México D.F. Sábado 15 de mayo de 2004
Aumentan las peticiones de funcionarios laboristas
para que renuncie Tony Blair
Despiden al director del Daily Mirror por fotos
falsas de torturas en Irak
El rotativo lamenta el daño causado a las tropas
inglesas y promete colaborar en investigaciones
AFP, DPA Y THE INDEPENDENT
Londres, 14 de mayo. En medio de la creciente demanda
para que el primer ministro británico Tony Blair, renuncie, Piers
Morgan, director del periódico Daily Mirror, que el pasado
1º de mayo publicó fotografías de prisioneros iraquíes
torturados por soldados británicos calificadas por el ejército
de falsas, fue cesado hoy "con efecto inmediato".
Por lo pronto, el viceprimer ministro John Prescott dijo
que algunos ministros británicos ya se posicionan para acceder al
poder, anticipando la partida de Blair, quien cada vez cae más en
los sondeos. "Se habla de ello (dentro del gobierno). Todo primer ministro
británico termina partiendo algún día", declaró
al diario The Times, que publica la entrevista este sábado.
"Tony no es indiferente al partido. Pero la decisión
está en sus manos y sólo a él le compete", agregó.
Así
las cosas, cada vez son más los parlamentarios del Partido Laborista
que exigen la dimisión de Blair, preocupados por la posibilidad
de que éste ahora se haya convertido en una carga política.
"El cuadro de Irak implica que si uno adoptó una posición
tan firme en ir a la guerra, contra una oposición tan grande, y
es el desastre que parecer ser, si yo fuera él (Blair) consideraría
mi posición", declaró Bob Marshall-Andrews, parlamentario
laborista opositor a la guerra.
En todo caso, si Blair buscara la relección ahora
obtendría 32 por ciento de los votos, y su principal rival del Partido
Conservador ganaría con 36 por ciento de los sufragios, indicó
un sondeo del Times.
Por su parte, Trinity Mirror, empresa propietaria del
tabloide, declaró en un comunicado que "hay suficientes pruebas
que sugieren que las fotos son falsas" y afirmó que bajo estas circunstancias,
sería "inapropiado" que Morgan siguiera en su puesto.
Según el comunicado, "el Daily Mirror publicó
de buena fe unas fotografías que pensó que eran auténticas
de soldados británicos maltratando a prisioneros iraquíes.
Sin embargo, hay ahora suficientes pruebas que sugieren que eran falsas
y que el Daily Mirror fue víctima de un fraude calculado
y malicioso".
El periódico ofreció disculpas "sin reservas
por haber publicado las imágenes" y "lamenta el daño causado
a la reputación del regimiento de la reina de Lancashire y a las
fuerzas armadas en Irak", al tiempo que señaló que cooperará
con los investigadores que examinan las fotos.
Geoff Sheldon, brigadier del regimiento, cuyos soldados
presuntamente aparecían en las fotografías, insistió
esta mañana, en conferencia de prensa, en que las imágenes
eran un fotomontaje que, además, "no se hizo en Irak" y criticó
al Mirror por manchar la reputación del regimiento y le exigió
disculpas.
Refiriéndose a una foto publicada en la portada
del tabloide en la que un soldado británico aparece supuestamente
orinando sobre un prisionero iraquí, el brigadier Sheldon dijo:
"no era un soldado británico degradando a un iraquí... era
una falsificación", al tiempo que calificó las acusaciones
del Mirror como "total y absoluta estupidez".
En tanto, el ministerio de Defensa de Dinamarca informó
que dos enfermeras danesas fueron testigas de malos tratos infligidos por
soldados británicos a dos iraquíes, uno de los cuales murió
tras un interrogatorio. Ambas trabajaron en un hospital de campaña
británico en la sureña ciudad de Basora, en septiembre de
2003, en el que debían vigilar el estado de salud de dos iraquíes
ingresados en el centro médico después de haber sido presuntamente
sometidos a un trato brutal durante un interrogatorio por parte de una
unidad británica.
Uno de estos iraquíes sucumbió a sus heridas,
según los datos recabados por las enfermeras, que alertaron en ese
momento a una consejera militar danesa, aunque el Ministerio de Defensa
tuvo conocimiento del caso el jueves pasado. El ministro de Defensa danés,
Soeren Gade, pidió explicaciones al estado mayor para saber por
qué estas informaciones no fueron transmitidas inmediatamente a
los máximos responsables.
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