México D.F. Sábado 26 de junio de 2004
Cuatro días de actividades con lo mejor
de la actualidad de ese género
El Festival de Blues de Chicago cobijó héroes
y simples mortales
Más de 80 bandas rindieron homenaje al legendario
Loonie Brooks
JORGE GARCIA LEDESMA ESPECIAL
Casi no dormía por estar esperando el 10 de junio
(que no lo olvido) para llegarle al Festival de Blues de Chicago ill
blues en el parque Grant, downtown de la airosa ciudad gringa
cuna del blues urbano que conformó en primera instancia al movimiento
de jazz a principios del siglo XX que luego se establecería en Nueva
York.
Más tarde y en su continuo peregrinar daría
su golpe definitivo dando a luz al rock and roll en los años 50.
Ahora, en 2004, sigue pesando su reconocimiento en el país de las
estrellas (diría estrellado).
El blues es un género casi extinto en este país
de las mil transas (México), lo abandonamos hace mucho, ni
siquiera quedó en el baúl de los recuerdos; ahora vagamos
sin dirección con un movimiento de rock sin cabeza. Es triste dar
la vuelta y ver que no se ha aprendido la lección del blues para
nuestro jazz y rock.
La versión 21 de Festival de Blues de Chicago,
Illinois, que se desarrolló del 10 al 13 de junio, es el encuentro
de blues más grande del mundo en pleno centro de esa ciudad, con
cinco escenarios para disfrutar todas las formas posibles de tan chida
música desde las 12 del día hasta las 21:30 horas, con la
actuación de 80 a 90 bandas durante cuatro días.
Pocos mexicanos
El
ambiente fue por supuesto de fiesta en un jueves lluvioso blusero, melancólico,
cachondo y chido (el blues es todo esto y lo que se quiera agregar).
Rolando por los diferentes escenarios dejándose llevar y
envolverse con el ritmo de las bandas, solistas, material discográfico,
documental y el panorama del lugar a un lado del lago Michigan y los grandes
edificios adonde las nubes llegan.
Algo que llamó la atención es que la mayoría
del público no era negro, pero sí los músicos, aunque
no es obligado que deba ser así, pero un reventón
de este nivel como que hace pensar que deberían estar más.
También se veían europeos y bastantes orientales, inclusive
algunos tocando, ¡ah!... y muy pocos mexicanos.
Este año estuvo dedicado al maestro de la guitarra,
una tradición viviente a sus 70 años, Lonnie Brooks; también
a los legendarios Honey Boy Edwards, Jerry Ricks, Robert Jr. Lockwood y
Homesick Dusty Brown.
Otros personajes incluidos en el festival fueron Sam Lay,
Hubert Sumlin, Big Time Sarah, Carl Weathesrby, C. J. Chenier, Pinetop
Perkins, Otis Clay, t-Model Ford, Kenny Neal, Billy Branch, Billy Boy Arnold
y John Primer.
Cuatro días de atascón de blues entre
las calles que todavía huelen a pólvora de aquellos tiempos
de prohibición y bandas de mafiosos, ahora en cada esquina había
músicos tocando.
Blues revitalizado que abrió sus alas para cobijar
a sus almas terrenales.
La guitarra más fina
Al terminar los conciertos del Grant Park, la noche era
joven pero los antros abrían sus puertas para continuar con el viaje;
fácilmente había de 15 a 20 lugares para el blues, además
de aquellos hoyos que todavía existen y a los que es difícil
entrar si no se posee esa piel cocida por el sol.
Llegamos el oso, Jim Ploen, gringo de Chicago radicado
en México (buena onda además de ser nuestro guía)
y un servidor al Rosa's Lounge bajo una lluvia tupida y de inmediato se
escuchó la maravillosa armónica del profe Billy Branch,
el lugar lleno y el personal muy agradable; hasta prestaban armónicas
para echar la paloma.
