México D.F. Lunes 28 de junio de 2004
Libro coordinado por Javier Molina
Ocho voces recoge nuevas y originales inquietudes poéticas
En el libro Ocho voces se reúne el trabajo de igual número de escritores que participaron entre 2000 y 2001 en el taller de poesía y narrativa auspiciado por el Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines. El volumen se publica en la colección Biblioteca Popular de Chiapas, como parte de la serie literatura y poesía.
''Son ocho voces particulares, cada una con su propia entonación, cada una con el lenguaje de su propio mundo'', adelanta en la presentación del tomo el poeta Javier Molina, colaborador de La Jornada y coordinador del taller.
En este libro, cuya selección también fue realizada por Molina, participan María Concepción Bautista, Odín Cortés, Cristina Pérez Martínez, Mario Magaña Martínez, Marco Antonio Gómez, Armando Sánchez Gómez, Flor Oleta Maldonado y Manuel Santís Gómez. Todo ellos son chiapanecos, excepto Odín Cortés, nacido en Guerrero.
Sus poemas se publican, dice Javier Molina, ''amparados por el espíritu de estas palabras de Dylan Thomas: 'Trabajo cerca de la luz que canta,/ no por el pan ni por ser ambicioso,/ ni por el lucimiento y el comercio de hechizos/ en marfileñas tablas,/ sino por la paga sencilla/ de su corazón más secreto''.
Los poemas llevan por título Piel de mar, Fantasmas, Incertidumbre, Tremulata, En el vuelo del albatros, El hombre que camina lento, El poema es más que un horizonte, El pez y la luna, Un trece, La luna, Mediodía de chonchiw, Pinceladas de Carnaval, Eclipse solar, Tucán y El alba.
Javier Molina, escritor de Bajo la lluvia, Para hacer plática y La luz se rebela, descubre a cada uno de los autores de esta antología: ''La palabra de María Concepción Bautista acusa a los dueños de la injusticia y también canta al horizonte del mar. Odín Cortés inventa la palabra tremulata (trémula-mulata) para pintar un lienzo con voces, luces y silencio.
''Marco Antonio Gómez busca la unidad del oficio de vivir y el oficio de escribir. Mario Magaña busca la unidad del canto metafísico con la alabanza a la naturaleza'', mientras la escritora Cristina Pérez ''aporta la palabra de amor encendida que sale ilesa del agua de sus imágenes como pez en el agua''.
Flor Oleta Maldonado "habla del borde frágil y enorme de la palabra casi, de un día trece que se diluye. Habla de la voz que ella recuerda la voz que ya no escucha. Armando Sánchez Gómez nos remite a la cosmogonía de su pueblo (tseltal); sus temas proceden de la naturaleza y del habla y del ritual de sus ancestros. Manuel Santís, también escritor de origen tseltal, canta a las aves y al amanecer".
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