México D.F. Viernes 16 de julio de 2004
En México, unos 10 millones padecen esa enfermedad
El IMSS gasta cada año $549 millones en atención a asmáticos
ANGELES CRUZ
Entre 7 y 10 millones de mexicanos padecen asma, la mayoría niños, para quienes la enfermedad es la primera causa de ausentismo escolar, lo que a su vez se origina por un inadecuado tratamiento clínico, aseguró Noel Rodríguez, presidente del Colegio Mexicano de Alergia, Asma e Inmunología Pediátrica (Comaaipe).
La falta de diagnóstico y terapia oportunos ocasiona que las crisis asmáticas se encuentren entre las principales causas de ingreso a las áreas de urgencias de los hospitales, con el consecuente costo económico que ello implica. Es el caso del Hospital General de Matamoros, Tamaulipas, de la Secretaría de Salud (Ssa), donde los médicos detectaron que 40 por ciento de los pacientes reportaron ese padecimiento, comentó el especialista.
Detalló que un paciente asmático controlado adecuadamente representa para una institución de seguridad social un gasto anual en medicamentos de 6 mil pesos. En cambio, en un enfermo sin control la erogación se eleva a cerca de 100 mil pesos anuales, incluyendo hospitalizaciones y días perdidos sin laborar.
Las estadísticas más recientes sobre el costo económico de la enfermedad indican que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó en 1999 como costos directos médicos (consulta, hospitalización y servicios de urgencias) 549 millones de pesos en la atención de este tipo de enfermos.
El asma es un mal inflamatorio crónico de la vía aérea. En individuos susceptibles esta inflamación causa episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, especialmente de noche y a primeras horas de la mañana.
Del total de casos, 80 por ciento son causados por alergia "a algo que hay en el ambiente, sea polvo de la casa, caspa de animales, entre otros". La participación del médico alergólogo resulta de fundamental importancia en estos eventos, porque puede modificar el curso natural de la enfermedad, y en lugar de ser un mal crónico puede convertirse en un padecimiento transitorio durante la infancia y no manifestarse más en la adolescencia ni la adultez, aseguró Rodríguez.
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