México D.F. Jueves 20 de mayo de 2004
Funcionarios de Ramadi reportan el ataque; al
menos 15 niños entre las víctimas
Helicóptero de EU abre fuego sobre una boda
en Irak; mata a más de 40 civiles
Riesgo de que se encienda la furia iraquí, sobre
todo entre la población sunita
JUSTIN HUGGLER THE INDEPENDENT
Bagdad, 19 de mayo. Un helicóptero estadunidense
abrió fuego este miércoles sobre una fiesta de bodas en un
pueblo remoto y mató a más de 40 personas, afirmaron funcionarios
iraquíes. Si la versión es cierta, este error podría
resultar desastroso para las fuerzas estadunidenses, que tratan de atemperar
la creciente indignación israelí y combatir la resistencia
a la ocupación.
La
sección de noticias de televisión de la agencia Ap obtuvo
una videocinta que muestra cadáveres apilados en la caja de una
camioneta pick-up, que supuestamente son de personas que estaban en la
boda. A uno de los cuerpos le falta la cabeza. Alrededor de una docena
eran claramente visibles, pero debajo había otros que no se podían
distinguir.
El incidente fue reportado primero por funcionarios iraquíes
de la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Anbar, donde al parecer
tuvo lugar el ataque. Entre 42 y 45 personas fueron asesinadas, según
el teniente coronel Ziyad al-Jbouri, subjefe de policía de Ramadi.
Precisó que entre los muertos había 15 niños y 10
mujeres.
La cadena de televisión Al Arabiya, por su parte,
situó en más de 20 el número de muertos. Señaló
que el hecho ocurrió en una remota aldea del desierto, cerca de
la frontera con Siria, a eso de las 3 horas locales (23:00 GMT del martes).
Las fuerzas estadunidenses sostuvieron que no podían confirmar las
versiones.
No sería la primera vez que fuerzas del Pentágono
abren fuego por error en una boda. En 2002, fueron ultimados 48 civiles
en un ataque sobre una boda en Afganistán, hecho que según
se cree ocurrió cuando los soldados confundieron con fuego hostil
los disparos al aire de los jubilosos convidados al banquete.
De inmediato surgieron sospechas de que en Irak ocurrió
lo mismo. Los iraquíes tienen por costumbre hacer disparos al aire
en las celebraciones; hace unas noches, el ruido de las armas de fuego
retumbó por todo Bagdad cuando la selección nacional de futbol
venció a Arabia Saudita. Varios invitados a la boda a quienes se
entrevista en la videocinta obtenida por la Ap relataron que habían
hecho disparos al aire antes del ataque.
Sin embargo, Salah al-Ani, médico del hospital
de Ramadi, aseguró que soldados estadunidenses habían visitado
la aldea para averiguar de qué se trataban los disparos y que el
helicóptero abrió fuego cuando se fueron. No resultó
claro cómo se enteró de esto el doctor Ani si el incidente
ocurrió cerca de la frontera, muy lejos de Ramadi, aunque es probable
que hayan llevado heridos a ese hospital. La provincia de Anbar, vasta
zona en su mayor parte desértica del occidente de Irak, alberga
algunas de las más aguerridas fuerzas de resistencia contra la ocupación.
La ciudad más famosa de la provincia es Fallujah, donde cuatro contratistas
fueron linchados en marzo, lo que dio lugar a una dura respuesta estaduniense
en la cual se cree que perecieron cientos de civiles.
La mayoría de las tribus sunitas en Anbar se oponen
de manera implacable a la ocupación y están profundamente
inmersas en la resistencia. La noticia del presunto ataque en la boda correrá
como reguero de pólvora por todo Irak y encenderá nueva furia
entre los iraquíes, ya de por sí indignados por las fotografías
de prisioneros desnudos sometidos a abusos por soldados estadunidenses
en la prisión de Abu Ghraib.
Comandantes de la ocupación afirman que combatientes
extranjeros entran a Irak por la frontera siria, y es posible que la tripulación
del helicóptero haya creído que el fuego provenía
de tales combatientes. Si los reportes de más de 40 convidados muertos
resultan ciertos, será un costoso error para Washington.
Si bien algunos mujaidines extranjeros han cruzado
hacia Irak y montan ataques contra las fuerzas de ocupación, la
evidencia conocida hasta ahora no ha indicado que estén presentes
en los grandes números que Washington maneja.
Estados Unidos ha cometido una serie de desastrosas torpezas
y errores de juicio en Irak. Su asalto de abril a Fallujah transformó
una insurgencia local en un movimiento de resistencia cuyos combatientes
son reverenciados como héroes en todo el país. Luego Washington
descubrió que no podía rendir a Fallujah sin infligir horrorosas
bajas civiles y negoció un cese del fuego mediante el cual un ex
general de Saddam Hussein asumió el control de la seguridad en la
ciudad, lo cual muchos iraquíes percibieron como una humillante
derrota para los ocupantes.
Además, al mismo tiempo que crece el escándalo
por las fotografías de Abu Ghraib, las fuerzas del Pentágono
parecen sumergirse en un ataque potencialmente aún más dañino
contra los milicianos chiítas en las ciudades sagradas de Najaf
y Kerbala.
Las fuerzas estadunidenses han jurado liquidar o capturar
al clérigo radical chiíta Moqtada Sadr, quien encabeza la
revuelta chiíta en el sur del país, y aplastar a su ejército
Mehdi. Pero en las semanas recientes han sido enfrentados por esa milicia
en batallas cada vez más feroces en Najaf, Kerbala y sus alrededores.
Las dos capillas chiítas más sagradas han
resultado ya dañadas en los combates, lo cual conlleva el riesgo
de una temible represalia de los creyentes de ese culto. Este miércoles
se informó que tanques estadunidenses avanzaban a 50 metros de la
capilla del imán Hussein en Kerbala, y que aviones de guerra lanzaban
ataques en las inmediaciones de la ciudad.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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