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México D.F. Miércoles 26 de mayo de 2004
América Latina, con la peor distribución
del ingreso y en plena ebullición política
Resultados tangibles, reto de AL y Europa
La unión del viejo continente estrenará
durante el cónclave membresía ampliada
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Una
recién ampliada Unión Europea y una América Latina
donde van en aumento la ebullición política y la redefinición
de alianzas se encuentran este fin de semana en Guadalajara, Jalisco, para
atender la tercera cumbre que ambos bloques realizan desde 1999, en una
cita que en la parte económica estará marcada por la negociación
de acuerdos subregionales de promoción comercial y la creciente
presencia de China en las economías latinoamericanas.
El momento que viven ambos bloques no puede ser más
diferente.
Al inicio de mayo, la Unión Europea (UE) amplió
su membresía a 25 países, con la incorporación de
10 estados, cuya mayoría hasta hace poco menos de 15 años
permanecía en la esfera de la Unión Soviética.
En América Latina, el gobierno del presidente brasileño,
Luiz Inacio Lula da Silva, completó un tercio de su periodo tratando
de consolidar una nueva forma de liderazgo entre los países emergentes;
en Argentina, Néstor Kirchner cumplió esta semana un año
de haber llegado a la Casa Rosada -sede del gobierno- con sólo 22
por ciento de los votos, mientras que Bolivia espera la realización
de un referendo sobre política energética que ya causó
dimisiones en el gobierno del presidente Carlos Mesa; Uruguay, en tanto,
prepara elecciones presidenciales, Cuba enfrenta renovados problemas económicos
y México...México sigue allí.
La primera ocasión en que la UE y el bloque de
naciones de América Latina y el Caribe realizaron una cumbre de
jefes de Estado o de gobierno fue en junio de 1999, en Río de Janeiro,
Brasil. Después hubo otra, en mayo de 2002, en Madrid, España.
La tercera, que se realizará el viernes y sábado próximos
en Guadalajara, será la que contará con el mayor número
de asistentes, 58 países, que se reúnen en un momento de
definiciones en la esfera económica y comercial.
El comité organizador de la cumbre de Guadalajara,
encabezado por el anfitrión México y por Irlanda, país
que detenta la presidencia rotatoria de la UE, planteó que el propósito
del cónclave es "profundizar y consolidar" la asociación
estratégica birregional. Pero también busca definir "objetivos
precisos e instrumentos adecuados para alcanzar resultados tangibles" en
temas como: combate a la pobreza, "gobernabilidad democrática",
promoción del empleo, distribución del ingreso, flujos migratorios
e integración regional.
Mirar al futuro
Independientemente de los logros que alcance en el largo
plazo, la ampliación de la UE a 25 miembros, concretada el primero
de mayo pasado, es un paso adelante en la búsqueda de progreso para
los habitantes de ese bloque regional, en el que las diferencias no son
menores.
La nación con un mayor ingreso per cápita
es Dinamarca, con 30 mil 600 dólares anuales, mientras que el país
con el más bajo -dentro de la UE ampliada- es Letonia, con 3 mil
230 anuales por habitante, según Eurostat, ente europeo responsable
de la estadística económica. El producto interno bruto (PIB)
per cápita de los 10 nuevos miembros es, en promedio, equivalente
a sólo 46 por ciento de los 15 que integraban el bloque hasta el
30 de abril pasado: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España,
Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal,
Reino Unido y Suecia.
Con la incorporación de 10 países -Chipre,
Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia,
Eslovenia y República Checa- la UE es ahora un grupo de naciones
donde viven 450 millones de personas con una economía regional cuyo
valor es de 11 billones de dólares -cifra similar al valor del PIB
de Estados Unidos-, de acuerdo con el Banco Mundial. El PIB de América
Latina y el Caribe es de 1.7 billones de dólares.
La ampliación de la Unión Europea no es
una iniciativa de carácter estrictamente comercial, como el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados
Unidos y México, o como los acuerdos de este último con otras
naciones latinoamericanas. En el caso de la UE, la integración no
es sólo económica, sino también en el diseño
de políticas comunes en seguridad, relaciones externas, defensa
y ámbito fiscal. Además, existen fondos especiales de ayuda
para asistencia a los países más pobres, algo que no ocurrió
en el caso de México y el acuerdo norteamericano.
La tensión del presente
América Latina, con 525 millones de habitantes,
es la región con la peor distribución del ingreso en el planeta.
El Banco Mundial establece que la décima parte más rica de
los latinoamericanos detenta 48 por ciento del ingreso total, mientras
el 10 por ciento más pobre de los habitantes de la región
apenas obtiene 1.6 por ciento. En los países industrializados, como
contraste, el 10 por ciento más opulento gana 29 por ciento del
ingreso, mientras el 10 por ciento más depauperado de las personas
obtiene 2.5 por ciento. Después de dos décadas de reformas,
dos de cada tres latinoamericanos expresan decepción con la situación
económica, según el más reciente pulso tomado por
Latinbarómetro, firma regional de consultoría.
Encabezado por Brasil, en octubre del año pasado
un bloque de 20 países en desarrollo -en el que figuraban México
y China- logró posponer la negociación de una nueva ronda
de apertura en la Organización Mundial de Comercio, luego de que
los países europeos y Estados Unidos rechazaran poner sobre la mesa
la discusión sobre los subsidios a la agricultura.
El hecho marcó el surgimiento de un nuevo liderazgo
brasileño en Latinoamérica, región donde desde hace
un par de años se observa un cambio de tendencia en las dirigencias
políticas. El presidente mexicano, Vicente Fox, quien tomó
posesión del cargo en diciembre de 2000, es quizá el último
mandatario de la región, dentro de los 10 países más
grandes, más pro estadunidense y defensor de las mismas políticas
económicas que se han aplicado en la zona en los 20 años
pasados.
Mientras México experimenta una sostenida pérdida
de mercados frente a China -el país asiático es ahora el
segundo proveedor de Estados Unidos, desplazando a los productos mexicanos-
Brasil ha avanzado en la formación de una alianza estratégica
con Pekín.
Esta semana, Lula realiza una visita a China acompañado
de más de 400 empresarios. El viaje fue calificado por el diario
británico Financial Times de "inicio de un vínculo
que conectará a los más grandes mercados emergentes de Oriente
y Occidente". En el nexo entre Brasilia y Pekín hay más que
sólo discursos sobre la unidad de los países en desarrollo.
China requiere las materias primas sudamericanas -como los metales- para
mantener el crecimiento de su economía, pero a la vez la nación
asiática es ya la quinta proveedora de inversión extranjera
directa. Y los capitales siempre son necesarios en Latinoamérica.
Acuerdo en ciernes
En la cumbre de Guadalajara habrá también
noticias sobre la negociación de un acuerdo comercial entre la UE
y el Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque integrado por Brasil,
Argentina, Uruguay y Paraguay.
La fase final de negociaciones se realizó esta
semana en Bruselas, Bélgica, y una declaración final es prevista
en el contexto del cónclave aun cuando la firma se consume en los
siguientes meses.
En términos generales, la UE es el segundo socio
comercial de Latinoamérica, mientras el bloque europeo es el principal
asociado de Mercosur y Chile. Las exportaciones europeas hacia la región
son principalmente de maquinaria, equipo y productos químicos, mientras
que sus importaciones desde esta parte del mundo son sobre todo de productos
agrícolas.
La Unión Europea es, al mismo tiempo, la principal
fuente de inversión extranjera de Latinoamérica.
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