México D.F. Jueves 20 de mayo de 2004
Es un crimen de guerra: Arafat; marchas de condena
en Jerusalén, Tel Aviv y Haifa
Israel atribuye el ataque en Rafah a "un error en la
cadena de mando del ejército"
Esta ofensiva rebasa todos los límites: Liga
Arabe Bush llama a la "moderación"
AFP, REUTERS Y DPA
Jerusalen,
19 de mayo. Cientos de personas se manifestaron en Jerusalén,
Tel Aviv y Haifa en protesta por el ataque perpetrado hoy por tropas israelíes
en el campo de refugiados de Rafah, que el ejército de Israel atribuyó
a un "error en la cadena de mando", y fue condenado por la comunidad internacional.
Además, en el Knesset (Parlamento), la minoría
árabe exigió que el primer ministro israelí, Ariel
Sharon, y altos funcionarios de su gobierno sean "juzgados por crímenes
de guerra al ordenar asesinatos a sangre fría".
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución en la que
criticó a Israel por la muerte de palestinos y las demoliciones
de casas en Rafah y la franja de Gaza, por 14 votos en favor y la abstención
de Estados Unidos, que a pesar de anunciar anoche que ejercería
su poder de veto no lo hizo.
La resolución, presentada por los países
árabes, expresó la profunda preocupación por el creciente
deterioro de la situación en el territorio palestino, y llamó
a Israel a detener la destrucción de casas en cumplimiento al derecho
internacional humanitario.
Nabil Abu Rudeina, asesor del presidente palestino, Yasser
Arafat, se congratuló en Gaza por la resolución que, dijo,
constituye una condena evidente de toda la comunidad internacional.
En Tel Aviv, la marcha fue organizada por el grupo Valor
para Negarse, integrado por militares que se oponen a la ocupación
de Palestina, así como otras organizaciones de izquierda, y comenzó
en el Ministerio de Defensa. "Este es un ejército que ha perdido
la legitimidad moral", gritaban los manifestantes.
Diez personas que cerraron una calle fueron arrestadas
tras enfrentamientos con la policía. Entre los detenidos figura
el capitán de reserva David Zoneshein, uno de los promotores de
una carta enviada a las autoridades militares en la que rechazaron el servicio
en los reocupados territorios palestinos.
En Jerusalén, una docena de manifestantes se concentró
cerca de las oficinas de Sharon, mientras en Haifa otra decena más
de árabes israelíes protestó por los ataques y la
destrucción de casas en Rafah.
Arafat denunció como "crimen de guerra" y "matanza"
el ataque en Rafah, pues se trató de "un acto criminal contra una
manifestación pacífica llevado a cabo por órdenes
militares criminales.
"Llamo
al cuarteto internacional para la paz, a los países árabes,
a la Organización de la Conferencia Islámica y al Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas a tomar decisiones necesarias para enfrentar
estos crímenes atroces", declaró Arafat en la apertura de
una reunión de urgencia de la dirección de la Autoridad Nacional
Palestina (ANP), en Ramallah, Cisjordania.
El Consejo Legislativo Palestino acusó, a su vez,
al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de alentar las "matanzas"
de palestinos cometidas por Israel al apoyar a Sharon.
El ejército israelí expresó en un
comunicado su "profundo pesar" por la pérdida de vidas humanas durante
el ataque con misiles, pero no se responsabilizó totalmente al afirmar
que es demasiado pronto para determinar la causa de las muertes.
Por los menos 14 palestinos murieron, entre ellos varios
niños, y decenas resultaron heridos cuando militares israelíes
lanzaron misiles contra una manifestación de protesta por los tres
días de incursión del ejército de Israel en Rafah
y su campo de refugiados.
El comunicado señaló que entre los palestinos
que marchaban hacia el barrio de Tel Sultan de Rafah se camuflaron hombres
armados.
El viceministro israelí de Defensa, Zeev Boim,
indicó que desconoce exactamente en qué circunstancias tuvo
lugar el ataques.
En el Knesset, el legislador árabe israelí
Ahmed Tibi afirmó que Sharon, su ministro de Defensa, Shaul Mofaz
y el jefe del estado mayor, Moshe Yaalon, deben ser juzgados por crímenes
de guerra.
El diputado Ami Bichara precisó que Sharon, Mofaz
y Yaalon deben ser procesados ante la Corte Internacional, y aseguró
que lo acontecido en Rafah es prueba del fracaso total de la ocupación
israelí.
En Madrid, el presidente del gobierno español,
José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro palestino,
Ahmed Qureia, pidieron un cese del fuego inmediato en la franja de Gaza,
que Israel rechazó el martes. "La paz exige un alto al fuego y el
respeto al mapa de ruta, y esto es lo que quiere la comunidad internacional",
sostuvo el gobernante socialista español.
En
conferencia de prensa conjunta con Qureia, Rodríguez Zapatero condenó
las recientes acciones cometidas por Israel al señalar que representan
"un camino negativo para la paz", que requiere "el respeto de las resoluciones
de la ONU y de las fronteras de 1967.
"Estos crímenes se cometen a diario contra nuestro
pueblo (...) expresan y reflejan que no hay deseo de paz por parte del
gobierno de Israel", resaltó Qureia, para quien la actual situación
necesita un cese del fuego inmediato, la aplicación de las resoluciones
de la ONU y una buena voluntad de las dos partes.
En Washington, el presidente George W. Bush llamó
a israelíes y palestinos a la "moderación" después
de los violentos incidentes en la franja Gaza. "Es esencial que la gente
respete las vidas inocentes para que podamos alcanzar la paz", aseveró,
y añadió que espera aclaraciones de las autoridades israelíes
sobre la muerte de los manifestantes palestinos.
Más tarde, el secretario Estado, Colin Powell,
expresó que las operaciones israelíes "empeoran la situación
y hacen más difícil el progreso de paz con los palestinos.
"Creo que estas acciones deben ser mesuradas considerando las consecuencias
que pueden entrañar".
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró
haber advertido reiteradamente a Israel que debe proteger a los civiles
palestinos, al condenar el operativo en Rafah, declaró el
portavoz Fred Eckhard.
Brian Cowen, ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda,
cuyo país ejerce la presidencia de la Unión Europea, denunció
el "irresponsable desprecio" por la vida humana manifestado por las fuerzas
israelíes al realizar acciones desproporcionadas frente a una posible
amenaza.
El secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, aseguró
en El Cairo que la ofensiva israelí es "una matanza y un crimen
que traspasa todos los límites".
Por la noche, helicópteros israelíes dispararon
de nuevo dos misiles contra viviendas en Rafah, con saldo de tres palestinos
muertos. En Cisjordania también fueron ultimados palestinos por
soldados israelíes; el primero en Tulkarem, y en Nablus un miembro
de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, grupos armado ligado
a Fatah, movimiento de Arafat.
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