México D.F. Lunes 31 de mayo de 2004
Estancadas, las negociaciones para designar
al próximo presidente iraquí
Resurgen combates en Najaf entre invasores y chiítas
del clérigo Sadr
Emboscan en Bagdad un convoy de occidentales; al menos
dos fallecidos
JUSTIN HUGGLER THE INDEPENDENT
Bagdad, 30 de mayo. Renovados combates se desencadenaron
este domingo entre fuerzas estadunidenses y la milicia chiíta del
clérigo Moqtada al-Sadr, que podrían poner fin al cese del
fuego negociado apenas la semana pasada. Esta tarde, en Bagdad, fue emboscado
un convoy de occidentales.
Testigos
relataron que de varios vehículos sacaban a rastras a occidentales
ensangrentados. Dentro de uno de los automóviles se vio por lo menos
un cadáver. Una multitud se congregó a celebrar y prendió
fuego a los vehículos.
La violencia resurge en momentos en que las pláticas
para formar un nuevo gobierno interino se encuentran estancadas en torno
de la cuestión de quién será el presidente. Iraquíes
que toman parte en las conversaciones hablaron incluso de que una disputa
con los estadunidenses respecto de la presidencia podría retrasar
la entrega de soberanía, planeada para el 30 de junio.
El desacuerdo se produjo después del inesperado
nombramiento de Iyad Allawi para el cargo de primer ministro, investido
de mayor poder. El consejo de gobierno electo por Washington desea ahora
que su líder actual, Ghazi Yawar, ocupe la presidencia, que es un
puesto más bien ceremonial.
Los estadunidenses, en cambio, presionan con fuerza a
los consejeros para que elijan a Adnan Pachachi, ex diplomático
de 81 años de edad. Los dos son candidatos más populares
que el controvertido Allawi, quien tiene vínculos estrechos con
la CIA y el MI6.
Tanto Pachachi como Yawar, líder tribal, gozan
de amplio respeto entre los iraquíes. Los dos son sunitas, para
equilibrar el hecho de que Allawi pertenece a la mayoría chiíta.
La diferencia es que Yawar ha hecho un llamado público
a las tropas estadunidenses a retirarse de Irak. Aunque rechaza el uso
de la violencia, ha convocado a los iraquíes a resistir a la ocupación
por medios pacíficos.
Si bien los estadunidenses aseguran que entregarán
"plena soberanía" a los iraquíes el 30 de junio, el presidente
George W. Bush ha dejado en claro que no tiene intención de retirar
las tropas de Irak en fecha próxima.
Pachachi, quien ha declarado en público que los
estadunidenses deben permanecer en el país para garantizar la seguridad
hasta que las fuerzas locales estén listas para asumir la responsabilidad,
es por consiguiente el favorito de Washington para ese cargo.
Hubo sorpresa y controversia después que Allawi
fue nombrado primer ministro el viernes por el consejo de gobierno. De
hecho, ni siquiera se preveía que el consejo nombrara al nuevo gobierno,
y el hombre en quien supuestamente recaería esa función,
el enviado de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, parecía tan sorprendido
como el que más por el anuncio.
Dio la impresión de que el consejo de gobierno,
cuya disolución está prevista para el 30 de junio, llevó
a cabo un golpe interno al nombrar primer ministro a uno de los suyos.
Pero están muy extendidas las sospechas de que los estadunidenses
tuvieron algo que ver en la decisión, pese a que la mayoría
de los voceros de las fuerzas de ocupación parecían sorprendidos
también. Es probable que Allawi, quien tiene estrechos nexos con
la CIA, resulte una elección más maleable para Estados Unidos
que los tecnócratas favorecidos por Brahimi.
Sea cual fuere la verdad detrás de la designación
de Allawi, el consejo de gobierno parecía estancado este domingo
en cuanto al cargo de presidente, cuyo poder es mucho menor.
Con todo, los combates que resurgieron este día
en Najaf podrían resultar más desestabilizadores que ese
estancamiento político. Se produjeron después que Sadr había
accedido a retirar de la ciudad sagrada su ejército del Mehdi si
los estadunidenses hacían otro tanto, acuerdo que supuestamente
pondría fin a semanas de combates cada vez más cruentos,
en los cuales el santuario chiíta más sagrado del país
había resultado dañado, en medio de creciente indignación
de ese grupo religioso.
Al parecer, milicianos del Mehdi abrieron fuego este domingo
después que tropas estadunidenses intentaron avanzar hacia el cementerio
Wadi al-Salaam, el cual se considera el más grande del mundo, donde
muchas de las batallas anteriores tuvieron lugar. Más tarde se escuchó
una explosión en el centro de la ciudad.
Estos hechos se produjeron después de dos días
de combates en la vecina ciudad de Kufa, los cuales, de por sí,
habían estirado al límite el acuerdo de cese del fuego. El
gobernador de Kufa nombrado por Washington, Adnan al-Zurufi, acusó
a Sadr de romper el trato.
"Por desgracia no se han tenido hasta ahora iniciativas
positivas de la oficina de Moqtada al-Sadr", señaló. "Hombres
armados llenan las calles y ha habido ataques contra empleados del Estado
en Kufa."
Sin embargo, informes procedentes de Kufa indican que
los renovados combates surgieron después de que los estadunidenses
colocaron retenes para impedir que Sadr se trasladara a esa ciudad, procedente
de Najaf, para pronunciar su tradicional sermón de los viernes:
el ejército del Mehdi afirma que esos retenes constituyen una violación
del pacto.
Conforme al acuerdo, Sadr accedió a retirar a los
milicianos provenientes de otras ciudades, pero no a los avecindados en
Najaf, muchos de los cuales, según se cree, se unieron en fecha
reciente a su milicia. No está claro si ya retiró a los externos
o no.
La emboscada de este domingo en Bagdad fue otro signo
de peligro para todos los occidentales en Irak, y de la casi absoluta falta
de seguridad bajo la ocupación estadunidense. La identidad de los
atacados no está clara, pero los automóviles son como los
utilizados por contratistas de seguridad y por los miembros civiles de
las autoridades de ocupación: vehículos de tracción
de cuatro ruedas.
Testigos señalaron que al parecer hubo por lo menos
un muerto, posiblemente más. Un oficial de la policía iraquí
dijo haber visto un cadáver dentro de uno de los vehículos,
antes de que la muchedumbre le prendiera fuego.
El ataque contra el convoy se produjo cuando se acercaba
a un puente, y los automóviles chocaron unos con otros. Un muchacho
relató haber visto a cinco estadunidenses detener un coche que pasaba
y huir en él. Otros testigos, en cambio, sostuvieron que los atacantes
sacaron a rastras a los pasajeros.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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