Déspota y narcisista, cuenta con las características de un "estafador"

Carlos Ahumada tiene "alta capacidad delictiva", dice grupo de criminólogos

Dudan que él haya planeado exculpar a autoridades del complot contra López Obrador

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Criminólogos que han estudiado la personalidad del empresario Carlos Ahumada Kurtz, preso en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, acusado de fraude genérico contra la delegación Gustavo A. Madero por 31 millones de pesos y uno de los principales involucrados en los videoescándalos y el complot político contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, lo definen como una persona con "alta capacidad criminal, delictiva y de adaptación".

En general, los criminólogos observan en Ahumada las características que definen de manera fiel la imagen de un "estafador", como su personalidad despótica hacia el personal y narcisista, que sólo habla de sus necesidades y le importan poco los demás.

Esto, aseguraron, se refleja en la carta que el procesado publicó en su periódico, El Independiente, en la cual deslinda a todas las autoridades federales del complot.

Si bien el empresario está actualmente en una etapa de depresión, ello se debe a que está pasando por un proceso de valoración de la pérdida, que antes se negaba a aceptar y que ahora comienza a reconocer, de su libertad y del poder económico y político que tenía, así como del poder que estaba acostumbrado a ejercer sobre las personas que lo rodeaban. Sin embargo, dicha situación es pasajera, pues en general ha mostrado alta capacidad de adaptación a esta nueva circunstancia.

Lo que más ha llamado la atención de los especialistas es su capacidad para envolver a sus víctimas. Es una persona sumamente inteligente, pero extremadamente histriónica, es decir, a voluntad tiene la capacidad de actuar y adoptar muchas personalidades, lo cual, a su vez, lo hace un personaje mitómano, a quien la gente le cree.

Tiene una enorme capacidad para seducir y envolver a la gente. La clave de esto, explicaron, radica en su talento para estudiar a las personas y detectar cuál es su necesidad, para a partir de ahí poder convencerla, de modo que "a una persona le ofrecía dinero, a otra poder y a alguna más cariño".

Una persona con estas características no tiene sentimiento de culpa, porque piensa que sus víctimas son tan ingenuas que se lo merecen.

El empresario, de origen argentino, es una persona obsesivo-compulsiva, lo cual se observa en su forma de vestir, su aseo personal, la manera en que tiene ordenados sus objetos en la estancia -de hecho, una de las primeras cosas que pidió fue que alguien le cortara el cabello y le arreglara la barba-, y esto se refleja también en su caligrafía, al hacer una letra demasiado redonda y estilizada, ligeramente inclinada hacia la izquierda, lo cual caracteriza a las personas que anticipan mucho las cosas.

Es una persona que se muestra hostil y difícilmente demuestra sus emociones; en las visitas, con quien más se muestra expresivo es con sus hijos.

Los especialistas dudan, sin embargo, que en el caso de la carta que envió a su diario, en la cual se responsabiliza de todo y deslinda a autoridades federales, haya sido un acto pensado por él. Al contrario, forma parte de una estrategia a la que fue inducido pensando en obtener una enorme ganancia.