México D.F. Lunes 19 de julio de 2004
Inactivas, 150 unidades; de éstas, 70
dejarán de operar de manera definitiva
Detiene la CFE generadores de energía, ante
contracción de 2% de la demanda
Se proyecta cerrar plantas para allanar camino hacia
la privatización, afirman trabajadores
FABIOLA MARTINEZ
Alrededor
de 150 generadores de energía eléctrica de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) se encuentran actualmente inactivos. Además,
70 de éstos -que en conjunto aportan 10 por ciento de la capacidad
total de la paraestatal- fueron incluidos en una lista de "unidades para
posible retiro", acción a ejecutarse en los próximos años,
revela información de la empresa.
La "suspensión temporal" de operaciones se decidió,
según explicación oficial, debido a la contracción
de la demanda, es decir, la industria nacional reporta un desplome de producción,
en promedio, de más de ciento por ciento, al pasar en los últimos
tres años de un crecimiento esperado de 5.5 a 2 por ciento.
En tanto, la decisión del eventual cierre de unidades
e incluso de centrales enteras será tomada a más tardar el
próximo año, luego de un análisis de la Secretaría
de Hacienda y de la CFE respecto de los costos de operación de cada
máquina generadora.
El gobierno federal planea deshacerse de las unidades
"más caras", con el propósito de eliminar los "excesivos
gastos" por la generación, a base de vapor, combustión interna
y turbina de gas, principalmente. Las que logren sobrevivir serán
"modernizadas o repotencializadas" a partir del uso de nuevas tecnologías,
como el ciclo combinado, cuyo principal insumo es el gas natural.
Un grupo de trabajadores de la CFE manifestó a
este diario su preocupación por el paulatino paro de unidades, que
normalmente trabajaban a más de 50 por ciento de su capacidad instalada,
independientemente de las etapas programadas de mantenimiento.
"Estamos alarmados porque hasta ahora nadie nos ha dado
una explicación de dicha inactividad. En los 20 años de antigüedad
laboral que tengo en la CFE, nunca había visto tal cosa. Nuestros
jefes se limitan a decirnos que 'son órdenes superiores', pero en
corto opinan que la situación responde a una cuestión política,
para facilitar el camino de la privatización de esta industria",
señaló un operador de la planta Valle de México, quien
solicitó el anonimato.
Algunos de sus compañeros, también de Valle
de México y de las centrales Salamanca y Manzanillo, confirmaron
lo anterior y precisaron que no se trata de un mecanismo rutinario de mantenimiento,
"sino de un paro a secas del que nadie informa nada. En lugar de modernizar
las unidades se alistan a venderlas como fierro viejo", expresaron.
La versión inicial de los trabajadores se pudo
constatar, en principio, con los datos difundidos en la siguiente dirección
en Internet: (http://h1401.cfemex.com/ repcen/Ejecutivo/RepEjecutivoGRPN.as)
en la que aparece el estado actual de las 658 unidades de la CFE. De éstas,
100 se ubican en la clasificación "reserva fría" y 51 en
"mantenimiento programado". En particular destaca el caso de la gerencia
regional de producción Occidente, donde cerca de 90 por ciento de
las unidades (hidroeléctricas y termoeléctricas) se encuentran
fuera de operación. Situación similar ocurre en el Golfo
y en las regiones norte y central.
Respecto de las "unidades en estudio para su posible retiro",
la lista incluye 70 máquinas distribuidas en las siguientes centrales:
Guerrero Negro (combustión interna, CI), Topolobampo (combinado,
Com), San Jerónimo, Nichicocom, La Laguna y Altamira (vapor, Vap),
y Ciudad Obregón II (turbina de gas, TG).
Villa Constitución (CI), Arroyo del Coyote (TG),
Guaymas I (Com), Altamira (Vap), Jorque Luque (Vap), Francisco Villa (Vap),
Valladolid (Vap), Guerrero Negro I (CI), Francisco Villa (Vap), Chihuahua
(TG), Valle de México (Com), Presidente Juárez (Vap), Monterrey
(Vap), Poza Rica (Vap), Santa Rosalía (CI), Lerma (Com), Monterrey
(Com), Dos Bocas (ciclo combinado), Mérida II (Com), Samalayuca
(Com), Guaymas II, Guaymas y Salamanca (Com).
Al solicitar una explicación del panorama anterior,
el director general de Operación de la CFE, Arturo Hernández
Alvarez, confirmó a La Jornada que la planeación de
la paraestatal está programada para una demanda de consumo de 5.5
por ciento, la cual se cumplió en los últimos 20 o 30 años.
Sin embargo, dijo, ahora la demanda de electricidad ha
decrecido 2 por ciento. A ello se agrega que la temporada de lluvias se
adelantó y es necesario mantener las hidroeléctricas funcionando
(para cuidar que no se derrame una presa), de ahí la razón,
precisó, de "parar algunas unidades", en especial las más
caras, clasificación que coincide con las generadoras más
viejas que utilizan para su funcionamiento combustibles como petróleo,
gas o carbón.
