Participantes en foro sobre el tema fijan su postura ante la visión conservadora

En transición, el modelo tradicional de familia

BERTHA TERESA RAMIREZ

Al participar en el foro Democratización familiar, retos y posibilidades, la secretaria de Desarrollo Social, Raquel Sosa, y la directora del Instituto de las Mujeres del DF, Luz Rosales Esteva, coincidieron en que la familia, como componente básico de la sociedad, está en transición. Ello, a causa de diversos factores, como el económico, que obliga a mujeres y jóvenes a insertarse en el campo laboral e inclusive a emigrar a las grandes ciudades para resolver los problemas económicos.

En tanto, el contexto social obliga a las mujeres a cargar con el estigma de que "si su familia no funciona conforme al modelo idealizado en las películas de Pedro Infante, no es propiamente una familia". Rosales Esteva planteó que la lucha histórica de las mujeres contra la desigualdad las ha llevado a aumentar su participación en la toma de decisiones y en el mercado de trabajo.

Esto, aunque ha permitido reducir la brecha de la desigualdad, también ha traído consigo cambios en la vida cultural, social y familiar que hay que atender con programas adecuados.

Señaló que entre los resultados de esos cambios, están: la disminución de la natalidad, el incremento de los hogares con jefatura femenina, las elevadas tasas de embarazo en adolescentes y las relaciones violentas desde el noviazgo. Todo ello ha traído consigo la transformación de las familias en su estructura, tamaño, composición y colaboración de sus integrantes en el ingreso. Por ello, añadió, podemos hablar de que la familia está en transición.

Indicó que según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informáticca, en el año 2000 sólo 52 por ciento de los hogares tenía la composición tradicional, "y si le buscamos más profundamente, incluso esta cifra bajará".

Esto indica que cada vez hay más diversas organizaciones familiares. En ese contexto, dijo que "no es cualquier cosa" el hecho de que 26 por ciento de los hogares tengan a una jefa de familia reconocida, que 25 por ciento sean " familias extensas", y que cada vez más encontremos a abuelas o abuelos viviendo con nietos y nietas, cuyos progenitores tuvieron que ir a las ciudades para huir de la pobreza, o bien parejas del mismo sexo, o hermanos mayores que asumen la responsabilidad de los menores.

Por su parte, Raquel Sosa expuso que mantener un modelo de familia tradicional es una de las razones por las cuales la problemática de la violencia familiar no es tan fácil de superar, porque constantemente se piensa que es mejor estar con el opresor, con el generador de violencia, que estar sola o fuera de esa visión protectora de esa forma de familia.

En el foro, los ponentes fijaron su postura frente a la tendencia conservadora que se manifestó en el Congreso Mundial de Familias, realizado del 29 al 31 marzo, convocado por organizaciones conservadoras, bajo el auspicio de la directora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) nacional, María Teresa Aranda, y Petróleos Mexicanos.