México D.F. Miércoles 14 de julio de 2004
Don Gorri habla del buen recibimiento que han
tenido en sus primeros 12 conciertos
Exito de Panteón Rococó en gira por Europa;
falta lo mejor, dice
''Nosotros nos enfocamos a la banda latina y los perseguidos
políticos", dice el guitarrista
ARTURO CRUZ BARCENAS
Las
tres palabras del grupo mexicano de ska Panteón Rococó se
escuchan en Alemania: democracia, libertad y justicia, a veces ante sólo
unos cientos de personas, otras frente a miles, expresó Don Gorri,
guitarra eléctrica, doceava, criolla y vihuela del grupo defeño.
Los camposanteros llevan 13 días de gira por el
viejo continente, en uno más de sus anuales recorridos por las tierras
donde juega el euro y que los hará presentarse en 50 foros, en dos
meses. Para que se sepa lo que hacen unos mexicanos, ayer, dos horas antes
de iniciar su toquín -el 12 del volteón-, Don Gorri
habló desde Lübeck.
Del otro lado de la línea se alcanzan a oír
los gritos de la concurrencia. "Ya se echaron -entre el público-
algunas chelas y vamos nosotros solos, como en la mayoría de los
conciertos que daremos en Europa", comentó.
Lübeck se encuentra a 70 kilómetros de Hamburgo,
donde ya hicieron bailar a la raza teutona y a los mexicanos residentes,
sin que importe la barrera del idioma, "pues -añadió- la
música es un lenguaje universal.
"Los foros han estado llenos y no esperábamos esa
respuesta; estamos sorprendidos porque la gente se ha vuelta loca en cada
uno de los conciertos. Está chido para nosotros, pues pensábamos
que iba a estar mucho más leve. Nos estaban esperando. Donde se
maneja preventa, la cosa marcha bien. Estaremos en un sitio cerca de aquí
dentro de 15 días y ya se vendió la mitad del boletaje",
precisó.
El "antro" de Lübeck, comentó, es parecido
a El Alicia, del Distrito Federal. "Nuestro discurso no varía respecto
del que manejamos en México. La canción La ciudad de la
esperanza, de nuestro nuevo disco, titulado Tres veces tres -tercero
en nueve años de trayectoria-, aplica a cualquier ciudad grande
y su problemática.
"Berlín es un caso muy parecido al de la ciudad
de México, por eso nuestro discurso es el mismo. Nosotros nos enfocamos
a la banda latina que anda por acá, de todos los que se tienen que
mover fuera de su país. Vienen a vernos gente que está estudiando
hasta perseguidos por sus ideales políticos.
"Por ahí va la onda de solidaridad y camaradería
para ellos, que tienen una idea de izquierda o con tendencia revolucionaria.
Está bueno. Los que se acercan a nosotros nos hacen sentir un recuerdo
inmediato por México. Estamos lejos y aprendemos a valorar nuestro
país, aunque nos damos cuenta de lo que nos falta, de nuestras carencias.
"Nos platican y nosotros observamos el control tan estricto
que tiene de la gente; los chavos se quejan de eso y en México no
es tan así. De otros aspectos sí, como en la educación,
que sería buenos tomar en cuenta. También lo básico
de cuidar la ciudad y el medio ambiente".
Añadió que hay de todo: "Como residentes
de México vemos que acá, al igual que en el gabacho, ganas
según la moneda, pero igual gastas. Por más que sea un nivel
más elevado de vida también es caro. La banda tiene que trabajar
diario, duro, y hay que seguirle dando".
-¿Qué música se escucha por allá?
-La misma cuestión pop, como en todos lados, pero
está fuerte el reggae, el dance, lo electrónico; hemos tocado
con diyéis, que programan desde salsa hasta rock latino.
Lo que nos ha dicho la gente es que están vueltos locos con la salsa.
El año pasado era una pasión por la música brasileña.
"Las fiestas de salsa son concurridas por la banda europea
y le va muy bien a los grupos que tocan esa música".
No han tenido mucha oportunidad de conocer las ciudades
que pisan. Un poco de mala suerte. "Los domingos todo está cerrado
y muerto. Pero entre semana suele pasar igual. No obstante, a quien vamos
conociendo o que ya nos conoce desde hace cuatro años, los visitamos.
Con ellos cotorreamos".
Dijo que la meta central de esta gira es que la gente
"del otro lado del charco conozca nuestro nuevo trabajo, que sepan que
Tres veces tres es un disco del cual estamos muy orgullosos. Acá
lo han ido aceptando bien. Estamos dando el paso para tocar un plus
más importante.
"Ahora hemos empezado a tocar en sitios no tan alternativos,
sino más profesionales, más grandes. Antes veníamos
al punk total. Afortunadamente cada vez llega más gente y los lugares
pequeños son insuficientes. Esto justifica nuestra presencia por
estos lados. Sí ha valido la pena este rol".
De México y zapatistas
Como mexicanos, les da gusto llevar su música a
esos lares. "Antes no poníamos nada de lo de México. Como
canción previa a los conciertos, el año pasado pusimos La
puerta negra, de Los Tigres del Norte, y ahora la introducción
es El conejo, de Los Cojolites, bien típica, la cual la identifican
y a nosotros nos prende. Nos llena de mucha energía.
"Por supuesto que hablamos de los zapatistas de Chiapas,
pues acá mucha gente manifiesta su conocimiento y simpatía
por la cuestión indígena en general, de toda Latinoamérica.
Acá nos relacionan mucho con el zapatismo. Hemos tocado para los
zapatistas en el Zócalo de la ciudad de México y en las comunidades
chiapanecas.
"Hay quienes se clavan más y nos preguntan qué
sucedió con la marcha ¿De qué color es la tierra?
Hacemos lo que podemos y les decimos lo poco que podemos saber por Internet".
Aseguró que no se han aburrido, "para nada, y cada
concierto que es bueno lo llevamos como en un juego de futbol y decimos
Alemania 0, México 10. Cada día es especial. Estamos emocionados
y creemos que viene lo mejor", concluyó Don Gorri.
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