CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ahumada está en México

Sus palabras confirman complot
Los pasos de Döring

CARLOS AHUMADA está en México y el fin de la crisis de los videos empieza a vislumbrarse, aunque es ahora cuando la madeja de la ley puede empezar a enredarse.

YA NO existe la menor duda sobre la tesis del complot, las declaraciones hechas en Cuba por el dueño del Grupo Quart lo confirman. No obstante, el juego de los nombres y de las responsabilidades aún espera su turno.

HABRA SIN duda quien no dé por ciertas las declaraciones del empresario, mismas que confirman la intención con que fueron grabados los videos que dieron origen a una de las crisis políticas de mayor calado de los últimos tiempos en México. Pero si los cubanos han hecho pública una parte de la declaración, seguramente tienen todos los elementos necesarios para sustentarla.

LOS CUBANOS saben de la animadversión del gobierno de Vicente Fox hacia la isla; saben, también, de las opiniones de muchos informadores que, sea como sea, tratarán de menoscabar la validez de la declaración, pero lo dicho, dicho está, y no valdrán argumentos recurrentes que pretendan, con cualquier pretexto, tratar de cambiarlas.

AHORA VIENE seguir cada uno de los hilos de la madeja y uno de los más gruesos es el diputado federal panista Federico Döring, a quien hasta ahora sólo se le ubica como el mandadero de quienes pretendieron, muy claramente, destruir, aplastar el Gobierno del Distrito Federal.

DÖRING, QUIEN podría estar relacionado con Ahumada mucho antes de que los videos fueran realizados, sería parte importante del engranaje que se montó para impulsar la lanzada en contra del jefe de Gobierno.

LA PROCURADURIA capitalina deberá hacer una muy buena investigación, si es que no la tiene ya, sobre los pasos del panista, que si bien nadie le da mayor relevancia, como siempre los mandaderos conocen quienes tejen la madeja.

POR ELLO es importante tenerlo en cuenta y escudriñar desde su campaña la curul que ocupa, cuáles son sus nexos con el Grupo Quart, ya que por ahí podrían surgir algunas sorpresas.

UNA DE ellas: Ƒquién lo mandó a entregar los videos y cómo se inserta en el grupo que calculó "deliberadamente" el ataque que provocó la crisis política?

LO QUE obviamente nadie esperó es que el complot saliera de madre, que los hilos, tejidos con tanto esmero, se enredaran a tal grado que el control se perdiera casi de inmediato y las complicaciones llegaran a alturas insospechadas.

Y ESTO porque, entre otras cosas, hay cuando menos un par de dependencias federales involucradas. Hoy nadie puede decir ya que la Secretaría de Hacienda o la PGR actuaron sin mayor dolo y por ello el cuestionamiento salpica hasta Los Pinos, donde el enojo, causado tal vez por pura frustración, ha levantado ásperas declaraciones por parte de Vicente Fox.

COMO SE ve, el asunto queda claro en cuanto al complot, pero sus implicaciones políticas van mucho más allá de la legítima contienda. Lo que no deberá convertirse en olvido u omisión de las autoridades judiciales del Distrito Federal para que de esto no quede la menor duda.

POR LO pronto, en Gobernación, el secretario totalmente palacio debería estar redactando una buena disculpa pública por aquello de que todo era un infundio. La gente que lo escuchó, es decir todo México, la espera. Ni modo.

Salve sea

AUNQUE SEA de pasadita, tenemos que referirnos a lo sucedido con otro panista, Juan de Dios Castro, en la Cámara de Diputados.

LO QUE vieron y escucharon los niños que llenaron las curules de ese recinto legislativo no fue a un loco que en su delirio buscara engañar a los chamacos.

LO QUE allí miraron fue a un fanático, nada más ni nada menos. Y la pregunta salta sola: Ƒquién le va a pedir cuentas? Ya veremos.

PERO PARA que nos demos cuenta de la preocupación que provoca a los panistas y a los funcionarios de la Presidencia de la República el rumbo del país, entérese usted que ayer por la noche, con el monumental estadio Azteca como marco, esos dos grupos se enfrentaron en un partidito fraterno con etiqueta de "privadísimo". ƑQué tal?

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