México D.F. Miércoles 26 de mayo de 2004
Ofrecerá ciclo de ocho conciertos con
las 32 sonatas del compositor alemán
Leotta se asume ''depositario'' de la estética
beethoveniana
Cada una de esas piezas constituye un universo, expresa
el pianista a La Jornada
Buscará derrumbar el estereotipo ''de sombrío
y tétrico'' atribuido al genio de Bonn
ANGEL VARGAS
Aunque no existen lazos consanguíneos de por medio,
los orígenes genealógicos del pianista italiano Christian
Leotta se remontan a una de los figuras capitales de la música de
todos los tiempos, el compositor alemán Ludwig van Beethoven.
Leotta
es uno de los pocos herederos -''depositarios", dice- de la gramática
de la estética beethoveniana, en línea directa.
Es decir, abunda, sus conocimientos acerca de los pensamientos
musical y filosófico del genio de Bonn le fueron transmitidos de
primera mano, como alumno que fue en los últimos años de
vida del alemán Karl Ulrich Schnabel.
Este recibió tales enseñanzas de su padre,
Artur Schnabel, quien a su vez fue discípulo de un colaborador directo
de Beethoven. De allí que Leotta se considere descendiente de ese
autor, cuando menos artísticamente.
El treintañero músico siciliano se encuentra
por segunda ocasión en el país -su anterior visita ocurrió
en 2001- para dar testimonio de su sapiencia sobre la obra de Beethoven,
además de sus virtudes interpretativas, con un proyecto titánico.
Se trata de un ciclo de ocho conciertos con las 32 sonatas
para piano escritas por el compositor alemán, que ejecutará
en la sala Nezahualcóyotl a partir de este jueves.
Estas obras son calificadas por los expertos, a casi dos
siglos de distancia, como ''el paradigma contra el cual se miden y comparan
las demás obras del género".
Labor filológica
En entrevista con La Jornada, Christian Leotta
enfatiza que, a diferencia de lo convencional, ejecutará dichas
obras no en el orden oficial de catalogación, que es el orden cronológico
de publicación, sino en una clasificación propuesta por él.
''La vastedad y la diferencia del pensamiento musical
beethovenianos que encierran las 32 sonatas permiten lecturas y planteamientos
diferentes. Cada una de esas piezas representa un universo, una esencia",
señala
''Más que en ningún otro compositor, cada
una representa un experimento y una grande evolución. No hay una
sola sonata que suene a otra ni que sirva de antecedente o precedente de
otra. Cada movimiento es en sí mismo un microuniverso.
''Esto es una buena razón para hacer ver por medio
de estos conciertos el arco del desarrollo de Beethoven. Escuchar en un
solo concierto las diferentes épocas de la vida del compositor:
juventud, madurez y la tardía."
Abunda: ''Consideré que para crear mayor variedad
e interés en la audiencia, se pueden constituir programas de concierto
que reúnan sonatas de estilos, formas, dimensiones periodos y tonalidades
diferentes".
Para desarrollar su propuesta, Leotta no sólo recurrió
a ediciones muy depuradas de esas sonatas, las llamadas Urtext, sino que
realizó una verdadera labor filológica al acceder a los manuscritos
originales del compositor gracias a una edición facsimilar publicada
recientemente en Londres.
Fue así como pudo abordar de manera ''muy cercana"
al pensamiento y las intenciones del músico alemán, incluso
con sus anotaciones, lo cual considera esencial para transmitir al público
contemporáneo, de forma ''verosímil", aquello que el autor
quiso decir y hacer sentir.
Amplitud de espíritu
El pianista asume que la obligación de un intérprete
consiste en apegarse a las intenciones primordiales de los compositores
y transcribirlas a la época a la cual se pertenece, valiéndose
de medios y condiciones contemporáneos.
''Tocar una sonata de Beethoven para 30 personas, en un
piano de la época y en un salón aristocrático de Viena,
como ocurría en los tiempos del compositor, es muy diferente a como
se hace hoy, en donde existen salas especializadas y la audiencia es, si
no multitudinaria, sí mucho mayor", dice.
''Lo que antes para 30 personas era una conversación,
ahora para 2 mil es una suerte de oración. En esta época
que Beethoven está muerto y las 32 sonatas son una leyenda, los
intérpretes estamos obligados a hacer entender al público
cuán importante es la música que escucha y, en ese sentido,
cada una de las notas escritas por el autor es sagrada; mientras que en
la época de éste, no sólo no se tenía ese compromiso
con la audiencia, sino que el propio compositor cambiaba e improvisaba."
Este ciclo de conciertos, que comenzará mañana
jueves en la sala Nezahualcóyotl, a las 20:30 horas, resulta asimismo
muy importante para los propósitos de Leotta, de ''derrumbar ese
estereotipo de sombrío, grave, oscuro, tétrico" que pesa
sobre el músico de Bonn y demostrar su ''amplitud de espíritu",
con obras divertidas, de espíritu lúdico y sutil, e inclusive
''en ocasiones deliberadamente vulgares, como de taberna".
Las subsecuentes presentaciones del pianista serán
los jueves 10 y 17 de junio, así como el primero de julio, a las
20:horas, y los domingos 30 de mayo, 6, 20 y 27 de junio, a las 18 horas,
en el recinto ubicado en el Centro Cultural Universitario (Insurgentes
sur 3000, CU).
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