México D.F. Martes 11 de mayo de 2004
Ramzán Kadyrov, hijo del líder
asesinado el domingo, fue designado vicepresidente
Nombra Putin a Serguei Abramov gobernante interino
de Chechenia
Moscú estudia la posibilidad de enviar más
tropas a la república separatista
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 10 de mayo. Mientras encuentra un nuevo
líder leal a Rusia para poner al frente de Chechenia, la república
separatista devastada por dos guerras en la última década,
el Kremlin tiene como prioridad inmediata mantener de su lado a la guardia
pretoriana que encabeza Ramzán Kadyrov, el hijo del asesinado gobernante
pro ruso, Ahmad Kadyrov.
Por
ello, el presidente Vladimir Putin nombró este lunes a Kadyrov hijo
como viceprimer ministro de Chechenia, ubicándolo en la segunda
posición jerárquica, sólo por debajo del jefe de gobierno,
el ruso Serguei Abramov, que se convierte de modo automático -de
acuerdo con la Constitución chechena- en presidente interino hasta
la celebración de nuevos comicios, los cuales deberán convocarse
en fecha no posterior al 9 de septiembre.
Al mismo tiempo, es prematuro concluir que Moscú
tomó ya la temeraria decisión de confiar la conducción
de Chechenia a Ramzán Kadyrov, inexperto joven de 27 años
con fama de torturador y sobre quien pesan reiteradas denuncias de asesinato
y violación.
Más bien parece que la designación de Kadyrov
hijo es una medida obligada que busca retenerlo, al menos temporalmente,
en el campo de los chechenos fieles a Rusia. Tarde o temprano tendrá
que ser apartado del ámbito de la política, en la cual incursionó
sólo por una necesidad de supervivencia como jefe de guardaespaldas
de su padre hasta convertirse, según lo describe la prensa local,
en el temido y odiado jefe de la versión chechena de los escuadrones
de la muerte.
Oficialmente integrada por mil 500 personas, en su mayoría
comprometidas por vínculos de sangre cual corresponde en una sociedad
tribal, la guardia de Kadyrov cuenta con cerca de 7 mil hombres armados
que fueron reclutados entre los rebeldes independentistas, muchas veces
dándoles a escoger entre servir al gobierno pro ruso o acabar en
el paredón de fusilamiento.
Apostar como sucesor del asesinado Kadyrov por un personaje
como su hijo Ramzán, que la mayoría de los chechenos detestan
por las desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, saqueos y un largo
etcétera de excesos cometidos por los paramilitares bajo su mando,
podría traer a Moscú más problemas que beneficios.
La negociación en la capital rusa con los distintos
grupos de la diáspora chechena es intensa. Toda parece indicar que
el Kremlin se tomará un tiempo antes de anunciar el nombre de su
candidato para gobernar la república caucásica, cuidadoso
de evitar que su política de chechenizar el conflicto se
salga de control y derive en guerra civil.
Por si acaso, el general Viacheslav Tijomirov, comandante
en jefe de las fuerzas del Ministerio del Interior, anticipó hoy
que la muerte de Kadyrov puede replantear la presencia militar rusa en
Chechenia.
Moscú mantiene en la república separatista
un contingente de 80 mil soldados -de modo oficial reconoce 30 mil menos-,
y está considerando mandar más tropas, dependiendo de cómo
evolucionen las cosas.
"Establecimos una reserva de efectivos, de forma que,
si se producen determinados cambios (en Chechenia), podamos movilizar tropas
adicionales, incluso desde fuera de la república", afirmó
Tijomirov.
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