Terminando su set fuimos a saludarlo y con un español
chido, le dio gusto que fuéramos de México acordándose
cuando estuvo con Willie Dixon en la sala Nezahualcóyotl diciéndonos
que lo trataron a toda jefa, también que conoce al Tri
(Alejandro y Rafa) con los que ha palomeado.
Para el segundo set estaba listo el palomazo;
tocó dos tres rolas y me invitó a subir con él e imagínense
cómo me puse; preguntó que si cantaba y me dejó con
su banda y también invitó a otro bato a tocar la armónica,
un blusesito que hizo famoso Little Walter (I can't hold out o sea
cuando no te veo o escucho siento ñáñaras babe),
salió con buen feelling, la raza respondió
y prueba superada; invitó después a otra guitarra, otra armónica;
esperamos al tercer set de nuevo con banda completa y nos deleitó
para rematar la noche a eso de las 3 y feria de la madrugada.
Sábado 12 de junio lo mismo, primero al festival
chancho en el parque y luego directos al B.L.U.E.S. etc. (así
se llama el antro); esa noche Jimmy Johnson, con una banda de primera,
en la guitarra un partner joven llamado Chico Banks, que además
tiene su propio grupo tocando de primera y lo mejor tocando la lira de
lo que vi.
Debemos señalar lo que parece ser costumbre y reconocimiento,
pues los veteranos como Lonnie Brooks y Jimmy Johnson son acompañados
por los más jóvenes para mantenerlos arriba y actualizados
dándoles nueva vida a éstos que se les nota tienen todas
las tablas, y así permitirles divertirse con la concurrencia; en
el segundo set una invitada pesada, la poderosa Big Time Sarah que
se reventó unas tres rolitas de esas contra los hombres,
pero con ellos para luego continuar con el tal Jimmy, al final una tercera
tanda con Chico Banks que voló muy alto tocando su Mama Gibson
cerrando la noche de poca.
Ultimo día, domingo 13, ni modo a cumplir con la
otra familia, la tía Chavela y el tío Emilio que me recibieron
en su chante al igual que el Bob hermano de Jim y ya no pude ir
al cierre en el parque, desafanándome hasta las siete que
le llegue al tradicional Legends de Budy Guy, en pleno downtown,
antro más grande y poco más caro que los demás (15
dolarucos), Carl Weathersby a la lira haciendo lo suyo y cotorreándola
suave haciendo participar al honorable, terminando cerca de las ocho para
seguirle después y esperar a los estelares de la noche que eran
Carlos Johnson y Billy Branch, que ya no los vimos porque queríamos
ver a John Primer de nuevo al B.L.U.E.S. etc., otro conocido de los mexicanos
en épocas recientes en Salón 21 y antes también en
la banda de Willie Dixon, cuando cayeron a los festivales de blues.
El maestro John Primer, fina persona y por supuesto la
guitarra más fina de Chicago Blues Land. El regreso era evidente
y terminando su primera tanda de retache para tomar el guajolotero de la
una de la mañana pa'l DF Blues.
La cruda realidad nos despertó aterrizando en México
y lo único que quedó es aceptarla, pero fueron cuatro días
de regreso al blues más grande.
Estoy triste pero contento, triste porque para estas alturas
del retroceso nacional será muy difícil en fechas próximas
tener algún concierto de buen blues en esta tierra linda y querida
debido a que el gusto de los jóvenes y nuestros músicos es
otro y eso no estaba mal simplemente ahora es diferente, y contento porque
de alguna manera en este proceso global mundial el blues tiene la delantera,
porque es la música del mundo moderno y tarde o temprano retornará
para tomar su lugar.
No queda más que invitar a toda la raza
que gusta de la música a vivir una experiencia con el blues, les
aseguro que vale la pena y empiecen a hacer su ronchita desde ya para irnos
el próximo año por el mes de junio de 2005 a la versión
22 del Festival de Blues en la ciudad de Chicago Illinois.
¡El blues ha muerto, viva el Blues!
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