que consideran que la suerte del jefe de Gobierno ya está
echada. Veremos.
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