México D.F. Jueves 3 de junio de 2004
Ganancia ''decepcionantemente baja'' en empleos,
según estudio consultado por ONU
México es el ''perdedor neto'' del tratado con
EU y Canadá
Para la mayoría de los mexicanos los salarios
reales son más bajos hoy que cuando entró en vigor el TLCAN
Otro efecto del acuerdo es el aumento de la desigualdad de ingresos en
el país
FABIOLA MARTINEZ
México es el ''perdedor neto'' del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), particularmente por la ''ganancia
decepcionantemente baja'' en materia de empleo y la pérdida de puestos
de trabajo en la industria manufacturera y en la agricultura, señaló
el Carnegie Endowment for International Peace.
En
el amplio análisis del organismo que fue consultado por la Organización
de Naciones Unidas (ONU) para hacer un balance de los acuerdos comerciales
en la región, se detalla que el resultado para México es
negativo, a pesar de que los tres países integrantes del TLCAN han
aumentado los niveles de producción.
A su vez, los salarios reales ''para la mayoría
de los mexicanos son más bajos hoy que cuando el TLCAN entró
en vigor'', escribió Sandra Polaski, investigadora de la consultora.
Ese revés es atribuible principalmente a la crisis de 1995; sin
embargo, en los 10 años de vigencia del acuerdo ''el aumento de
la productividad no se tradujo en un incremento salarial'', como sí
había ocurrido en periodos anteriores. Efecto de lo anterior es
que las percepciones de los obreros mexicanos divergen cada vez más
de los sueldos de sus pares estadunidenses.
Otra de las consecuencias de la apertura comercial en
América del Norte es el aumento de la desigualdad de ingresos en
México, donde 90 por ciento de la población ha retrocedido
en su participación del ingreso nacional o, por lo menos, no han
experimentado ningún beneficio.
La investigadora Polaski advierte que los costos que deben
asumir los ''perdedores'' en dicho intercambio comercial pueden ser graves,
toda vez que este sector poblacional coincide con los segmentos de la sociedad
menos capaces de hacer frente al ajuste, debido a ''aptitudes insuficientes,
exiguos ahorros y movilidad limitada''.
El estudio presentado en el capítulo ''La promesa
y la realidad del TLCAN'' (difundido en www.ceip.org) fue consultado por
la ONU para redactar el documento que servirá de base a la próxima
Conferencia sobre Comercio y Desarrollo a celebrarse en Sao Paulo, Brasil,
del 13 al 20 de junio.
Como se publicó ayer en La Jornada, el análisis
señala a México como ejemplo del fracaso de la apertura comercial
y el desequilibrio, tras una década de vigencia de ese convenio
firmado con Estados Unidos y Canadá.
Resultados irrefutables
Fuentes consultadas afirmaron que analistas del Banco
Mundial intentaron refutar los resultados de Polaski, ''situación
que provocó una fuerte discusión en la que salió perdiendo
ese organismo internacional'', toda vez que ''son irrefutables'' las cifras
que dan cuenta del saldo negativo para México.
Pese a las críticas, la investigadora documentó
que la fuerza laboral mexicana aumentó en la década de vigencia
del TLCAN de 32.3 millones a 40.2 millones de personas, lo cual comprueba
que esta nación necesita cada año casi un millón de
puestos nuevos para absorber el crecimiento en la oferta de mano de obra,
dato que coincide con las promesas hechas por los gobiernos firmantes del
tratado comercial.
Sin embargo, agrega, el empleo en el sector manufacturero
-con exclusión de la maquila- fue menor en 2003 que en 1994, ''a
excepción de las microempresas que se encuentran principalmente
en el sector informal''. Hasta enero de 1994 este indicador se ubicó
en 1.4 millones de puestos y para mayo de 2003 -incluso con la recuperación
de la economía en los años noventa- cayó a 1.3 millones
de trabajos.
Explicó que en México la destrucción
del empleo en el sector manufacturero y en la agricultura, a nivel nacional,
''ha saturado prácticamente la creación de trabajos en el
renglón de las manufacturas de exportación'', mientras en
Estados Unidos el TLCAN ha tenido un efecto positivo neto neutro o muy
pequeño sobre el empleo.
''Resulta por tanto evidente que el TLCAN no ha sido un
creador potente de empleo, incluso para el socio comercial de bajos jornales
y abundante mano de obra.
''Por ello, la experiencia en México demuestra
que no se puede contar con que los pactos de comercio vayan a producir
demasiado aumento neto del empleo, en ausencia de otras políticas
proyectadas. Las políticas para maximizar las ganancias laborales
del comercio (deben incluir) medidas para promover industrias de proveedores
y apoyos, al igual que condiciones en el tratado que recompensen, y no
desalienten, el uso de insumos nacionales en la fabricación de productos
para la exportación'', agrega Polaski en el apartado ''Lecciones
del TLCAN''.
Concluye que la asistencia para el reajuste laboral debe
prestar apoyo a los ingresos para los trabajadores y pequeños agricultores
en periodos de transición, al igual que fondos de capacitación
en nuevas ocupaciones. ''Tales políticas son complementos muy aconsejables
en los tratados de libre comercio. En México, el severo impacto
de la liberalización del comercio agrícola no ha sido compensado
por políticas adecuadas por parte del gobierno'', concluye.
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