México D.F. Sábado 15 de mayo de 2004
Acciones de la línea dura del exilio
no serán frenadas por ser tiempo electoral: analistas
Riesgo de que Bush tolere provocaciones que causen
choque militar con Cuba
Sin posibilidades de triunfo una eventual invasión
a la isla: general Jack Sheehan
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 14 de mayo. Existe peligro
real de que al buscar el voto en Miami para los comicios de noviembre,
el gobierno de George W. Bush pudiera tolerar acciones de provocación
que podrían resultar en un enfrentamiento militar con Cuba, pero
un ex general antes encargado de la política hacia La Habana consideró
que Washington no está planeando invadir la isla y que tal aventura
no tendría éxito.
"Si yo fuera cubano, con prudencia, supondría que
Estados Unidos podría realizar una acción militar", comentó
Wayne Smith, ex encargado de la sección de intereses de Washington
en La Habana. En entrevista con La Jornada, Smith agregó,
"no creo que Estados Unidos esté preparando una invasión
a Cuba" pero advirtió que no se puede descartar el peligro de un
enfrentamiento militar en esta coyuntura.
El anuncio de Bush de una nueva estrategia para promover
el cambio de régimen en Cuba, combinado con un incremento de la
retórica agresiva contra Fidel Castro, ha generado temores de que
Estados Unidos podría estar preparando a su población para
un intento de derrocar al régimen castrista mediante la fuerza.
Sin embargo, la línea oficial insiste en que no hay planes para
una acción militar. "Estados Unidos está promoviendo una
transición rápida y pacífica hacia la democracia"
en Cuba, declaró esta semana un funcionario del Departamento de
Estado a La Jornada.
Pero
el peligro, según Smith y otros expertos, es que esta combinación
de la retórica agresiva de Washington y la coyuntura electoral podría
dar paso a acciones de provocación para generar una reacción
cubana y con ello detonar un enfrentamiento militar. "¿Y si los
cubanos, con todo esto, deciden: no vamos a detener a nuestra gente al
salir de la isla si lo desean, y entramos en otro éxodo de Mariel?",
preguntó Smith, al referirse a la crisis migratoria que abrumó
a Florida a principios de la década de los 80. "El gobierno estadunidense
podría usar eso como pretexto para la acción militar", opinó.
Lisa Weinmann, analista de Cuba en el World Policy Institute,
está de acuerdo. "El peligro real no es la posibilidad de una invasión
estadunidense a Cuba", dijo a La Jornada. "Más bien, es que
el gobierno de Bush podría asentir tácitamente ante elementos
violentos en Miami, quienes podrían percibir este periodo antes
de las elecciones como su última oportunidad" para actuar y provocar
tal enfrentamiento. En varias entrevistas con cubanos de Miami, explicó,
ha sido informada que promotores de la línea dura anticastrista
creen que este tiempo pre electoral podría ser su última
oportunidad para obligar a la Casa Blanca a actuar directa y agresivamente
contra Castro.
Algunos cubano-estadunidenses conservadores en Miami no
han ocultado su desencanto por la falta de acciones más firmes del
gobierno de Bush contra Castro, y creen que es durante un año electoral
presidencial, en que la Casa Blanca está buscando su voto, cuando
gozan de mayor influencia.
Aunque Weinmann no pretende saber de planes concretos
de los cubanos de Miami para acciones contra Cuba, especuló que
la Casa Blanca no desearía criticar a grupos como Hermanos al Rescate
si éstos deciden reanudar sus sobrevuelos de la isla u otras acciones
de provocación. Además, dijo, la decisión de Washington
de enviar aviones militares al espacio aéreo cerca de Cuba para
trasmitir las señales de Radio y TV Martí representa otro
"acto altamente provocativo" que podría llevar a una escalada en
las tensiones y desembocar en un enfrentamiento.
Pero el general Jack Sheehan, quien en la década
de los 90 era jefe del Comando Atlántico de Estados Unidos, que
incluía a Cuba en su zona de responsabilidad, dice que una invasión
militar a la isla no tendría éxito porque los cubano estadunidenses
que guían la política estadunidense carecen de apoyo político
dentro de Cuba.
"Si uno entra a Cuba y esencialmente permite la restauración
de los cubano estadunidenses (en el poder), sería como (Ahmed) Chalabi
en Irak: tendría un serio problema", dijo el general Sheehan en
entrevista con La Jornada. Subrayó que cualquier intento
de restaurar en el poder a los cubanos exiliados en Miami fracasaría.
