México D.F. Sábado 15 de mayo de 2004
La creación de superpolicía,
inadecuada, advierte
Desestima la CIDH propuesta de reforma penal del Ejecutivo
La creación de una superpolicía y
su separación del Ministerio Público no sólo es "inquietante,
sino inadecuada", pues se correría el riesgo de que la policía
investigadora "hiciera de las suyas" y cometiera abusos, ya que únicamente
rendiría cuentas a una institución puramente policial o ante
sí misma, aseguró Sergio García Ramírez, presidente
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En un encuentro para debatir la reforma al sistema de
justicia penal en México, organizado por el Centro de Estudios de
Justicia de las Américas, García Ramírez indicó
que es "preocupante" el impulso para facilitar el ejercicio de la acción
penal, como propone la iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo
federal en marzo pasado. Situación, afirmó, que resulta "muy
delicada, pues pronto se podría procesar por cualquier motivo y
a cualquier persona".
Si bien reconoció que gran parte de esta iniciativa
de reforma constitucional "representa un avance muy valioso", agregó
que la intención de establecer una "reserva cautelosa y peligrosa"
en lo que respecta a delincuencia organizada -pues se reserva el derecho
de establecer los términos y modalidad en que será investigada
y perseguida- "nos llevaría a la consagración constitucional
de un doble enjuiciamiento: uno de garantías plenas para la generalidad
de los delitos y otro de garantías recortadas o sin garantías
para los delitos considerados como delincuencia organizada".
En el encuentro en el que participaron especialistas en
la materia, reiteró que si bien se debe combatir con energía
y rigor este tipo de delitos, "en ningún caso se pueden dejar de
lado las garantías constitucionales, al crear un sistema paralelo
de garantías recortadas".
No se trata, aclaró, de defender delincuentes,
sino de respetar el estado de derecho, "pues se podría entreabrir
una puerta para tener en el futuro dos sistemas procesales, uno con garantías
y otro sin ellas".
Al respecto, Sylvia Aguilera, directora de la Comisión
Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, indicó
que a pesar de que la participación de la sociedad civil era importante
para elaborar dicha iniciativa, ésta "no fue consensuada ni abierta
a la discusión ciudadana, lo que revela la concepción que
mantiene el Estado sobre los temas en los puede participar la sociedad".
En una situación de crisis política como
la que vivimos, aseguró, no se puede perder de vista que el objetivo
central de dicha propuesta debe ser garantizar el acceso a la justicia
para las víctimas, "y no hacer más eficiente una empresa
que llamamos Estado", pues es el reclamo de las víctimas lo que
generó la posibilidad de encauzar dichas reformas.
Por su parte, José Carrera Domínguez, magistrado
presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, señaló
que la transformación del sistema de justicia penal mexicano requiere
"no sólo una reforma legal, sino de las instituciones, pues de lo
contrario sólo quedaría en buenas intenciones, por lo que
de impulsar una verdadera reforma, ésta deberá ser integral".
Es necesario, destacó, no sólo considerar
a las procuradurías estatales y a los tribunales superiores de justicia
de los estados para renovar el sistema de justicia penal, sino además
deberá tomarse en cuenta cómo se modificará todo un
sistema que hasta hoy genera grandes cargas de trabajo para jueces y agentes
de ministerios públicos, además de una infraestructura insuficiente
y en condiciones que no son las óptimas.
(LAURA POY SOLANO)
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