México D.F. Miércoles 26 de mayo de 2004
Exhibe su primera muestra individual en México
Broto invoca la abstracción para combatir el
pesimismo
MERRY MAC MASTERS
Pintor abstracto en la medida que no le interesa ''la
narrativa explicativa, demostrativa", al artista español Juan Manuel
Broto (Zaragoza, 1949) le gusta dejar ''huellas" en sus cuadros para ser
interpretadas o reinterpretadas.
Quiere
crear un ''imaginario" a la manera de un mundo aparte. Y, ¿cómo
sería ese mundo? ''No tan desagradable -asegura-, porque justamente
por eso hago abstracción. Lo que no quiero es contribuir al pesimismo
general".
Rever (con la segunda erre invertida en el original)
es la primera exposición individual de Broto en México, abierta
en el Museo José Luis Cuevas (Academia 13, Centro Histórico).
Allí el artista ofrece una serie de ''guiños"
entre cuadros hechos a partir de 1989 y obra reciente de 2003, anota la
curadora Olga Rivero Menéndez.
Colgada por pares, la muestra ''revisa" ciertas interpretaciones,
a las cuales Broto llegó a regresar. Cabe mencionar que todos los
''guiños" de 2003 son impresiones digitales.
Explosión de gozo
Los cuadros más antiguos, expresa Broto, tienen
cierta entonación terrosa; ''podríamos decir que son un poco
más tristes". Los últimos, apunta, tienen más color
porque me surgió la necesidad de usar todos los colores y en combinaciones
que no son muy armónicas.
''Precisamente se hace como una explosión de gozo,
que no contribuye a la tristeza. Es mi respuesta casi política".
Nacido en una ciudad ''relativamente pequeña",
cuyo ambiente cultural de entonces era muy escaso, a los 22 años
Broto se mudó a Barcelona. Allí ''formamos el grupo de artistas
e intelectuales Trama. Después colaboramos en algunas revistas
con escritores y poetas. Fue un momento efervescente. Allí es donde
más me formé. Conocí a personas que luego me han influido
bastante, como Tàpies, con quien mantengo estrecha relación".
Al paso del tiempo ocurrió lo de siempre: ''Uno
llega a pensar que a lo mejor lleva demasiado tiempo en el mismo lugar".
Así que Broto se fue a pasar un par de meses en París y acabó
quedándose. Aunque también vive unos meses del año
en Mallorca.
-¿También hubo influencias del ámbito
internacional?
-Sí, siempre me ha interesado mucho la gran pintura
estadunidense. Ese momento heroico que hubo con Jackson Pollock y Mark
Rothko. Luego, lo que tenía más cerca como Tàpies
y Miró. También, en cierto modo en aquellos momentos de formación
me interesaban algunas ideas que difundían algunas publicaciones
francesas, que buscaban unir la práctica política con la
artística, en un intento por hacer lo que entonces se llamaba una
práctica revolucionaria.
-¿Como defiende el artista su identidad frente
a una situación global?
-Desde hace tiempo he formulado mi respuesta que tal vez
no está en sintonía con la moda. Pero eso me ha dejado de
preocupar. Tengo infinita curiosidad, evidentemente, porque es intelectual.
Creo mantener una casi fidelidad a unos principios que me he planteado.
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