No solo fallaría una invasión por la falta
de apoyo dentro de Cuba, sino que, particularmente con el fracaso en Irak,
Estados Unidos no contaría con el apoyo internacional necesario
para lanzar una invasión a la isla, agregó Sheehan. Por otro
lado, el conflicto de Irak coloca a Estados Unidos en la situación
donde probablemente no cuenta con las fuerzas militares necesarias para
considerar la invasión de un país bien armado y militarmente
preparado como Cuba.
En entrevista telefónica desde sus oficinas en
Houston, donde trabaja para la Bechtel Corporation, el general Sheehan
dice que no cree que una invasión sea probable, y tal vez ni posible,
por varias razones. "Obviamente, Guantánamo se coloca al centro
de la discusión, ya que está en territorio cubano", afirmó
el general al evaluar la capacidad militar estadunidense para lanzar una
invasión. "Ese lugar siempre ha sido percibido como la punta del
puñal dirigido hacia el corazón de Cuba. Pero ahora no se
cuenta con capacidad de combate en Guantánamo. Son una agrupación
de policía militar, no es la composición de fuerza correcta".
Otro asunto, dijo, es que Estados Unidos ha removido los
campos de minas que separan la base militar del resto del territorio cubano.
Sheehan explicó que si se estuviera planeando una invasión,
la base desearía el despliegue de esa minas para evitar una ofensiva
cubana contra la base.
Pero el punto central para el general Sheehan es que simplemente
no hay suficientes tropas para tal operación. Estados Unidos, apuntó,
tuvo que desplegar 21 mil efectivos en Haití para derrotar al gobierno
de Raoul Cedras, los demás líderes de esa junta y una fuerza
de solo mil 500 soldados que contaban con tres vehículos blindados.
Cualquier consideración sobre una invasión a Cuba sería
mucho más difícil, señaló. "No hay una fuerza
al pendiente para invadir Cuba. Francamente, el grueso de las fuerzas o
están en Irak o están rotando dentro y fuera de Irak", comentó.
Pero se le insistió sobre su evaluación
en el contexto de la nueva estrategia presentada por el gobierno de Bush
de la "acción preventiva" contra enemigos declarados, de la intensificación
de la retórica contra Cuba, las llamadas explícitas pidiendo
un cambio de régimen y las reiteradas acusaciones de que Cuba desarrolla
armas biológicas. ¿No es muy parecido al periodo anterior
a la invasión de Irak?, se le preguntó.
"No hay armas biológicas en Cuba", declaró
Sheehan, expresando cierta exasperación porque el tema sigue circulando
a pesar de que él y otros que estaban en una posición para
evaluar la inteligencia sobre el asunto lo han descartado una y otra vez.
"Es un despiste. Como las armas de destrucción masiva en Irak",
precisó.
Pero hay otra diferencia entre la política estadunidense
en Irak y la dirigida hacia Cuba en esta coyuntura. Precisamente por los
fracasos en Irak y la creciente necesidad de que Washington obtenga apoyo
internacional sólo para poder sacar tropas de Irak, y ahora, hasta
de Haití. "El apoyo mundial para Estados Unidos se ha deteriorado,
especialmente después de Irak", dijo Sheehan, dejando entender que
no existe tal respaldo para una acción militar contra Cuba.
Finalmente, Sheehan dijo que aunque Estados Unidos desea
derrocar a Castro y sustituirlo por líderes democráticos,
no existen candidatos obvios que gocen de apoyo popular en la isla. Es
aquí donde hace la comparación entre los cubanos estadunidenses
de Miami y la figura del iraquí Ahmed Chalabi.
"Otro tema más es que los cubanos negros en Cuba
no tienen ningún cariño para los cubanos esencialmente blancos
e hispanos que viven en Miami", agregó Sheehan. Pudo haber un periodo
cuando Batista estaba en el poder donde esos cubanos ahora en Miami contaban
con apoyo popular, pero no ahora. Desde que Castro tomó el gobierno,
la distribución del poder ha cambiado. Más y más descendientes
de los ex esclavos han subido por la estructura gubernamental", co-mentó.
O sea, los cubanos exiliados en Miami no serían bienvenidos en Cuba,
consideró el general.
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