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México D.F. Sábado 26 de junio de 2004
TEATRO
Mariana Norandi
Las marionetas del pene
Una obra que rompe con tabúes y se mofa de los
machistas
CUANDO ME HABLO Marta, la secretaria de la sección
de espectáculos, para que cubriera una obra de teatro en la cual
los actores hacían de sus penes unas marionetas, pensé que
era una broma. Luego, al darme los datos del elenco, producción
y dirección, me di cuenta que el tema iba en serio. Llamé
por teléfono a una amiga para que me acompañara y, lo que
en teoría debería haber sido una invitación de no
más de cinco minutos, se convirtió en una de esas charlas
que a veces entablamos las mujeres y que superan, por mucho, el tono sarcástico
y vulgar de las conversaciones cantineras de los varones. Dejamos volar
la imaginación respecto a los penes de esos actores y los proyectamos,
entre bromas y risas, ataviados como títeres de guiñol. Al
otro día era el estreno.
NOS
ARREGLAMOS Y maquillamos como si fuéramos a un chippendale,
y acudimos con esa actitud trasgresora y, por qué no decirlo, algo
soberbia, con que las mujeres "modernas" vamos a un espectáculo
en donde es un hombre quien exhibe su cuerpo desnudo (y no una mujer como
ha sido siempre). Al llegar, nos encontramos con la primera sorpresa: en
la puerta no había una marabunta de mujeres, sino de hombres, y
la mayoría gays. Nos sentaron en la fila 7, algo lejos de
dónde pensábamos -y deseábamos- iban a ubicar a la
prensa. Rodeadas de parejitas musculosas, buscamos un hueco donde observar
bien el escenario entre las amplias espaldas de los de la fila 6. Se apagaron
las luces. Con música sacra de fondo, una voz celestial anuncia:
"preparen su espíritu para el inicio del rito". Una bella dama (Silvia
Carusillo, que alternará funciones con la actriz Nathan Witemberg)
saluda al público: "bienvenidos al mundo de Las marionetas del
pene". Con un elocuente sentido del humor, la anfitriona explica de
qué se trata el espectáculo que, más que una obra
de teatro, es un taller de experimentación cuyo objeto de estudio
es la desnudez. A continuación presenta a "los samurais mexicas"
(Rosendo Gázpel y Sebastian Ferrat, que alternarán con César
Barrios y Humberto Silva).
AQUI LLEGO LA segunda sorpresa de la noche: estas
marionetas, ideadas por los australianos Simón Morley y David Friend,
cuya dirección y adaptación mexicana corre a cargo de Carlos
Pascual, no son títeres, ni se mueven por hilos, más bien
son imaginativas y divertidas esculturas fálicas que se presentan
en un universo inocente, natural, casi infantil. Ajenos a cualquier intención
provocativa o erótica, los actores exhiben sus penes con naturalidad,
juegan con las formas de sus genitales y, con la ayuda imaginativa del
espectador, elaboran figuras dentro de distintos cuadro temáticos.
Por ejemplo, en una escena se representa un mundo submarino y los actores
forman con sus penes, peces, moluscos y hasta una simpática anémona
marina. En un safari presentan elefantes, pelícanos y ranas; en
una clase de cocina, elaboran hamburguesas, hot dogs y caracoles a las
finas hierbas. Dotados de una flexibilidad singular y de una desinhibición
total, los actores ridiculizan comportamientos machistas y rompen con los
tabúes que existen en torno a la desnudez del cuerpo.
LA REACCION DEL público ante tal atrevida
propuesta escénica es heterogénea. Por lo general, la gente
se ríe mucho, excepto algún hombre que acude con su pareja
(parece ser, que en nuestra sociedad, a los hombres les cuesta asumir que
su novia se ría con el pene de otro).
INTERESANTE ES LA presencia de Silvia Carusillo,
que va guiando el espectáculo con comentarios y reflexiones acerca
de lo que se va mostrado en el escenario. En ocasiones invita a participar
al público, como en una parte en que Sebastián diseña
con su pene la torre Eiffel de París. La actriz invita al público
a fotografiarse al lado de tan emblemático monumento, pero la inhibición
hace que nadie acepta su invitación.
TRAS UNA HORA de espectáculo, acudimos a
los camerinos a platicar con los actores -y no con las marionetas como
habíamos bromeado con mi amiga el día anterior-. Allí
nos encontramos con unos actores de amplia trayectoria teatral, seguros
en su nuevo papel y satisfechos con los resultados de sus trabajos. Rosendo
comenta: "al principio se me cayeron los pantalones. Nunca había
hecho un desnudo total, pero empezamos a ensayar ante gente que no conocíamos
y al tercer día ya estaba más relajado. Ahora no tengo pena
y me he acostumbrado a nadar desnudo sin problemas, sin prejuicios. En
la falocracia en la que vivimos en México esta obra es todo un reto
ya que rompemos con tabúes y nos mofamos de los machistas".
A SU VEZ, Sebastián añade: "yo sí
me había desnudado, pero nunca me había agarrado mis genitales
en público, que es algo muy diferente. Pero ahora estamos totalmente
desinhibidos porque vemos que el espectáculo no tiene nada de sexual
ni de doble intención. Como dice el director: estamos haciendo una
obra para niños pero apta para adultos. Lo que sí nos gustaría
provocar es la diversión del público, que cuando llegue una
señora a su casa le pida a su marido que le haga la figura del monstruo
del lago Ness''.
TRAS UNOS MINUTOS en el camerino, nos fuimos satisfechas
de haber visto una gran obra, tal vez diferente de las expectativas que
el título nos había despertado, pero un espectáculo
en donde nuestras previas fantasías jamás habían imaginado
lo creativo y divertido que puede ser un pene.
LAS MARIONETAS DEL pene: Foro Shakespeare. Zamora
7, col. Hipódromo Condesa. Viernes 20:30, sábados 19:00 y
21:00, y domingos 17:00 y 19:00 horas. Entrada 200 pesos.
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