.. |
México D.F. Viernes 4 de junio de 2004
Jorge Camil
AMLO: la disputa por la nación
El título parafrasea el del excelente libro México: la disputa por la nación, publicado por Rolando Cordera y Carlos Tello en 1981. En él advierten que los diversos actores políticos y económicos de México comenzaban a gestar una búsqueda de alternativas para encauzar la evolución social, económica y política del país mediante opciones que "no encontraban en el Estado al único interlocutor e intérprete". Se trataba, reconocieron, de proyectos con pretensiones "omnicomprensivas", que abiertamente buscaban ganar el consenso social y la hegemonía de la gestión del Estado. Las "opciones polares" analizadas, dentro de las cuales se pensaba que se daría el futuro desarrollo de México, fueron el neoliberalismo y el nacionalismo. La primera -aseguraban- "traería consigo el predominio de las fuerzas sociales y económicas que de modo creciente han dominado la evolución del país a partir de la posguerra", y la segunda "supondría la actualización del proyecto nacional esbozado en la Constitución de 1917".
Es obvio que en el cuarto de siglo transcurrido desde la publicación del ensayo el proyecto neoliberal ha sentado sus reales, como demuestran claramente los tratados de libre comercio con Estados Unidos, Canadá y la Comunidad Europea, entre otros, y la marcada inclinación neoliberal de los últimos cuatro presidentes de la República (tres priístas, miembros de un instituto político de centro-izquierda que presumía ser la única esperanza para la opción nacionalista). Hoy, sin embargo, dentro del marco de la disputa por la nación anunciada por Tello y Cordera, es evidente que la elección de 2000 (festejada por muchos como el inicio de la ruta hacia la verdadera democracia), lejos de abrir espacios para la participación ciudadana, ha contribuido a recrudecer la disputa por la hegemonía del Estado entre las fuerzas que se oponen al proyecto nacionalista.
Hace solamente tres meses, el 27 de febrero de 2004, Andrés Manuel López Obrador, en entrevista concedida a La Jornada, denunció la injusticia del proyecto neoliberal, advirtiendo que era imposible hallar entre sus principios alternativas para el crecimiento, la igualdad y la estabilidad económica. "Soy de izquierda", declaró orgulloso el jefe de Gobierno, "que significa ser honrado, tolerante y actuar con austeridad". Pero hoy, tras esa declaración política, el candidato puntero en las encuestas ha caído en una trampa multipartidista que amenaza con eliminarlo de la carrera presidencial. Utilizando videos clandestinos, insinuaciones en los medios y un turbio desacato judicial se busca descarrilar sus aspiraciones políticas pretendiendo demostrar que está lejos de ser "honrado, tolerante y austero".
Y, aunque el tema del desacato (la supuesta violación de la suspensión definitiva en un juicio de amparo) es una burla al sistema judicial, políticos de todos los signos ideológicos han avalado la acusación, convirtiéndose en adalides constitucionales. ƑManlio Fabio Beltrones, que con el cuestionable título de gobernador de Sonora y la inexplicable anuencia del procurador Diego Valadés interrogó a Mario Aburto horas después del magnicidio, asegurando con el desparpajo de un legislador inglés que el predicamento de AMLO es consecuencia "de la aplicación del imperio de la ley"? Es tal vez demasiado joven para recordar que Ernesto P. Uruchurtu, regente de hierro del ruizcortinismo y lopezmateísmo, cambiaba los nombres de las calles para burlar las sentencias de amparo contra las innumerables obras públicas que emprendía, y ordenaba a los agentes de policía romper los amparos de los taxistas que violaban sus edictos imperiales.
Con el descarrilamiento de la candidatura de AMLO ganan todos. Por eso Jorge Castañeda recomienda detenerlo "por la buena o por la mala", y Luis Felipe Bravo Mena, mordiéndose la lengua, sugiere que pudiese estar confundido: "pensó que ser aspirante a la Presidencia era patente de corso para pasar por encima de la Constitución". šEl colmo!: ƑDiego Fernández de Cevallos (revólver a la orden, cirquero mayor), con ojos desorbitados y voz de falso ranchero provinciano, advirtiendo al jefe de Gobierno que se deje de "payasadas"?
Tello y Cordera reconocieron que ninguno de los dos proyectos analizados tenía posibilidades ciertas de realizarse de manera absoluta. Lo que es cierto, es que un cuarto de siglo después continúa la encarnizada disputa por la hegemonía de la gestión estatal y que los intentos por imponer proyectos de de-sarrollo desde la plataforma del Estado, o en foros distintos al proceso electoral, tendrán como consecuencia ineludible que continuemos aplazando nuestro proyecto democrático. Curiosamente Carlos Slim, acaudalado amigo de AMLO, reconoció el domingo pasado en El País que el modelo de de-sarrollo del FMI ha detenido el crecimiento per cápita 20 años: "es hora de pasar de un modelo dedicado a la estabilización a un modelo de desarrollo y generación de empleo y crecimiento".
|