Vicente Fernández presentó su nuevo disco, donde la balada supera lo bravío

Guadalajara, Jal. Vicente Fernández presentó el pasado miércoles, en su rancho Los Tres Potrillos, su nuevo disco (63 de su carrera), titulado Se me hizo tarde la vida, ante representantes de 300 medios de comunicación, provenientes de México, Estados Unidos, Centro y Sudamérica, así como de España, más invitados especiales, como el compositor Martín Urieta, para los cuales interpretó los 12 temas del cidí y seis más de las clásicas, como Mujeres divinas, Acá entre nos y Qué de raro tiene.

Con la seguridad de saberse el cantante número uno de la canción ranchera de la actualidad, heredero de la gran tradición vernácula, compartió el paisaje de su propiedad, que su hijo Vicente Fernández Jr. no supo decir la extensión (mide más de 200 hectáreas), pero donde diario "cuidamos unos 400 animales (son 800, realmente), entre caballos y ganado diverso".

Trabajó el aplauso de la concurrencia, poco a poco, hasta que fue estruendoso. Lleva 36 años de carrera y aseguró que se retirará el día que no tenga facultades físicas o mentales. "Entonces me retiraré, sin que nadie me lo pida, aunque llenara los lugares; con todo el dolor de mi corazón me iré. Sería tener muy poca abuela salir y manipular a un público, para que me sigan queriendo, aunque yo ya cante con la garganta bien arrastrada. Hay gente que canta cinco o seis horas, pero no es la cantidad, sino la calidad". Después de decir esto se escuchó una nueva ovación.

El disco carece del bravío de sus primeras producciones. Nada que ver con la fuerza en la interpretación de Palabra de rey o Las llaves de mi alma. Se escucha suave, en el tono que algunos especialistas de hoy denominan mariachi champán, alternativo. Para Martín Urieta, el nuevo disco, donde no aparece ninguna composición de él, adolece del viejo estilo bravío y en un tema francamente "se sale de su estilo, como que no le va".

Vicente ha cambiado. En varios discos ha variado y por momentos el charro que impactó con La ley del monte da lugar a un baladista que busca nuevos públicos, según dijo el propio Vicente.

El tema central del disco es Se me hizo tarde la vida, que cantó y dedicó a su esposa, María del Refugio, presente en el acto. Chente lució un traje claro con botonadura de plata que algunos dijeron cuesta más de lo que pueden ellos ganar en un año.

Chente se deja ver, por primera vez, con las sienes canas. "Eso quiere decir que le está yendo muy mal a los fabricantes de tintes para pelo", expresó Vicente Jr., para quien su papá ya ha aceptado la vida, el tiempo, "sino nomás hay que oírlo cantar Se me hizo tarde la vida".

Entró el Mariachi Juvenil Azteca y Vicente pidió sus tequilas. Ya para esa hora algunos invitados coreaban dolorosamente los temas. No asistió Alejandro Fernández. Se dijo que andaba por ahí, por Guadalajara, pero algunos comentaron que realmente se debió a que no quiso hacerle sombra a su padre.

"Todo lo que he hecho en la vida lo he hecho con plena conciencia de lo que es lo malo y lo que es lo bueno", acotó el Jilguero de Huentiután.

"Si no me hubiera dedicado a cantar no sería más que un peón, porque no tengo gracia para otra cosa; lo único que sé es lavar carros y ordeñar vacas". Con esa sinceridad, se fue con otro aplauso.