México D.F. Lunes 31 de mayo de 2004
Expertos: no debe descartarse la tesis acerca de la lucha por el mercado de drogas
Estrada Cajigal pudo haber fraguado los atentados para distraer la atención
JESUS ARANDA
La reciente explosión de tres bombas caseras en sucursales bancarias de Jiutepec, Morelos, apunta hacia un "autoatentado" de las autoridades estatales con el propósito de distraer la atención en torno al juicio político que lleva a cabo el Congreso de la entidad en contra del gobernador Sergio Estrada Cajigal.
Especialistas en seguridad nacional señalaron lo anterior y cuestionaron las tesis que ha esbozado la Procuraduría General de la República sobre el posible móvil de los atentados, particularmente en lo que respecta a la presencia de un movimiento urbano armado. En este contexto, los especialistas consultados afirmaron que actualmente en Morelos no existen condiciones para el crecimiento de este tipo de organizaciones.
Respecto a la posibilidad de que el Comando Jaramillista Morelense, el cual se atribuyó la explosión de los artefactos la madrugada del pasado domingo 23 de mayo, cuente con una estructura "guerrillera" o que se trate de una organización del tipo del Ejército Popular Revolucionario, se precisó que en Morelos no existen condiciones económicas, políticas, sociales "y mucho menos" de terreno que permitan albergar un movimiento subversivo de ese tipo.
Por otra parte, indicaron que debido al proceso de juicio político que se sigue contra el gobernador Estrada Cajigal (quien es investigado a partir de la detención de José Agustín Montiel López, ex coordinador general de la Policía Ministerial de Morelos, y Raúl Cortés Galindo, El Nico, ex coordinador operativo de la misma corporación, por su presunta vinculación con el narcotráfico y la delincuencia organizada), no suena descabellada la tesis de que los atentados referidos sean producto de la lucha por el control del mercado de las drogas en Morelos. La cercanía con el Distrito Federal, la facilidad para rentar o comprar exclusivas residencias sin despertar sospechas, la presencia "normal" de extranjeros en el estado y el alto poder adquisitivo de ciertos sectores de la población reflejan el enorme potencial que tiene esta entidad para el tráfico ilícito de estupefacientes.
Las explosiones revelarían, según los especialistas, la lucha por el poder, pero no sólo entre grupos criminales, sino también entre funcionarios incrustados en los cuerpos policiacos a nivel federal, estatal y municipal.
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