México D.F. Jueves 10 de junio de 2004
Continuará la lucha por un régimen democrático, dijo
Libera Cuba al disidente Valdés Tamayo; sufre mal cardiaco
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 9 de junio. Miguel Valdés Tamayo, uno de los 75 activistas opositores detenidos y condenados en juicios sumarios el año anterior, fue liberado este miércoles tras pasar tres semanas en terapia intermedia por una dolencia cardiaca.
Otros cuatro disidentes cubanos fueron liberados en los últimos días, pero Valdés Tamayo, técnico en electrónica de 46 años de edad, es el primero del grupo de los 75 en salir a la calle.
En su casa de Párraga, suburbio enclavado en un lomerío del sur de La Habana, Valdés dijo a La Jornada que está dispuesto a reincorporarse al activismo "para lu-char por la democracia en este país" al lado de sus compañeros del movimiento Hermanos Fraternales por la Dignidad, derivación de 1996 de un grupo masónico.
Valdés padece una miocardiopatía hi-pertensiva dilatada (crecimiento excesivo del corazón), que, según le fue diagnosticado, amenaza convertirse en isquémica y puede representar un riesgo suficiente para requerir un trasplante.
Acogido esta noche con abrazos por ve-cinos y colegas de activismo, explicó que obtuvo el régimen de licencia extrapenal porque le fue reconocida su enfermedad como impedimento para tolerar el régimen penitenciario.
"No he hecho planes todavía", dijo Valdés, "pero pueden estar seguros de que la lucha no la voy a abandonar. Reposaré primero, por mi enfermedad, pero no voy a renunciar a lograr un Estado democrático de derecho en mi país, que haya libertad de movimiento, de expresión y de asociación".
Casado y con un hijo de cinco años, ex empleado de un taller estatal de reparación de televisores, dijo que en el Hospital Na-cional de Reclusos, donde estuvo internado, recibió indicaciones de tratamiento, medicación y cuidados para evitar que su mal se complicara.
Valdés afirmó que desde su detención, el 19 de marzo de 2003, pasó cinco semanas en la prisión de la Seguridad del Estado en La Habana (Villa Marista), y el resto del tiempo en la de Kilo 8, en la oriental provincia de Camagüey.
Agregó que en la prisión de Kilo 8 estuvo siete meses en régimen de máxima severidad, en una celda aislada, y que la misma suerte corrieron otros cinco de sus colegas del grupo de los 75.
Valdés estaba sentenciado a 15 años de prisión por el delito de ataques a la seguridad de la nación.
Señaló que en ese lugar sintió que em-peoraba su salud, alertado por punzadas constantes en el corazón, mareos y dificultades para respirar.
Precisó que la cárcel de Camagüey es de alta seguridad y está destinada a presos con penas mayores a 20 años, incluso sentenciados a muerte y cadena perpetua.
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