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México D.F. Lunes 19 de julio de 2004
Iván Restrepo
Gasolineras, nueva amenaza en Morelos
Deben de ser muy poderosos los intereses que logran la construcción de gasolineras en áreas del estado de Morelos vitales para el medio ambiente, con lo cual se pone en peligro a la población. Esto es lo que afirman varios lectores de esa entidad preocupados por la proliferación de tales establecimientos en Cuernavaca (10 más en pocos meses) y otras ciudades. Si bien dichos negocios son necesarios, los sitios escogidos para establecerlos deben llenar requisitos básicos, con el objetivo de garantizar la seguridad pública y la protección de los recursos naturales, de manera destacada el agua. Precisamente eso no sucede en uno de los casos denunciados, en el cual se violan disposiciones muy claras establecidas por las autoridades.
Se trata de la gasolinera en proceso de instalarse en la colonia Manantiales del municipio de Cuautla. Dicha obra se ubica a cien metros de una importante corriente de agua cristalina, El Calvario, cuyo caudal brota en abundancia y, luego de entubarlo, se distribuye por la red de agua potable que abastece a buena parte de la población del área urbana y localidades circunvecinas de Cuautla. Además, la gasolinera y sus servicios conexos se edifican en un punto crítico de congestión vial y muy cerca de donde funcionan varios centros educativos.
Contra dicha gasolinera (que contaría con tres tanques de almacenamiento de 60 mil litros cada uno) emitieron dictámenes negativos dependencias oficiales cuya opinión es definitiva en estos casos, como Protección Civil, Obras Públicas Municipales y la Dirección de Tránsito. Por su parte, la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente de Morelos había otorgado una licencia de construcción, con la condición de que se cumplieran otras normas y exigencias legales, entre ellas las relacionadas con la seguridad y con el tratamiento de residuos. A su vez, el Colegio de Arquitectos de Morelos expuso oportunamente que el área donde se edificaría la gasolinera es exclusivamente de uso habitacional, por lo que resultaba incompatible ponerla allí. Por ésos y otros motivos la municipalidad procedió a clausurar la obra.
Sin embargo, el dueño de la gasolinera se inconformó ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, alegando que hubo irregularidades en el proceso por el cual se le canceló la licencia.
Extrañamente, dicho tribunal falló a favor del propietario, sin tomar en cuenta las pruebas y los argumentos aportados por las dependencias locales y estatales y por los vecinos perjudicados, los cuales demuestran el peligro que ocasiona dicha obra y las violaciones a las normas vigentes sobre la materia.
Los sellos de clausura fueron retirados y la construcción continúa su marcha. Ahora diversos grupos perjudicados por dicho fallo, en especial quienes viven en la colonia Manantiales, buscan invalidarlo en las instancias competentes para que, en consecuencia, se proceda a cancelar de nuevo la construcción de la gasolinera y los servicios anexos a ésta.
El caso que ahora exponemos (no es el único) sirve para llamar la atención sobre la necesidad de cumplir estrictamente con el Programa de Ordenación de la zona conurbada que incluye cuatro centros de población de Morelos: Cuautla, Ayala, Yecapixtla y Atlatlahucan. El proceso de conurbación se inició hace 20 años y abre la posibilidad de integrar servicios, actividades económicas, sociales y educativas, así como elevar la calidad de vida de la población. Pero a la vez obliga a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad ciudadana y la conservación del medio ambiente y los recursos naturales, destacadamente el agua. Con la gasolinera aludida este vital elemento puede contaminarse, con lo que se crearía un problema de dimensiones incalculables.
Si en la zona conurbada de Cuautla, Ayala, Yecapixtla y Atlatlahucan en verdad se busca lograr el crecimiento racional y sostenible, nada mejor que cumplir con la normatividad vigente y mejorarla cuanto sea necesario. En esa tarea, las dependencias de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben dar ejemplo de congruencia y privilegiar el bien común sobre los intereses particulares. Por eso la construcción de ésa y otra gasolineras debe apegarse a lo que dicta la ley, no el influyentismo o el dinero.
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