Olga Harmony

Coordinación de Teatro del INBA

En la época de las vacas flacas, éstas están a punto de ser reducidas a puro pellejo. Las reducciones presupuestales para la cultura -como lo son en todos los ámbitos pero cada quien ara en su parcela, por lo que sólo me toca referirme al teatro- pueden dar al traste con muchos proyectos. Por ejemplo, la Coordinación de Teatro del INBA no solamente no tuvo aumentos este año, sino que sufrió una reducción de 4 millones de pesos para su funcionamiento y se sabe que también el presupuesto operativo para el Centro Cultural Helénico es menor este año que los anteriores y como estos casos se pueden enumerar muchos otros. Sabemos que México es un país con muchas carencias en que el desempleo crece, el poder adquisitivo de nuestra moneda se desploma, los pobres son ahora miserables, pero hacer hincapié en la cultura artística no es una impudicia, porque se trata de un bien necesario para los ciudadanos que vemos cómo nuestros impuestos rescatan bancos y hacen más ricos a los ricos en lugar de producir lo indispensable para una vida digna. El arte se inscribe en este renglón.

En este poco promisorio panorama, hay un relevo en la Coordinación de Teatro del INBA. Enrique Singer demostró ser un funcionario inteligente y propositivo que logró conjuntar a un muy buen equipo de colaboradores, y su renuncia -habrá tenido sus muy personales razones para ello- no puede menos que contristarnos. Entra al relevo para lo que queda del sexenio el tercer coordinador en lo que va del mismo, Ignacio Escárcega. Se trata de un actor, dramaturgo y director de escasa trayectoria como creador, aunque recuerdo su excelente versión de tres obras estadunidenses dirigidas por él con el título de Libros para cocinar en que reunió a un elenco de jóvenes actores que con el tiempo han destacado, pero sus mayores logros los ha obtenido como ensayista y maestro. Su labor como director de la Escuela de Arte Teatral del INBA fue muy fructífera porque renovó el cuadro docente dando entrada a algunos teatristas innovadores de muy alto nivel que apuntalaron a los ya existentes, muchos de ellos harto conservadores. Por las entrevistas que se le han hecho, podemos deducir que Escárcega encaró con inusitada pasión el cargo que ahora deja, pasión que esperamos mantenga en sus nuevas funciones.

Con los matices que cada personalidad imprime en la Coordinación, el gremio tiene fundadas esperanzas de que las principales propuestas de Singer se mantengan. La Compañía Nacional de Teatro, ahora acuerpada dentro del programa de México a la escena, con un director artístico independiente y renovable cada dos años, con actores y actrices que no pueden ser parte de una compañía formal por múltiples razones, pero a los que se acudiría para las producciones de gran y mediano formato y para las lecturas escenificadas, según plantea su actual director José Caballero, sería una de ellas.

Otra, la idea de que los diferentes teatros con que cuenta el INBA en la capital tomen un perfil propio, para que el público sepa qué tipo de propuesta se le hace. Destaca la idea de dar el Galeón a diferentes grupos de probada solvencia artística por un periodo de cuatro meses para que lo programe con entera libertad. Este año se comienza con el foro de Teatro Contemporáneo, dirigido por Ludwik Margules y hubieran seguido los teatristas agrupados en El Milagro, pero el recorte presupuestal hizo que esto -como otros planes y programaciones- se pospusieran.

El tercer proyecto consiste en que escenificaciones ya muy probadas en los teatros del INBA hagan giras por diferentes puntos del país y cuyos integrantes -todos de primer orden- ofrezcan talleres a los teatristas locales, con lo que el teatro de los estados alcance mayores niveles de calidad, complementando lo ya logrado y lo que se logre con las asesorías que se imparten a los grupos integrados en el Programa de Teatro Escolar en los Estados.

Con las modalidades que imponga Ignacio Escárcega, a quien deseamos un feliz desempeño, a la programación, resulta muy deseable la continuidad de estas líneas que cuentan con el beneplácito del gremio teatral.