México D.F. Sábado 15 de mayo de 2004
Christopher Dodd califica de retórico
el respectivo plan de George W. Bush
Apremia senador demócrata al Congreso de EU
a legislar en materia migratoria
Debate electoral entre legisladores estadunidenses en
la interparlamentaria de Guadalajara
ROBERTO GARDUÑO Y ANDREA BECERRIL ENVIADOS
Guadalajara, Jal., 14 de mayo. La delegación
mexicana en la 43 Reunión Interparlamentaria México-Estados
Unidos tuvo ayer un aliado de última hora, el senador demócrata
Christopher Dodd, quien se sumó al reclamo migratorio de los mexicanos
y pidió a los congresistas estadunidenses legislar ya en la materia,
porque, dijo, el plan del presidente George W. Bush "es sólo retórica".
Propuso la posibilidad de que en el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) se establezcan fondos compensatorios para México,
por ser la economía más débil.
La reunión binacional fue escenario del debate
electoral entre democrátas y republicanos; aunque éstos son
mayoría en el encuentro en Guadalajara, debieron escuchar el reclamo
de Dodd, quien les señaló que Bush ni siquiera hizo llegar
al Capitolio la propuesta migratoria.
Los republicanos, en tanto, reprocharon a los mexicanos:
"ustedes quieren que hagamos el trabajo sucio", expresó Jerry Weller,
representante por Illinois. "¿Qué ha hecho el Congreso mexicano
para resolver este problema", les preguntó el republicano ultraconservador
Jeff Sessions, y advirtió: "México nos tiene que ayudar,
porque sólo pedir que aceptemos gente, les demos empleo, educación
y salud, no puede ser más".
Sessions,
copresidente de la delegación estadunidense, recalcó que
la clemencia que hubo para Osvaldo Torres Aguilera no sienta precedente;
por lo que toca al resto de los 51 migrantes condenados a muerte, la revisión
deberá ser caso por caso. "Hay irritación en Estados Unidos
porque en México se protege a criminales", recalcó.
La senadora priísta Silvia Hernández refutó
al duro republicano: "No queremos impunidad, sino que tengan procesos penales
claros, apegados al derecho internacional, como establece el fallo de la
Corte Internacional de Justicia de La Haya".
Sin embargo, la gran mayoría de los congresistas
y hasta el embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, insistieron
en que el perdón para Torres Aguilera no significa que se procederá
igual en los casos de otros mexicanos en el llamado corredor de la muerte.
Reconocimiento a Brad Henry
Quizá por ello, durante la inauguración
de esta interparlamentaria y en su calidad de copresidenta de la delegación
mexicana, la senadora Hernández hizo un reconocimiento a la decisión
del gobernador de Oklahoma, Brad Henry, de otorgar la clemencia a Torres
Aguilera. Precisó que en ello intervino el Departamento de Estado,
el cual envió sendas cartas al gobernante y a la Junta de Indultos
y Libertad Condicional de ese estado.
Ello indica, dijo, que Washington "ha dicho con toda claridad
que está preparado para cumplir, como esperábamos, con respeto
a su sistema judicial", el resolutivo de La Haya, "para que 50 mexicanos
más puedan reponer sus juicios".
En su intervención, Silvia Hernández insistió
en que se requiere hallar mecanismos para resolver y hacer ordenado y legal
el gran flujo de trabajadores migrantes a Estados Unidos. "A la migración
no la vamos a parar por decreto, no la van a parar los rayos infrarrojos
ni los ejércitos en la frontera. Es un fenómeno que tenemos
que aprender a ver con enorme creatividad, aquí y allá."
El diputado Francisco Barrio Terrazas, presidente de la
delegación mexicana, dijo que si bien la migración mexicana
representa para Estados Unidos problemas y retos, también le reporta
beneficios, y es importante el debate en torno a las correspondientes iniciativas
que hay en Washington.
El gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña,
tocó este punto en su discurso de inauguración. Recordó
que en 1961 Guadalalajara fue la sede para la primera Reunión Interparlamentaria
entre ambas naciones, y planteó que, aunque hay "un proyecto muy
comentado por el presidente Bush, lamentablemente la esperanza se pierde
cuando pasa el tiempo y no hay avances".
Ni el presidente de la delegación de Estados Unidos,
el representante Jim Kolbe, ni el copresidente, Jeff Sessions, aludieron
a temas concretos en sus discursos. El primero sólo expresó
que México y Estados Unidos se están convirtiendo en mejores
vecinos, mucho mejor que nunca, y hay el reconocimiento de que se trabaja
dentro del marco de la relación bilateral.
Durante las sesiones privadas, en las que ambas delegaciones
desahogaron la agenda, hubo discusión, y fuerte. Sobre todo porque
el senador Dodd refutó a sus compañeros y se enfrentó
hasta con el representante republicano de California, David Dreier, quien
sostuvo que no hay posibilidad de un acuerdo migratorio, menos ahora, en
pleno proceso electoral.
Dodd, asiduo defensor de la reforma migratoria y muy cercano
al también demócrata Ted Kennedy, dijo que esperaba más
del anuncio que Bush formuló a principios de año; pero "todo
quedó en palabras, porque el mandatario nunca envió una iniciativa
al Capitolio". Por ello, dijo, "en el Congreso no pasará nada, quedan
sólo 35 días de trabajo antes de las elecciones de noviembre".
Es cierto, agregó, que "se interpuso el 11 de septiembre, pero ello
no es pretexto para dejar fuera un problema de implicaciones bilaterales".
Es inconcebible, recalcó, que los presidentes Fox
y Bush lleven 39 meses hablando de migración y que siga siendo una
demagogia y una retórica que no aterrice. Los conminó
en el Congreso a hacer su parte, porque así no camina la relación
con México ni se atiende a una comunidad como la mexicana, que merece
todo el respeto.
Reconoció que "no estamos haciendo lo suficiente
para atacar el problema".
Parece, agregó Sessions, "que la polémica
está entre nosotros", y la incrementó él mismo, al
sostener que Bush va a relegirse.
Los mexicanos presenciaron entonces un debate entre demócratas
y republicanos en torno al tratamiento que se está dando al tema
migratorio en un año en que habrá comicios para renovar la
presidencia y parte del Congreso en Estados Unidos.
"Ustedes tendrán su año electoral en el
2006", señaló el congresista Weller a los mexicanos, y sostuvo:
"ustedes quieren que hagamos el trabajo sucio para detener el flujo migratorio,
pero no sentimos que el Congreso mexicano haya hecho suficiente".
Más directo, el representante texano Stenholm recalcó:
"si yo planteo el tema de la amnistía, no me relijo, y si ustedes
plantean el tema de las inversiones en energéticos, que a nosotros
nos interesa, tampoco la gente vota por ustedes".
El senador priísta Germán Sierra lo que
secundó fue la propuesta de Dodd de que el TLCAN incluya fondos
compensatorios para México, como se hizo en la Unión Europea
para apoyar a los países con economías más débiles.
Precisó que la pobreza es el factor fundamental para que los trabajadores
mexicanos traten de cruzar la frontera para encontrar empleo al otro lado
del río Bravo.
Dodd cerró la discusión del primer punto
de la agenda, el migratorio, con una conclusión: "No estamos sugiriendo
qué tipo de reformas, pero queda claro que la economía mexicana
necesita crecer para que los jóvenes tengan empleo. Eso ustedes
lo tienen que decidir".
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