舠Requieren apoyo terapéutico: Adivac
Agresión sexual, violencia intrafamiliar y rol de género conducen a mujeres a las adicciones

Aleyda Aguirre

El 60 por ciento de las mujeres consumidoras de alcohol o drogas han tenido una experiencia de agresión sexual en su vida. Problemas como la violencia intrafamiliar y sexual y el rol de género las conducen a ser adictas.

El 47.8 por ciento de ellas, sufre trastornos mentales antes de ser consumidoras cotidianas, mientras que los centros de apoyo a las adicciones no cuentan con tratamientos especializados en la atención al sexo femenino, por lo que son tratadas con desigualdad, rechazo y estigmatización, pues una mujer alcohólica o drogadicta es mal vista por la sociedad, plantearon especialistas.

Señalaron que al agredir sexualmente a una mujer se le deja en una posición de objeto, se le priva de sus derechos humanos, su derecho a la dignidad, a la seguridad y a la libertad de decidir sobre sí misma y sobre su propio cuerpo.

La mujer que fue violada, explicó Nancy Moreno, de la Asociación para el Desarrollo de las Personas Violadas (Adivac), durante el Segundo Foro sobre Mujeres y Adicciones organizado por el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (Inmujeres-DF), experimenta sensaciones de asco, miedo, vergüenza y temor a la vida, además de dificultades para tener una vida sexual plena.

Es difícil que quienes han sido violadas se adapten nuevamente a su entorno, pero es fácil que caigan en las adicciones porque les brindan una sensación de disminución del dolor. "Encuentran en la adicción una salida atractiva para escapar de su propia realidad y así intentar olvidar lo ocurrido", detalló Moreno.
La comida puede ser también para ellas una forma de protegerse, pues piensan que si están gordas no provocarán atracción ni deseo sexual y de ese modo evitarán una nueva agresión. Con el alcohol buscan experimentar la valentía que creen no tuvieron en el momento de la agresión sexual; se desinhiben y relacionan abiertamente, pero contrario a lo que piensan, están más expuestas al medio violento, explicó.

"La utilización de drogas como el alcohol, la cocaína y la marihuana, implica mayor estigmatización para las mujeres que para los hombres, una forma de evitar esto y tener un justificante suficientemente válido para ser adicta, es el consumo de fármacos, que son utilizados para aminorar de igual forma las emociones negativas".
Entre las alternativas que hay para estas mujeres, señaló Moreno, está el recibir apoyo terapéutico que les permita dejar de verse como víctimas y recuperar la confianza en sí mismas, asi como su autoestima, además de lograr la concientización de la falta de control que tiene sobre su adicción y que al permitirse hablar de sus emociones podrá liberarse de la necesidad de utilizar la droga como medio de expresión.

En su participación, Martha Romero, del Instituto Nacional de Psiquiatría, informó que el 47.8 por ciento de las mujeres adictas que hay actualmente presentaron trastornos mentales previos al consumo de drogas tales como: conductas antisociales y depresión. Dijo que las hijas de padres alcohólicos tienen mayor tendencia al alcoholismo y a los desequilibrios emocionales, a diferencia de los que ocurre con sus hijos varones, es decir, existe un factor biológico que las hacen más susceptibles de caer en la dependencia de al menos cuatro tipos de adicciones: el alcohol, la marihuana, la cocaína y la nicotina.

Tienen también mayores riesgos de contraer el VIH-Sida, aseguró, porque su adicción las hace más vulnerables a los ataques de tipo sexual. Romero invitó a las mujeres a tratarse cualquier desorden emocional, porque es más fácil atender desde la prevención que cuando el problema ya es agudo.
Javier Creta del Centro de Prevención y Tratamiento de Adicciones La Joya, dio datos de una investigación efectuada con 30 mujeres de entre 17 y 70 años que se encontraban en tratamiento desde hace 3 meses o 3 años. Entre ellas se encontraban solteras, casadas, viudas, en concubinato, divorciadas, de diferente nivel educativo y estrato social.

De esa población, 22 habían tenido acercamientos terapéuticos previos en grupos de autoayuda, retiros espirituales, habían asistido a clínicas, a terapia individual o grupal y tratamientos siquiátricos, pero solamente dos de ellas consideraban el consumo de sustancias sicoactivas como un problema grave en sus vidas. Entre los factores que orillan a las mujeres a consumir drogas enumeró, están: la agresión o abuso sexual, la violencia intrafamiliar, la represión sexual o de manifestación de las ideas por rigidez moral o religiosa, la muerte o separación violenta de los padres y las desilusiones amorosas.

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