México D.F. Sábado 22 de mayo de 2004
Otorga a cada productor 350 dólares al
año y el gobierno mexicano únicamente 77
"Perverso", que Estados Unidos canalice subsidios a
sus agricultores: especialista
El campo está "desmantelado" y en manos de trasnacionales,
señalan empresarios
La aplicación de subsidios en beneficio de productores
agrícolas en países desarrollados no sólo es "perversa",
sino que obliga a otros estados a invertir gran cantidad de recursos para
tratar de hacer competitivo su aparato productivo en condiciones muy desventajosas,
sostuvo Edgardo Moscardi, representante en México del Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura de la Organización
de Estados Americanos.
Especialista
en el análisis de políticas públicas para el campo
y el uso de tecnología agropecuaria, Moscardi reconoció que
cualquier esquema de subsidios "por definición resulta perverso",
ante la presión que se ejerce sobre otros sistemas de producción
agrícola menos desarrollados. Indicó que sólo el subsidio
por cada productor agrícola en Estados Unidos es de 350 dólares
anuales, mientras que en México los campesinos únicamente
reciben 77 dólares.
Una de las tareas que se deben emprender en la materia,
sostuvo, es un monitoreo constante de todas las iniciativas aplicadas por
Estados Unidos para apoyar su desarrollo agrícola, "pues se corre
el riesgo de que se trate de subsidios disfrazados, que afectarían
la producción en México".
Luego de participar en la clausura del seminario Nuestra
agricultura en el tercer milenio. A 10 años del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), organizado por la Universidad
Autónoma Metropolitana, insistió en que si bien es necesario
superar esquemas de subsidio inequitativos, para impulsar la competitividad
del campo mexicano, "es necesario abandonar una política de subsidios
que beneficia sólo el ingreso y no la productividad".
Si bien aceptó que lo ideal es mantener un programa
de apoyo para aquellos productores que han sido expulsados por la globalización
y que no podrán subsistir de su trabajo agrícola, "no podemos
olvidar que la competitividad es el resultado de diversos factores, como
la inversión en tecnología, la coordinación de las
políticas públicas para el campo y la asignación de
recursos destinados al agro de forma multianual, lo cual ofrece certidumbre
a la inversión agraria".
En el encuentro, en el que participaron diversos especialistas,
Víctor Suárez, vocero de la Asociación Nacional de
Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, indicó que
a 10 años del TLCAN se ha generado "una política de desmantelamiento
del campo mexicano y de entrega del mercado agroalimentario nacional a
las grandes empresas trasnacionales".
Resulta evidente, agregó, que el TLCAN es un "rotundo
fracaso, por lo que es urgente renegociar varios apartados que permitan
salvar la soberanía alimentaria del país y mantener los derechos
del campesino a cultivar su tierra y al desarrollo de su comunidad".
El cambio que necesita la política agrícola
en México, insistió, no será resultado de las acciones
del gobierno federal, "entregado a los intereses de las trasnacionales",
sino de la movilización de la sociedad civil. En ese sentido, aseguró
que las organizaciones campesinas iniciarán nuevamente manifestaciones
para exigir el cumplimiento del Acuerdo Nacional para el Campo, para "con
ello cambiar la relación comercial entre México y Estados
Unidos en lo que respecta al comercio agroalimentario"
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