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México D.F. Lunes 28 de junio de 2004
APRENDER A MORIR
Hernán González G.
Inercias culturales
ME ESCRIBE el maestro Mauro Rodríguez Estrada, preocupado por el último párrafo de su entrevista publicada en esta columna el lunes 14 de junio pasado, para advertir: "Los temas polémicos son riesgosos y no caben en artículos breves. Hay que ser superexactos para no provocar malentendidos... Yo trato de crear una cultura propicia a una ponderada eutanasia... Si bien mis dos libros son revolucionarios, son sensatos. Con argumentos serios invitan al lector a sacudir su pasividad y a usar su mente para pensar; sólo así se progresa".
AUNQUE EL RESTO de la nota publicada refleja sobradamente el pensamiento sustentado y progresista del maestro Rodríguez, el párrafo de marras dice: "En la familia nuclear con papá, mamá e hijos, el viejo ya no tiene lugar, es un antivalor social y un estorbo. Ha aumentado la duración de la vida humana en 25 años, pero socialmente ese mismo ser humano es relegado y laboralmente desahuciado a lo largo de esos últimos 25 años. Entender la vida como duración, no como dignidad, y haber prolongado la existencia humana cuando la sociedad no ofrece opciones para ese cuarto de siglo 'extra', resulta, por lo menos, absurdo".
LO ANTERIOR, QUE sintetiza la actual cultura de rechazo a los viejos empezando por sus propias familias, podría tener resonancias hitlerianas sin un contexto más amplio, por lo que don Mauro añade: "Mi libro ƑEutanasia o autanasia? enfoca el caso de tantos ancianos que llegan al límite de desear descansar en paz. Propongo el neologismo autanasia, abreviatura de autoeutanasia, es decir, la que pide el paciente para sí mismo".
EN LA CITADA OBRA Rodríguez señala: "... y otra la eutanasia decidida y practicada hacia otra persona sin su correspondiente solicitud... Una es la eutanasia pasiva, que consiste en prescindir de tratamientos que prolonguen artificialmente la vida y los sufrimientos, y otra la eutanasia activa, que es más agresiva: corta misericordiosamente la vida del enfermo grave.
"EN AMBOS CASOS -añade el autor- la eutanasia se propone como remedio contra la distanasia" o prolongación artificial de una agonía dolorosa. "Fue precisamente el encarnizamiento terapéutico de las últimas décadas lo que suscitó la polémica sobre el derecho a morir"...
EN SU NUEVO libro, de próxima aparición, El debate de la eutanasia: lo que se oculta, Mauro Rodríguez advierte que como los grandes enemigos de toda forma de eutanasia o autanasia suelen estar los ministros religiosos, y analiza su postura, que es en buena parte inercia cultural basada en interpretaciones de la Biblia ya rebasadas por las ciencias modernas. En efecto, la postura tradicional, por lo menos desde el siglo IV de nuestra era, es que tanto suicidio como eutanasia son usurpación del derecho sobre la vida humana, reservado al Creador. Volveremos sobre tan escabroso tema para nuestro alelado medio mexicano. [email protected]
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