México D.F. Viernes 4 de junio de 2004
Militares reprochan "persecución" por
la guerra sucia
Cuestionan duros del PRI las estrategias de
Madrazo
Demandan retirados del Ejército mejoría
en sus ingresos
CIRO PEREZ SILVA
En momentos en que la dirigencia del PRI se empeña
en buscar un diálogo con el Ejecutivo, grupos del tricolor
se resisten a ese proceso y presionan para modificar la estrategia y las
relaciones que Roberto Madrazo pretende construir con el Presidente de
la República y otros partidos.
De
un lado, miembros de las fuerzas armadas le reclamaron a Madrazo una mejoría
en sus ingresos, ya que una vez concluida su carrera militar y contando
incluso con los más altos grados, ven reducidos sus ingresos hasta
en 90 por ciento; otro grupo cuestiona la persecución en el contexto
de las investigaciones de la guerra sucia, además de que
los sectores más "duros" cuestionan el acercamiento con un gobierno
federal que busca debilitarlos, como en el caso contra el mandatario de
Oaxaca, José Murat.
La presión castrense no es menor en el caso del
PRI, por la vinculación que este sector ha tenido a lo largo de
su historia con ese partido. Basta recordar que al menos 11 de los presidentes
del tricolor son de origen militar y, como el resto de los dirigentes
nacionales, ocupan un lugar en la galería de un salón de
la sede priísta de Insurgentes Norte.
Hace unos días representantes de un grupo de militares
en retiro demandaron la intervención de Madrazo para tramitar una
mejoría en sus ingresos, que en algunos casos y luego de varias
décadas de servicio es de alrededor de 12 mil pesos, cantidad que
no se compara con la suma que obtenían estando en activo.
Pero quizá el reclamo más grave que han
planteado al dirigente es el que tiene que ver con el interés del
gobierno foxista por llevar hasta sus últimas consecuencias las
investigaciones en torno a la guerra sucia y "la casi obsesión
de 'entregarle' a las familias de los desaparecidos que participaron en
las guerrillas de esa época la 'cabeza' del ex presidente Luis Echeverría
Alvarez".
Si bien este grupo de militares no deja de admitir que
pudieron haber existido excesos de su parte en los operativos para
someter a la guerrilla urbana en México, advierten que los investigadores
pasan por alto el hecho de que se trataba de grupos armados ante quienes
sólo podía responderse con la fuerza de las armas.
En ese sentido se consideran objeto de persecución
por parte de un gobierno que "quiere justificarse ante la opinión
pública" a costa de los militares que "defendieron la integridad
propia y de los grupos sociales" al enfrentarse a la guerrilla.
Sin embargo, la oposición más abierta a
continuar con el pretendido diálogo entre el Ejecutivo y los partidos,
que convocó el propio dirigente priísta, viene de los sectores
más "duros" del tricolor, quienes desestiman cualquier acercamiento
con un gobierno que les ha sido "hostil", acotando los espacios políticos
que como partido casi único ostentaron por 71 años en las
diversas entidades.
Pese a los llamados de su dirigente a sumarse a este proceso
de búsqueda de acuerdos no logran asumir como propios los argumentos
de Madrazo, quien sostiene que "si bien la prioridad es regresar al poder,
es necesario tener un país para gobernar y sin un acuerdo, quien
llegue al poder tendrá cada vez menos país que gobernar".
La dirigencia se ha mantenido en su estrategia y ha convalidado a interlocutores
como el secretario de Gobernación, Santiago Creel.
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