México D.F. Jueves 10 de junio de 2004
MELON
Luis Angel Silva
Entre gitanos no vale remanguillé
MI YENEKA, PERMITAME decirle que hay momentos que
se convierten en inolvidables para éste, su enkobio. Ahora que lo
flamenco está de moda le haré partícipe de lo que
me hicieron vibrar por orden de aparición en meses recientes: el
guitarrista Vicente Amigo y su grupo; el bailarín Rafael Amargo
y su conjunto, con dos cantaoras de postín; el disco de Bebo Valdés
y Diego El Cigala, para rematar con el espectáculo Jarocho
que está por la maceta.
POR
CAUSAS DE fuerza mayor tuve que guardar descanso un tiempo. Entonces,
hasta ahora puedo comentarle que mi sensibilidad siempre está a
flor de piel y afloró al presenciar las actuaciones de Vicente y
Rafael, el primero en el Centro Cultural de España y el segundo
en el Auditorio Nacional. Este último me permitió gozar con
la calidad de dos princesas que endulzaron mi oído con lo que Mariana
Norandi llama "duende", que es nada más y nada menos lo que da mamá,
pero que por desgracia no todo mundo posee.
CON VICENTE AMIGO pude escuchar a dos ejecutantes
de cajón que parecían pulpos, el resto del grupo a la altura,
lo que dio por resultado que mi corazón se convirtiera en elevador.
Cuando puedo presenciar algo que tiene calidad no me cuesta ningún
trabajo reconocerlo. Tanto Vicente Amigo como Rafael Amargo me hicieron
sentir ñáñaras.
AL SABER QUE Chucho Valdés se presentaría
con Diego El Cigala, saqué fuerza de flaqueza y fui a la
conferencia de prensa, en la que Claudia López Ibarra me brindó
atenciones a granel. Le puso el tapón al botellón con el
obsequio del disco Lágrimas negras, el cual estoy gozando
plenamente.
CHUCHO, COMO SIEMPRE, me dio un trato preferencial
y tuvo a bien presentarme a El Cigala, quien me dejó sorprendido
por su sencillez y don de gente (sic). Esto habla muy bien de él,
lo pone como ejemplo y demuestra que así son los de verdura.
VOLVIENDO A CHUCHO VALDES, déjeme decirle,
monina, que ha sido conmigo amable en grado superlativo. Tengo en mi haber
dos ocasiones en que canté con Irakere, tanto en Veracruz, como
en Zacatecas, por invitación de él, lo cual me permitió
subir a su columpio.
ME SORPRENDE QUE haya opiniones que tratan de comparar
la calidad de los Valdés. Según mi criterio es mejor tener
dos en vez de uno. Ambos son extraordinarios por su propio derecho, además
de que todo queda en familia.
A JAROCHO DEBO agradecer que me tuvo con el espíritu
en la estratósfera. Qué bueno que Miguel Alemán y
Juan Maldonado, así como la Universidad Veracruzana y el Gobierno
del Distrito Federal (arriba el Peje), dieron apoyo al talento nacional
para presentar esta obra en el Teatro de la Ciudad.
ME GUSTO TOCHO morocho,
desde la obertura, luego, el Zapateado, El Colás,
La bruja, Jarjazz, Raíces, Ritmo, La
Sirena y Fandango, que conformaron la primera parte llamada
Aventurar la calma.
LA SEGUNDA LLEVA por título Recuperar
el destino y tiene cuadros como Guacamole, Salón Veracruz,
El torito, Noche cubana, La Malagueña, Jarocho
y La Bamba. Como dije antes, me gustó todo.
DEBO MENCIONAR A la cantante Mesezabeel Merari
Bustos, a quien conocí en Jalapa hace algunos años, que tuvo
una actuación espléndida en todos sus números. Espero
que por fin se conduzca como toda una profesional, pues no quiero pensar
que el retraso de la función se debió a una irresponsabilidad
suya, lo que me llevaría a decir genio y figura... Por lo demás,
¡felicidades!
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