.. |
México D.F. Jueves 10 de junio de 2004
Reúne en su nuevo disco 11 temas de su
vitivinícola inspiración, algunos de hace 20 años
Hemos logrado un público fiel a la trova, dice
Marcial Alejandro
El material expresa "finura y sensualidad con aires
de bolero, estelas de blues y ecos de Tom Waits" Acompañado al
piano por Leonardo Sandoval, lo dará a conocer hoy en Los Intimos
JUAN JOSE OLIVARES
El de trovador es "un oficio de necios". Así lo
define el cantautor bohemio Marcial Alejandro, con 30 años de carrera
y que ahora, luego de escribir canciones para otros intérpretes
(como Eugenia León con quien ganó el OTI en 1985 con El
fandango aquí) edita su tercer disco, titulado Sin cruz,
con 11 temas de su "vitivinícola" inspiración, algunos escritos
y guardados en el baúl desde hace 20 años. Marcial presentará
este material, realizado por Sabo Romo y editado por Espiral, este jueves
y los próximos 17 y 24 de junio en el bar Los Intimos (Querétaro
244, Roma, 5264-2390), acompañado al piano por Leonardo Sandoval.
El
artista ha hecho música para cine, teatro; ha compuesto para un
sinnúmero de cantantes, perteneció al legendario grupo La
Nopalera, pero luego de 10 años de la salida de su álbum
Aquí estoy, y casi a 20 de su primer disco de nombre homónimo,
lo invitan a grabar uno con temas nunca antes cantados y algunos recientes.
"Me puse a escoger las canciones de hace 10 años
para acá que para mí significaban algo o que tenía
ganas de cantar. Hay una canción que ya me había grabado
Eugenia León (Nos caímos juntos) y que había
escrito hace como 15 años, y otras como Malviento que compuse
hace como 20 años. Era recopilar lo que yo más quería
que saliera con mi voz o algo que nadie se había atrevido a cantar",
explica.
"No he sido bueno para hacer discos, sí me gusta,
pero me lleva tiempo hacer uno. Nunca había escuchado que alguien
me pidiera que hiciera uno. No tenía que poner ni un quinto ni convencer
a nadie para que me prestara su estudio ni pedir a mis amigos músicos
que no me cobraran, sólo me paré a cantar y puse mis rolas."
Y es que ahora, los sellos ya voltean a los trovadores.
"Ya hay un público que consume; si ves ahora hay más peñas,
más cafés, bares donde tocar trova es común; hay audiencia
que consume este arte. Es lo que hace que una industria voltee. Ahora todo
mundo le ha metido a la trova y muchos jóvenes de 20 años
hacen canciones en estas épocas en la que hay mucha competencia,
claro que muchos se quedan en el camino, pero de los muy pocos que éramos,
nos quedamos menos. Ahora imagino que en esa depuración de la que
el tiempo se encarga se quedarán muchos. Seguirá el que es
necio."
-Ahora pululan.
-Ahora tiene éxito, antes queríamos provocar
el éxito, andábamos tras de... hacíamos una propuesta
sin que fuera una necesidad mercadotécnica. Sabíamos que
estábamos diciendo las cosas de distinto modo, pretendíamos
hacerlas de modo diferente. Y el tiempo en los años 70, de mucha
convulsión social, sobre todo influía Sudamérica,
Cuba y su trova. Ahora ya está bastante calado el asunto, hay un
camino hecho, una ruta de camiones en los que te puedes subir. Si no, no
me explicaría tanta proliferación.
Dice Marcial que esos públicos surgieron porque
los primeros trovadores, "taloneamos mucho, por aferrados y no sólo
por mí, sino por gente como Oscar Chávez o Chava Flores,
quien era un total revolucionario en su modo de manifestarse. Todos hemos
insistido en tener público y hemos ido a todos lados, desde las
universidades hasta provincia".
Comenta: "Cuando comenzamos nadie nos pelaba, no éramos
comerciales, había el requisito de que si no dabas la sensación
de que venderías no te pelaban. Ahora hay un público que
sí nos consume, pequeño pero que nunca te deja; no es un
público de fans, la gente que me sigue desde hace 20 años
lo hace hasta ahora; si sigues siendo necio no te abandonan."
A Marcial, quien asegura le gustaría "hacer un
disco nuevo cuanto antes", la diferencia de hacer un álbum y componer
para otros es que "te sientes realizado cuando alguien te canta y te graba;
cuando escucho mis canciones en boca de otros me estremezco, sobre todo
si son de un intérprete de la calidad de Eugenia León o Margie
Bermejo. Es gratificante, la diferencia es verlo recreado. En el caso de
hacer un disco mío es un reto porque debo tener lo tamaños
de intérprete, sé que como compositor tengo derecho de hacer
con mis canciones lo que se me ocurra, pero no puedo faltar a una buena
interpretación, a una buena instrumentación y a un arreglo.
No hay preferencia, no se compara.
El también musicalizador de Radio Educación
y quien ha sido líder sindical, entre otros oficios, expresa en
su nuevo material "finura y sensualidad con aires de bolero, estelas de
blues, ráfagas de trova, ecos de Tom Waits y cadencias de César
Portillo de la Luz, un viaje de poesía provocadora, de música
intensa, de vida", pero sobre todo, de algo que a lo largo de 30 años
ha inspirado a Marcial, la discreta apología a la muerte.
|