Hernández Alvarez aseveró, sin embargo,
que las plantas "están listas para entrar en servicio en cualquier
momento", toda vez que "esto es temporal. Yo le garantizo que en lo que
resta del año y a mediados del siguiente la mayoría estará
trabajando permanentemente, porque la demanda y el consumo de electricidad
tan bajo que se reporta ahora no puede ser permanente. Una situación
de tal naturaleza indicaría que el país no está creciendo".
En relación con el estudio para retirar unidades,
precisó que está diseñado para ejecutarse en 10 años,
y al término de ese lapso habrán sido eliminadas, a lo sumo,
máquinas que hacen posible la generación de 4 mil 500 megavatios,
equivalente a 10 por ciento de la capacidad nacional instalada, misma que
se ubica actualmente en 44 mil 764 megavatios.
De ese nivel, 16 por ciento (7 mil megavatios) corresponde
a productores privados, 21 por ciento es de generación hidroeléctrica,
3 por ciento nuclear, 5 por ciento dual (carbón-combustóleo).
Turbogas, 6 por ciento; geotérmica, 2 por ciento; carbón,
6 por ciento, y ciclo combinado, 26 por ciento.
"Vamos a conservar las más económicas, independientemente
de su edad. Por lógica, las más antiguas son las menos eficientes,
porque la tecnología ha cambiado mucho. El primer cierre o paro
definitivo sería a partir de 2006; en tanto, analizamos junto con
la Secretaría de Hacienda cuáles podemos hacer eficientes
para que sobrevivan", aseveró.
La entrevista con el funcionario se realizó en
presencia del dirigente del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas
de la República Mexicana, Leonardo Rodríguez Alcaine, frente
a quien Hernández Alvarez sostuvo que en todo el proceso no habrá
despidos de personal.
"El trabajador de base (hay 50 mil a escala nacional)
tiene sus derechos muy bien ganados y nadie saldrá perjudicado.
Ante el paro definitivo de una planta, los que se puedan jubilar así
lo harán y los que no serán reubicados."
El también líder de la Confederación
de Trabajadores de México, Leonardo Rodríguez, manifestó
que el desplome del consumo de energía eléctrica en la industria
coincide con la baja en el nivel de empleo en el sector.
"Se trata de uno de los males que estamos sufriendo actualmente.
La energía eléctrica es un termómetro muy importante
para la economía de un país y esto evidencia el punto preciso
de por qué hay tanto desempleo, por qué no hay inversión
ni producción suficiente y, en suma, explica por qué la economía
no crece", señaló.
Respecto del temor expresado por los trabajadores de la
CFE de que el paro actual y la previsión de "unidades en estudio
para posible retiro" son en realidad preparativos para dar mayor participación
al capital privado en el sector, Hernández Alvarez respondió:
"si el tema eléctrico no estuviera politizado, otro gallo cantaría
en el país".
Consideró que el riesgo de no alcanzar una reforma
constitucional para el sector (propuesta del Poder Ejecutivo desde el sexenio
pasado para ampliar la generación y distribución de la energía
eléctrica a particulares nacionales y extranjeros) será que
los productores actuales eleven los costos de la energía que venden
incluso a la CFE.
"Cada día participan menos particulares (en la
generación de energía) porque no están bien definidas
las cosas (en la ley), y los que quedan van a meterle más porcentaje
a la ganancia por el factor miedo. Ese es el riesgo", señaló.
Admitió que "lo ideal" sería que el gobierno
dispusiera de más recursos para ampliar su nivel de generación
y competir "en igualdad de condiciones, no como ocurre actualmente, que
nos ponen a competir (con la iniciativa privada) amarrados de una pierna
y una mano".
Modernizar una planta termoeléctrica, por ejemplo,
cuesta 400 dólares el kilovatio, mientras una unidad nueva de ciclo
combinado cuesta 450 dólares el kilovatio. Entonces, "mejor cierro
aquélla y compro una nueva. ¿O usted cree que Hacienda nos
autorice gastar en lo más caro?" Por eso la "CFE está tomando
sus providencias muy a tiempo", dijo.
-Ante una eventual reforma, los opositores argumentan
que la principal consecuencia sería la elevación de las tarifas
a los usuarios.
-Si llegara a entrar el sector privado a la distribución
de electricidad, el gobierno tendría que seguir otorgando subsidios.
Entonces, ahí veo la situación muy complicada. Para poder
privatizar primero habría que quitar los subsidios.
"En tanto, mejor que se pongan de acuerdo los políticos
y nos dejen trabajar a los técnicos. El país requiere electricidad
barata, ya sea de origen público o privado. Vamos quitándole
trabas a las leyes para laborar de manera más eficiente", concluyó.
|